Mercedes Cobo ■
La reapertura de China y la fuerte caída del precio del gas en Europa, gracias a un invierno más benigno y a la fuerte acumulación de reservas durante el otoño, han disipado los temores a una crisis energética en el Viejo Continente, con unos datos de final de año sorprendentemente resistentes y unas expectativas empresariales que han repuntado, han devuelto el optimismo a los mercados. Los expertos ven que la Eurozona se libra por poco de la recesión y revisan al alza sus previsiones de crecimiento para este año.
En medio de un invierno volátil, los mercados mundiales empezaron el año con optimismo. Justo después de que la Reserva Federal y el BCE echaran agua fría sobre las esperanzas de una oscilación antes de Navidad, unos datos de inflación más débiles reavivaron a los alcistas. “El clima cálido y el ahorro energético han disipado los temores a una crisis energética en Europa, con unos datos de final de año sorprendentemente resistentes y unas expectativas empresariales que han repuntado. El sorprendente cambio de rumbo del Covid en China y la relajación de la normativa inmobiliaria propiciarán una boyante recuperación local en primavera”, explica en un comentario Thomas Hempell, jefe de Macro e Investigación de Mercado en Generali Investments.
De marzo a junio, el BCE limitará la liquidación de sus tenencias de bonos a 15.000 millones de euros al mes, pero parece dispuesto a acelerar este ritmo a partir de julio, pronostican los expertos
Así pues, indica que ahora ven que la eurozona se libra por poco de la recesión y han revisado al alza sus previsiones de crecimiento para este año. “Una buena parte del repunte de los mercados en 2023 (liderado por los valores de EA y ME) puede justificarse por la mejora de las perspectivas de EA y China. El miedo a perderse algo puede seguir respaldando la subida a corto plazo. Pero no hay que dejarse llevar por la euforia. La diferenciación regional es cada vez más evidente”, señala Thomas Hempell
Considera que el panorama para Europa continental ha mejorado. Sin embargo, el fuerte endurecimiento de la Reserva Federal durante el año pasado está empezando a hacer mella, y una recesión (leve) a mediados de año en EE.UU. sigue siendo probable.
Para Generali Investments, El consenso sobre beneficios no está valorando plenamente la consiguiente desaceleración del crecimiento, “ya que los inversores se han dejado cegar por indicadores rezagados aún sólidos”, como el PIB del cuarto trimestre de EE.UU. y el dato de empleo conocido en el mes de enero. “Las valoraciones están ligeramente distorsionadas frente a los tipos reales. Y las primas del crédito especulativo no parecen atractivas ni en términos históricos ni frente al aumento de las tasas de impago. Mientras tanto, el posicionamiento muy bajista, que fue un terreno fértil para el reciente rebote, se ha vuelto más equilibrado, destaca Thomas Hempell
Un giro de la Fed
Gran parte de la subida del mercado se debe a la esperanza de que la Fed dé un giro en verano. “La ralentización esperada del ritmo de endurecimiento de la Fed, hasta una subida de 25 puntos básicos, se vio confirmada a principios de febrero. Pero los mercados están infravalorando la determinación de la Fed en la lucha contra la inflación, tanto en lo que respecta a la tasa terminal (demasiado baja) como a un giro anticipado ya en el tercer trimestre. Del mismo modo, la relajación de los vientos en contra de la economía de la eurozona y la perspectiva de mayores aumentos salariales alimentarán las divisiones en el seno del BCE, y es probable que los halcones prevalezcan durante más tiempo de lo que los mercados suponen actualmente, indica el experto de Generali Investments
En su opinión, los mercados también parecen algo complacientes con respecto a los vientos en contra de la deuda soberana europea derivados del inminente endurecimiento cuantitativo del BCE. De marzo a junio, el BCE limitará la liquidación de sus tenencias de bonos a 15.000 millones de euros al mes, pero parece dispuesto a acelerar este ritmo a partir de julio.
