Mercedes Cobo
Tras un 2022 complicado, los inversores continúan vigilando con nerviosismo las tensiones geopolíticas, la crisis energética europea y la persistente inflación. Pero la perspectiva podría aclararse a medida que se acerque el giro de la Fed y las valoraciones se vuelvan atractivas, según los expertos de Amundi
En sus Perspectivas de Inversión Global para 2023, Amundi espera que el crecimiento global se ralentice el próximo año hasta el 2,2%, por debajo del 3,4% de 2022, con varios países desarrollados y emergentes sufriendo un estancamiento.
Según el informe, en Europa, el shock energético, agravado por las presiones inflacionistas relacionadas con las secuelas de la crisis del Covid, sigue siendo el principal freno al crecimiento. “La consiguiente crisis de poder adquisitivo arrastrará a Europa hacia la recesión este invierno antes de una lenta recuperación. Pero eso no significa que la inflación vaya a remitir”.
En Estados Unidos, indican los expertos de Amundi, el agresivo endurecimiento de la Reserva Federal ha aumentado el riesgo de recesión en el segundo semestre, al tiempo que no ha conseguido reducir la inflación.
Para Amundi, el ‘shock’ energético, agravado por las presiones inflacionistas relacionadas con las secuelas de la crisis del Covid, sigue siendo el principal freno al crecimiento en Europa
Este entorno de bajo crecimiento – alta inflación se extenderá a los mercados emergentes, con China como excepción. Han recortado la previsión del PIB de China del 5,2% al 4,5%. “Esta cifra es mucho mejor que los anémicos niveles de crecimiento de China en 2022 (3,2%) y está basada en la esperanza de una estabilización del mercado inmobiliario y una reapertura gradual de la economía”, destacan.
Pronostican que la inflación se mantendrá persistentemente elevada durante la mayor parte de 2023 y que los bancos centrales seguirán con su política de «lo que haga falta» para evitar una crisis como la de 1970.
“El endurecimiento tiene más recorrido, pero a un ritmo más lento que en 2022. El Banco Central Europeo y el Banco de Inglaterra se mostraron moderados en sus últimos comunicados, sugiriendo un endurecimiento menos agresivo. En Japón, vemos que la subida del dólar ha acabado obligando al banco central a empezar a endurecer. El nivel del tipo terminal de la Fed será clave, aumentando las probabilidades de una recesión en Estados Unidos si se acerca al 6%, explican
Para Toby Hudson, director de inversiones en renta variable asiática excl. Japón de Schroders y Robin Parbrook, codirector de inversiones alternativas en renta variable asiática de Schroders, el entorno macroeconómico global sigue siendo muy difícil y coinciden con los expertos de Amundi en que los bancos centrales de las principales economías occidentales se van a ver obligados a subir los tipos de interés de forma agresiva para desacelerar el crecimiento y rebajar las presiones inflacionistas que se han acumulado en los últimos 12-18 meses. Ven posible que Estados Unidos entre en recesión a medida que la Fed sigua subiendo los tipos a un ritmo muy agresivo y los mercados nacionales de trabajo y de vivienda se ralenticen. “Europa está bajo más presión aún, puesto que unos precios de la energía que suben a gran velocidad y la disrupción que genera la invasión rusa de Ucrania tensan aún más el coste de vida.
Tras un periodo prolongado con una inflación muy baja y tipos de interés cercanos a cero, este cambio de paradigma tan brusco supone un importante desafío para consumidores, empresas, gobiernos e inversores de todo el mundo y ha exacerbado la volatilidad en los mercados de capitales”, apuntan.
Implicaciones para la inversión
Para Amundi, dada la desaceleración del crecimiento global y la recesión de los beneficios en el primer semestre de 2023, los inversores deberían continuar con una postura defensiva de momento, siendo el oro y el crédito de Investment Grade las clases de activos preferidas. Sin embargo, deberían estar preparados para ajustar esta postura a lo largo del año para aprovechar las oportunidades de mercado que surjan, a medida que las valoraciones sean más atractivas. “Los vientos en contra deberían remitir en el segundo semestre de 2023, favoreciendo una mejora del ciclo económico y una incorporación gradual de más activos de riesgo en las carteras”, destacan
Indican que vuelven los bonos con un foco en el crédito de alta calidad, prestando atención a las divisas en un mundo de políticas divergentes, así como a los riesgos de liquidez y al apalancamiento corporativo.
