Mercedes Cobo ■
Tanto el sector bancario estadounidense como el europeo continúan luchando contra la incertidumbre y las consecuencias que afectarán a las economías, sobre todo restringiendo el acceso a los préstamos, señalan el Market Flash de Edmond de Rothschild AM. En consecuencia, siguen siendo negativos con respecto a la renta variable. Son neutrales en cuanto a la duración, aunque ofrezca un refugio durante los episodios de aversión al riesgo.
Tras un mes de marzo para la historia, las apuestas sobre el rumbo que seguirá la Fed en los tipos de interés son radicalmente distintas a las de hace unas semanas. Ahora, el consenso del mercado espera que tan pronto como en la segunda mitad del año arranque una nueva oleada de bajadas de tipos.
La incertidumbre predominaba en los mercados después de que los reguladores y los bancos centrales intervinieran durante para impedir que empeorara la situación del mercado interbancario. El gobierno suizo aprobó la venta de Credit Suisse a UBS, pero principalmente a costa de los titulares de bonos AT1. La medida tranquilizó a los inversores en el sentido de que el sector bancario europeo no se vería afectado por la crisis, explican los expertos de Edmond de Rothschild AM.
El gobierno suizo aprobó la venta del banco Credit Suisse a UBS, pero principalmente a costa de los titulares de bonos AT1
Los bancos centrales siguieron el ejemplo del BCE y subieron los tipos. Como reacción al fuerte crecimiento y a una inflación superior a la prevista, la Fed subió sin sorpresa sus tipos de referencia en 25 pb. Sin embargo, en la rueda de prensa, Jerome Powell dijo que había más incertidumbre sobre futuras subidas y que pesarían las consecuencias de la crisis bancaria. Según los analistas de Edmond de Rothschild AM, el gráfico de puntos de la Fed sugiere que cualquier nueva subida será sin duda la última. El tono más comedido de Jerome Powell ha tranquilizado a los mercados, pero los comentarios de Janet Yellen ante una comisión del Senado reavivaron la aversión al riesgo al afirmar que no había planes para introducir una garantía universal para los depositantes. “Una garantía general sería políticamente complicada, pero sin duda restablecería la confianza en el sistema bancario”, apuntan los expertos.
Por su parte, el Banco de Inglaterra y el Banco Nacional Suizo también han subido los tipos 25 y 50 puntos básicos respectivamente. Ambos bancos afirmaron que pretendían luchar contra la inflación al tiempo que reconocían las incertidumbres actuales.
Por otro lado, las actas de la última reunión del Banco de Japón mostraron un cambio gradual, con varias referencias a aumentos salariales. Para justificar los comentarios, la inflación excluyendo alimentos y energía subió entonces al +3,5%, es decir, más del 3,4% previsto, explica Edmond de Rothschild AM.
El banco central chino actuó en sentido contrario e inyectó liquidez recortando en 25 pb los requisitos mínimos de capital de los bancos. “Esto no hace sino confirmar la postura favorable al crecimiento del banco y su determinación de impulsar la recuperación”, señalan los analistas
En su opinión, tanto el sector bancario estadounidense como el europeo siguen luchando contra la incertidumbre y las consecuencias que afectarán a las economías, sobre todo restringiendo el acceso a los préstamos. En consecuencia, “seguimos siendo negativos con respecto a la renta variable. Somos neutrales en cuanto a la duración, aunque ofrezca un refugio durante los episodios de aversión al riesgo. Sin embargo, los yields actuales de la deuda pública son incompatibles con los objetivos de los bancos centrales de reducir la inflación”, indican.
Mercados europeos
Los índices europeos se han recuperado después de que UBS pagara 3.000 millones de CHF, un 59% de descuento, para adquirir Credit Suisse. El banco central suizo dijo que aportaría 100.000 millones de francos suizos en liquidez, cantidad que fue igualada por la Federación. Las condiciones del acuerdo provocaron críticas porque se daba prioridad a los accionistas frente a los titulares de bonos AT1. El BCE aseguró inmediatamente a los mercados que respetaría el orden jerárquico tradicional y que se recurriría a los recursos propios para absorber las pérdidas antes que a los instrumentos AT1. La presidenta del BCE, Christine Lagarde, declaró ante el Parlamento Europeo que la inflación seguía siendo una de las principales preocupaciones y que el banco seguiría dependiendo de los datos a la hora de considerar nuevas subidas de tipos.