Así pues, mantienen su postura prudente en los segmentos de mercado de mayor riesgo, incluida la renta variable y los high yield (HY). “En general, evitamos posiciones activas fuertes en duración, pero seguimos prefiriendo (ahora ligeramente) los bonos del Tesoro de EE.UU. a los bunds, incluso tras el gran estrechamiento de los últimos 3 meses. A nivel regional, mantenemos una preferencia moderada de EA frente a acciones estadounidenses. El EUR/USD tiene más recorrido al alza hasta 2023, aunque a corto plazo, el inestable sentimiento de riesgo mantiene las perspectivas menos claras. Nos sigue gustando el EUR IG gracias a una prima de riesgo que históricamente sigue siendo decente”, concluye Thomas Hempell
Para Ángel Olea, socio y director de Inversiones de Abante, qué tipo de desaceleración o recesión termine materializándose durante los próximos meses va a ser clave para el devenir de los mercados en 2023. “Los mercados financieros, vistas las caídas del precio del petróleo y de las TIRes de los bonos de gobierno a finales del año pasado, parecían estar transitando desde una preocupación por la inflación a otra centrada en la recesión. Sin embargo, el buen arranque de 2023, gracias a la caída del precio del gas en Europa y a la reapertura de China, parece poner en precio, decantarse, por una mera desaceleración económica”.
En cualquier caso, añade, “todavía estamos conviviendo con inflaciones altas y un mercado laboral, sobre todo en Estados Unidos, bastante tensionado. Es importante que se reduzcan las presiones salariales para que asistamos a una mayor relajación de la inflación subyacente (la que excluye energía y alimentos no elaborados), que es la más complicada de eliminar del sistema”.
Desde Bank of America (BofA) han alertado de que la bolsa sufrirá graves consecuencias si la economía no puede sostenerse ante los vientos en contra a los que se enfrenta. «Es improbable que evite una caída importante si hay recesión», dice el banco estadounidense.
En uno de los últimos informes de la entidad, sus expertos rebajan las expectativas y los ánimos de los inversores, que parecen confiar ciegamente en las capacidades de la bolsa para superar la recesión, si es que llega a producirse, sobre todo si la desaceleración es breve y poco profunda y va acompañada de la relajación de la Fed.
Una cuestión que parece difícil. La fortaleza del mercado laboral complica que la Fed vaya a pausar las subidas de tipos o incluso a rebajar el precio del dinero, como anticipaba el mercado, este año. Y si la Fed mantiene los tipos altos, a EEUU se será más difícil sortear la recesión y lograr el ansiado ‘aterrizaje suave’ que descuentan los inversores, que según el banco pueden verse «defraudados».
Bank of America cree que si el endurecimiento monetario lleva a EE UU a entrar en recesión es improbable que el mercado evite una caída importante
Avisan que, aunque las esperanzas de un aterrizaje suave de la economía mundial han aumentado gracias al sólido y continuado crecimiento de la producción, la recuperación de los índices PMI de la zona euro y de EEUU, la reapertura de China, la relajación de la inflación y la desaparición de la crisis energética europea, «los riesgos de recesión siguen siendo elevados, ya que el agresivo endurecimiento monetario del año pasado está empezando a pesar en la economía con su habitual retraso».
Por eso desde BofA llaman a la cautela. «Si el endurecimiento monetario observado durante el pasado año lleva realmente a EEUU a entrar en recesión, creemos que es improbable que el mercado evite una caída importante», apuntan los analistas del banco.
Perspectivas sobre China
El impacto de la política Covid cero ha lastrado el crecimiento económico de China durante algún tiempo. Las presiones regulatorias de los últimos años, junto con los problemas inmobiliarios y las actuales tensiones geopolíticas, no han hecho sino agravar estas perspectivas negativas, explican los analistas de Schroders.
Indican que, a lo largo del año 2022 moderaron sus perspectivas negativas de China dadas sus valoraciones, el apoyo asincrónico de la política y las expectativas de que las restricciones sanitarias eran insostenibles y tendrían que llegar a su fin.
Para Schroders, la repentina relajación ha sido una sorpresa. Consideran que la supresión de las restricciones de Covid, unida a los indicios de que el Gobierno se está centrando en el crecimiento económico, favorece un repunte del crecimiento. “El mercado se ha movido con rapidez, pero las valoraciones siguen siendo razonables y las perspectivas de beneficios de los sectores orientados al mercado nacional en particular están mejorando”.
A la vista de estos acontecimientos, sus perspectivas se han vuelto neutrales. “Las señales alentadoras en el ámbito diplomático también son positivas para la confianza a corto plazo, pero las tensiones geopolíticas siguen siendo un riesgo que hay que vigilar de cerca. El sector exportador también puede seguir bajo presión a medida que se ralentiza el crecimiento mundial, y la selección de valores sigue siendo compleja en determinados sectores. El alcance de la recuperación del sector inmobiliario sigue siendo una fuente de posibles sorpresas al alza, aseguran desde Schroders.