Maite Nieva
Las señales de inflación ante la subida de los bonos han alertado a los mercados de la necesidad de estar preparados para la recuperación de la economía. Un escenario que plantea nuevos interrogantes al inversor a la hora de posicionarse para un crecimiento sólido y tipos de interés más altos previstos en los próximos años. La propuesta de las grandes casas de inversión es, por unanimidad, la renta variable frente a la renta fija. Los sectores cíclicos, como bancos o energía, entre otros, se consolidan como las tendencias de inversión más recomendadas para posicionarse en el mercado de valores. También ganan posiciones en las carteras los sectores de crecimientos como tecnología, medios de comunicación y activos más castigados por la pandemia del comercio minorista y los viajes.
Los mercados apuestan por una recuperación de la economía ante las señales de inflación que están mostrando las subidas de la rentabilidad de los bonos des principios de año. Esperan que se eleve un promedio del 2,55% durante los próximos cinco años, un nivel que no se ha visto desde antes de la crisis financiera mundial y que arroja una elevada dosis de incertidumbre a las estrategias de inversión de las carteras.
En el reciente FOMC, la Fed mantuvo su política monetaria ultraexpansiva a pesar de que el Congreso acababa de aprobar un plan de estímulo masivo que provocó una fuerte revisión al alza de las previsiones de crecimiento de la Fed. Como resultado, los tipos a largo plazo de EE.UU. han vuelto rápidamente a la normalidad; la yield del bono americano a 10 años ha subido 80 puntos básicos desde principios de 2021, señala Benjamin Melman, Global CIO en Edmond de Rothschild AM en su último análisis de mercado dirigido a sus inversores.” La gran pregunta es si un movimiento tan grande desestabilizará los mercados”, subraya.
“Esperamos que el crecimiento económico aumente en EE UU y en todo el mundo”, dicen los analistas de J.P Morgan Private Bank
En su opinión el entorno sigue siendo prometedor y el banco de inversión mantiene su postura de sobreponderar la renta variable. Sin embargo, el Cio de Edmond de Rothschild AM considera que la volatilidad podría volver. El S&P500 está actualmente muy sesgado hacia los valores más “growth” de larga duración, por lo que es naturalmente más sensible al aumento de los rendimientos de los bonos largos, dice. Por este motivo, “hemos reducido la exposición a la renta variable estadounidense en favor de las acciones británicas”, dice. El descuento del mercado británico se ha ampliado desde el referéndum del Brexit y el hecho de que esté orientado hacia los valores de valor lo hace menos sensible a los tipos de interés, explica. Además, la campaña de vacunación ha sido un éxito y el país ha pasado esencialmente la página del Brexit, comenta.
En cuanto a la renta fija Edmond de Rothschild AM ha infraponderado los bonos en enero y mantienen esta decisión. “Creemos que es demasiado pronto para retomar el riesgo de duración. También consideramos que, en términos de construcción de carteras, la posibilidad de que las rentabilidades de los bonos a largo plazo sigan subiendo significa que los riesgos de la renta variable y de los bonos se sumarian en lugar de anularse mutuamente”, dice Melman.
Crecimiento global
Desde JP Morgan Private Bank esperan que el crecimiento económico aumente en EE.UU. y en todo el mundo. En esta línea ven oportuno invertir en renta variable cíclica para equilibrar la exposición al crecimiento. “A medida que la economía se recupere se beneficiarán los activos expuestos a la mejora del crecimiento”, señalan en su informe de mercado para clientes. El sector financiero, vehículos de próxima generación y empresas que se beneficiarán de una mayor movilidad, son algunas ideas que aportan.
Los sectores cíclicos han superado a los defensivos, como los servicios públicos, desde el verano pasado, ayudados en gran parte por las noticias positivas sobre las vacunas, según los expertos.
