El principal daño colateral es el que teme el PSOE que puede afectar a los apoyos que previsiblemente necesitaría el partido socialista si quiere gobernar, o seguir gobernando, en Ayuntamientos y Comunidades Autónomas tras las elecciones de mayo. En Ferraz no descartan que el enfrentamiento Díaz-Iglesias suponga que las formaciones a la izquierda del PSOE se presenten por separado ante los electores. Al parecer, Sumar no estará entre las papeletas de las mesas electorales, lo que puede suponer que muchos partidos que están integrados en Podemos acaben haciendo campaña por separado. Y eso mina las expectativas socialistas.