Aparentemente Manuel Pérez-Sala será elegido el próximo 9 de marzo por la Asamblea General de Socios como presidente del Círculo de Empresarios. Con toda seguridad saldrá elegido pues todo está atado y bien atado por un procedimiento tortuoso de designación en el que se mezcla la monarquía electiva por el monarca saliente –en este caso John de Zulueta–previa cooptación sin votos de un sanedrín de notables (ahora rebautizado por la más presentable denominación de “Comisión de Nominaciones”) compuesto entre otros personajes por los expresidentes del Círculo y los socios más antiguos con la voz más alta de los fundadores y con la aceptación o previa propuesta del fundador entre los fundadores vivos (todos tienen más de 80 años de edad) que en este caso es el venerado Juan Entrecanales, presidente de honor de Acciona, que tiene 86, la ‘auctoritas’ suprema. El nuevo, Sala, tiene 59, y el saliente, 74. Decimos aparentemente porque en primer lugar el Círculo renovará la mitad de la Junta Directiva. Acto seguido, la junta renovada elegirá al nuevo presidente para los próximos tres años. Pérez-Sala no debe inquietarse por el resultado de la votación. Sólo debe preocuparse de que el champán que se sirva sea de calidad y esté a la temperatura adecuada.
Puede permitirse el gasto. Es socio director del Grupo Perseo dedicado a la inversión inmobiliaria. Aunque es ingeniero de Caminos, se adentró desde que terminó la carrera por los vericuetos de la economía, incluida la propia, que le permitió una saneada fortuna debida a sus méritos sin necesidad de pelotazo alguno.
Así fue elegido John de Zulueta, designado por Javier Vega de Seoane, y ahora Manuel Pérez-Sala, que lo fue por John de Zulueta, un personaje aquél de perfil muy diferente a su antecesor. Zulueta, licenciado en Historia Contemporánea por la Universidad de Stanford, un hombre “de letras” que conserva su nacionalidad estadounidense, más que empresario fue directivo empresarial, la mayor parte en las delegaciones en España de empresas norteamericanas.
A diferencia de Pérez-Sala, de perfil muy técnico, Zulueta lo tenía muy ideologizado en la más radical línea neoliberal. El nuevo presidente, que lleva en el Círculo desde 1996, es muy de “macro”. Se ha ocupado de la Comisión de Unión Europea y de la de Presupuestos. Lo que más le motiva son los asuntos relacionados con las administraciones públicas, de cuyo comité es presidente.
A Pérez-Sala le asombra que España siga teniendo más de 8.000 pueblos, no menos, asegura, de los que había en tiempos de Larra, a pesar de todo lo que ha llovido desde entonces y cuando los países de nuestro entorno se han ido reduciendo en base a fusiones. Pero en España, donde el mayor enemigo para los vecinos de un pueblo son los del pueblo vecino, estas bodas sin imposibles.