Uno de los conocimientos que se destaca más del presidente Sánchez es su soltura en el uso del inglés como ha puesto de manifiesto en el Foro de Davos. Es significativo que de los presidentes del Gobierno español sólo Pedro Sánchez y Leopoldo Calvo-Sotelo lo dominaban. Hay que reconocer el mérito de José María Aznar de dedicarse a su estudio intensivo cuando dejó la Moncloa y no ’cuela’ que el actual candidato del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, justifique su desconocimiento del mismo alegando razones de clasismo, de que él, a diferencia de Pedro Sánchez, no tuvo la oportunidad de estudiar en buenos colegios.
El inglés se ha convertido en la lengua franca del mundo imprescindible para el hombre culto, como lo fuera el latín durante el imperio romano. Hoy su dominio ya no es una ventaja significativa para conseguir una carrera profesional satisfactoria. Se da por supuesto.
Sobre todo en un mundo globalizado y en una Unión Europea que ya no es el extranjero, donde hablar con los colegas directamente representa ventajas sobre el humillante hecho de tener que valerse de un intérprete guardaespaldas. Es una ventaja que aprovecha magistralmente Pedro Sánchez.
Aconsejamos a Feijóo y en general a los que se mueven en el terreno de la política que se aprovechen de las ventajas puestas de manifiesto estos días en Ifema la “Fitur-Lingua” de aprender viajando, que constata la recuperación del turismo idiomático en nuestro país, que registró en 2022 un crecimiento interanual del 76%.