Por otro lado, el sector tecnológico impulsó los beneficios ante las expectativas de que se ralentice el ritmo de subidas de tipos. La empresa alemana de software Nemetschek, especializada en la construcción, registró una fuerte caída de sus resultados, pero sus previsiones tranquilizaron a los mercados. Por el contrario, la francesa Esker cayó en sus previsiones, aunque sus resultados estuvieron en línea. Los resultados del grupo de energías renovables Voltalia no fueron satisfactorios, pero el grupo mantuvo sus previsiones.
En fusiones y adquisiciones, Liberty Global lanzó una oferta sobre el proveedor belga de Internet Telenet a 22 euros por acción, un 59% por encima del último precio cotizado. El repunte de las ventas de automóviles en Europa continuó por séptimo mes consecutivo, con un aumento de las matriculaciones del +11,5% en febrero.
Mercado EE UU
El mercado americano también ha sufrido unas jornadas de fuertes divergencia en los resultados. El Nasdaq ha cerrado las últimas sesiones con una caída del -0,29%, mientras que el S&P 500 ganó un +0,6%. Dentro del S&P, hubo importantes divergencias sectoriales, ya que sólo los servicios informáticos y de comunicaciones terminaron al alza, mientras que el sector energético cedió un -1,36%.
Las subidas de tipos de los bancos centrales reavivaron la preocupación por la estabilidad de los bancos.
Como reacción al fuerte crecimiento y a una inflación superior a la prevista, la Reserva Federal subió sin sorpresa sus tipos de referencia en 25 pb
Como se esperaba, la Reserva Federal subió los tipos 25 pb, pero pareció sugerir que el ciclo podría estar llegando a su fin. Al mismo tiempo, Jerome Power declaró que no esperaba ningún recorte de tipos este año, a diferencia de los inversores que apuestan por varios. “Los futuros de la Fed prevén que los tipos se sitúen en el 4,1% en 2023.
Janet Yellen, por su parte, provocó una oleada de ventas en los mercados cuando dijo que el Gobierno no iba a ampliar las garantías de los depositantes ni a ofrecer garantías globales a los ahorradores. Sus comentarios provocaron la caída de los bancos medianos y de las empresas de pequeña y mediana capitalización. A continuación, afirmó que el sistema bancario estadounidense se había estabilizado gracias a la actuación de la FDIC, la Reserva Federal y el Tesoro, y añadió que podrían ser necesarias nuevas medidas para proteger los depósitos bancarios si se produjera una retirada masiva de depósitos en los bancos pequeños”, indican el Market Flash de Edmond de Rothschild AM.
AT1: una llamada de atención beneficiosa
El capital adicional AT1 ha ganado una notoriedad inesperada en los últimos días que puede acabar ayudando a los bancos a reforzar sus posiciones, incluso sin presión regulatoria, señalan desde DWS
Los expertos de DWS explican que, durante los últimos días, mucha gente ha aprendido más de lo que nunca quiso sobre el capital adicional de nivel 1 (Additional Tier 1 o AT1). “Y la lección ha sido dura para algunos profesionales del mercado que, probablemente, han aprendido que deberían haberse preocupado más. Este instrumento híbrido, a medio camino entre un bono y una acción, ha provocado confusión generalizada, tensiones diplomáticas y algunas oportunidades de negociación, resultado de los fuertes movimientos de precios en los mercados”.
Los expertos de DWS indican que “el temor inicial a que la brutal quita que han sufrido los tenedores de AT1 en Suiza se convirtiese en la norma en el resto de Europa (que, en este caso, incluye también al Reino Unido) se fue calmando a medida que avanzó la semana, no solo gracias a los tranquilizadores comentarios de los supervisores europeos sino, también, a una peculiaridad suiza en la negociación de AT1. Suiza define de manera más amplia lo que se consideraría un evento de estrés para los bonos AT1, que podría implicar su cancelación. Aun así, ha hecho falta que las reglas del gobierno suizo se apliquen de forma estricta para provocar la amortización de todo el capital AT1, incluso antes de que el capital social se agote por completo”, apuntan.
Tras este episodio, indican, “los inversores más pesimistas sacarán la conclusión de que las leyes pueden aplicarse con flexibilidad ante una emergencia. Y los inversores en bonos son, por definición, pesimistas, porque tienden a evitar el riesgo.” Por eso, anticipan que la refinanciación a través de AT1 será más cara para los bancos, aunque no tan cara como ahora, justo después del shock suizo.