En España la distopía del covid empezó, al menos extraoficialmente, con la cancelación in extremis y después de mucha discusión, del Mobile World Congress (MWC) y, ocho meses después, estamos en las mismas. Quien se lo iba a decir al Feria de telecomunicaciones que tantas alegrías económicas ha dado a Barcelona en particular, y a España en general, en el pasado. Pasados ya los tiempos en que reinaba la optimista convicción de que la pandemia remitía, el MWC no se realizará finalmente el próximo 1 al 4 de marzo como estaba previsto. El presidente de la GSMA, organización encargada de su puesta en marcha, John Hoffman, ha comunicado que trasladan el evento al verano por el aumento de contagios por coronavirus en todo el mundo, las nuevas restricciones a los viajes internacionales y las dudas que existen sobre la llegada de la vacuna ante una segunda o tercera ola de positivos masivos. No solo se atrasa al 28 de junio-1 de julio, sino que además será semipresencial en un intento de que no se suspenda por segundo año consecutivo, lo que hubiese provocado de facto el fin del evento.