La decisión del gobierno británico de implementar la obligación de que los pasajeros que llegan al país tengan consigo una prueba PCR negativa, incluso aunque estén vacunados, y que esa prueba no tenga más de 48 horas de antigüedad, ha supuesto de inmediato que British Airways cancelara más de 2.000 vuelos, ante la probable caída de la demanda. Estos dos mil vuelos se irán suspendiendo hasta marzo. Enero será el peor mes, con mil vuelos cancelados. En cuatro meses, 2144 vuelos dejarán de operar. Pese a todo, la compañía del grupo IAG dijo que conserva cierto optimismo porque este febrero, por ejemplo, piensa incrementar sus operaciones un 600 por ciento respecto de 2021. British Airways ha indicado que lo que está pasando con Ómicron parece un accidente puntual en un camino de recuperación y espera que el verano de 2022 sea prácticamente el de la normalización. Pero lo cierto es que todas las aerolíneas temen ya otra oleada de cancelaciones como la de las Navidades pasadas.