“A medida que los bonos recuperan sus cualidades de diversificación tras el aumento de los rendimientos en 2022 y ante los riesgos de recesión que se avecinan para el próximo año, se vislumbra una reactivación de la asignación de carteras 60-40”.
En cuanto a la renta variable, los analistas creen que debería ofrecer puntos de entrada interesantes tras ajustes de valoración en los próximos meses, con una preferencia por Estados Unidos y un sesgo hacia la “calidad/ value/ alto dividendo. Los inversores deberían aumentar gradualmente su exposición a valores europeos y chinos, cíclicos y acciones Deep value.
“Una inflación persistente implica una mayor asignación a activos reales resilientes a la inflación, como las infraestructuras. Aunque la deuda privada ha empezado a revalorizarse, goza de unos sólidos fundamentales en la mayoría de los casos, y el sector inmobiliario puede ser un buen diversificador”, recomienda.
Mercados emergentes
Las diferencias entre mercados emergentes se intensificarán en 2023. Los países con una inflación y unas perspectivas monetarias más benignas, como los de América Latina y EMEA, son atractivos. “Un giro de la Fed debería impulsar el atractivo de la renta variable de los países emergentes en general a finales de año”, indican los expertos de Amundi.
En cuanto a los temas ESG, consideran que a largo plazo seguirán beneficiándose de las secuelas de la crisis del Covid-19 y la guerra de Ucrania. “Los inversores deberían ganar exposición a la transición energética y seguridad alimentaria, así como a las tendencias de deslocalización provocadas por la geopolítica. Los temas sociales recuperarán el foco, ya que el deterioro del mercado laboral y la inflación exigen una mayor atención a los factores sociales”.
La inflación se mantendrá persistentemente elevada durante la mayor parte de 2023 y los bancos centrales seguirán con su política de «lo que haga falta» para evitar una crisis como la de 1970, según los expertos
Según Vincent Mortier, director de Inversiones del Grupo Amundi: «2023 será un año de dos velocidades, con muchos riesgos a los que prestar atención. Los bonos han vuelto, las valoraciones del mercado son más atractivas y un giro de la Fed en la primera parte del año debería desencadenar puntos de entrada interesantes.»
Para Monica Defend, directora del Amundi Institute: «los inversores se enfrentan a grandes retos el próximo año, una desaceleración del crecimiento global, el shock energético en Europa, la persistencia de la inflación y los riesgos de recesión en Estados Unidos y Europa. Los inversores deben ser defensivos de cara a 2023, pero deben estar preparados para aprovechar las oportunidades en renta fija y en renta variable a medida que los vientos en contra disminuyan en la segunda mitad del año. Junto con la inflación, la geopolítica sigue siendo fundamental para determinar las tendencias macroeconómicas de los próximos trimestres.”
Las exportaciones de Asia, bajo presión
Un crecimiento mundial más lento y la caída de la demanda de bienes de consumo duraderos ya está afectando sensiblemente a las exportaciones asiáticas, sobre todo, a las de productos del sector tecnológico, según los expertos de Schroders. Consideran que el mercado ha descontado rápidamente un importante revés de la demanda de semiconductores en los próximos trimestres. “Esto ha afectado en gran medida a los mercados de renta variable surcoreano y taiwanés, dominados ambos por sectores vinculados a la exportación”.
Indican que los problemas de China, segunda potencia mundial y primera asiática, son más de carácter interno. “Las continuas restricciones derivadas del Covid-19 y el compromiso inquebrantable del país con su política de Covid cero hacen mucha mella en la demanda interna, y eso afecta a casi todos los sectores, sobre todo a los más vinculados al consumo. Entretanto, la restricción drástica en el apalancamiento del sector de promociones inmobiliarias ha provocado un grave crack de liquidez. Esto hizo que las ventas y la construcción de obra nueva colapsaran al perder fuelle las adquisiciones diferidas de los compradores y acumular los promotores efectivo”.
Destacan que, puesto que la construcción de inmuebles ha sido la responsable de más del 20% del crecimiento económico en los últimos años, esta situación supuso un nuevo golpe para la actividad económica y los beneficios del mercado. “Habida cuenta de estos retos, pensamos que las perspectivas de crecimiento para China son muy negativas”.