Y es que, en la reforma laboral pactada con empresarios y sindicatos, se decía expresamente que no se iban a introducir obstáculos desproporcionados a los ajustes de las empresas. Es decir, y literalmente: “Los cambios no darán lugar a obstáculos desproporcionados para que las empresas se adapten al ciclo y respondan a la evolución de la productividad”. Algo que, según los expertos, choca con la enmienda pactada por el Gobierno con Bildu para que la Inspección de Trabajo controle las causas de los despidos colectivos. Al parecer este cambio no le gusta a Bruselas de la que dicen que, incluso, podría suspender la entrega de una parte de los fondos Next Generation. Recordemos que ha sido precisamente este plan el que ha llevado a la CEOE a acusar directamente de “traición” a Yolanda Díaz.