Con el fin de que las empresas viables en condiciones normales de mercado contasen con instrumentos legales para mantener su actividad y el empleo durante la pandemia, los diferentes Estados de Europa han impulsado desde 2020 moratorias concursales que en la práctica han supuesto la suspensión del normal funcionamiento de la legislación que rige la insolvencia empresarial. De acuerdo con el último Estudio de la Gestión del Riesgo de Crédito en España, que impulsan Crédito y Caución e Iberinform, este periodo de excepcionalidad ha tenido efectos duales -positivos y negativos- en las cadenas de suministro. El 13% de las empresas confirma que las moratorias concursales han logrado los fines para los que fueron diseñadas: en su cartera de clientes cuentan con empresas que han podido sobreponerse a los problemas de liquidez generados por la pandemia gracias a este periodo de excepcionalidad. Sin embargo, las moratorias también han provocado otros efectos no deseados, al impedir una reasignación de recursos a empresas más productivas.