Si por algo se ha caracterizado esta Convención Nacional del PP es porque, a la mínima oportunidad, todos daban a Pablo Casado algún consejo que otro. Empezó Marian Rajoy al asegurar que la reforma de las pensiones del Gobierno de Pedro Sánchez es «un error» para dirigirse después al líder del PP y decirle que tendrá que cambiarla cuando el partido llegue al Palacio de la Moncloa, aunque le convoquen “una huelga”.
Días después, el expresidente de Vox y del PPC, Alejo Vidal-Quadras le sugirió que no “flojee de piernas” ni le “tiemble el pulso” si es que llega al Gobierno, ya que si no “esto se va al despeñadero”. Y más consejos como los del exministro de Asuntos Exteriores, Josep Piqué que advirtió que el populismo no se combate con más populismo sino “con convicciones firmes expresadas con moderación y con sentido común”.