De cara a un escenario con una economía fuerte y los tipos de interés más altos a largo plazo, los inversores deberían considerar salir del exceso de efectivo, señalan los analistas del banco privado. “Los rendimientos en efectivo ajustados a la inflación son profundamente negativos”, dicen. Dicho de otra manera, “los inversores no ganan nada y, en realidad, están perdiendo poder adquisitivo al quedarse en efectivo”. Igualmente ven oportuno invertir en renta variable cíclica para equilibrar la exposición a las compañías de crecimiento y evitar la renta fija core de larga duración. “No creemos que la subida de los tipos de interés haya terminado”, dicen estos expertos. Los tipos de interés a más largo plazo, más de cinco años, pueden seguir subiendo desde aquí a medida que los precios del mercado de renta fija descuenten una economía más fuerte. Para nosotros, eso significa que los inversores deberían mantener una duración más corta, al menos por el momento”, dicen los analistas.
El atractivo del factor “valor”
Goldman Sachs reitera su opinión de que las valoraciones de las acciones siguen siendo atractivas en relación con los rendimientos. “Los mercados están fijando un precio a futuro de 22x para el S&P 500, lo que implica un rendimiento de las ganancias de alrededor del 4,5%”, dicen los analistas del banco de inversión. Además, creen que el factor “valor” sigue siendo atractivo en relación con la historia. En particular las empresas de altos dividendos ya que el contrato de futuros de dividendos 2023 del S&P 500 se negocia un 11% por debajo de su pronóstico de top-down y solo un 5% por encima de los pagos realizados en 2019”.
Los dos sectores de valor, energía y finanzas, están posicionados para beneficiarse de la dinámica macro de tasas crecientes y precios del petróleo más altos, dicen. “Las valoraciones relativas para estos sectores siguen siendo históricamente bajas y esperamos un rendimiento superior continuo si la economía continúa acelerándose y las tasas siguen subiendo” ,explican los analistas del banco de inversión estadounidense.
Reactivación, no recuperación
Según las previsiones de BlackRock Investment Institute (BII) “asistimos a una marcada reactivación de la economía, no una recuperación. “Creemos que la salida de la crisis de la COVID-19 se caracterizará por la reactivación de la economía y no asistiremos a una recuperación tradicional del ciclo empresarial”, señalan.
Los motivos principales que explican este razonamiento son los rasgos únicos que presenta esta crisis, dicen los analistas del banco. “La demanda acumulada generalizada y las diferentes dinámicas de la inflación; la aprobación de un paquete presupuestario de 1,9 millones de dólares y la aceleración de la vacunación en EE.UU. acentúan estos factores”, comentan. Según sus previsiones, “la reactivación seguramente tendrá una solidez mayor de lo que esperan los mercados”.
“Energía y finanzas están posicionados para beneficiarse de la dinámica macro de tasas crecientes y precios del petróleo más altos”, según Goldman Sachs
Uno de los puntos clave es que la reactivación infravalorada, dicen. “Nos encontramos ante una sólida reactivación de la economía, más que ante una recuperación normal, y consideramos que los mercados siguen infravalorando su envergadura y velocidad”, subrayan.
Los analistas de BlackRock mantienen “un posicionamiento táctico de predisposición al riesgo”. Según sus previsiones, el reciente aumento de los rendimientos reales está justificado, habida cuenta de las perspectivas de crecimiento, y. el contexto de mercado. Los rendimientos de los bonos del Tesoro estadounidense alcanzaron máximos de los últimos 13 meses
Las curvas macroeconómicas confirman la fortaleza procílica
Las principales curvas macroeconómicas confirman una mayor fortaleza procíclica, según Álvaro Cabeza, Country Head de UBS AM Iberia. “Todas estas curvas macroeconómicas clave apuntan en la dirección correcta”, dice. “Si bien refuerzan nuestra postura de que hay más recorrido al alza en la renta variable mundial, somos aún más entusiastas con las posiciones de valor relativo que hay bajo la superficie de las acciones”. En el caso de las posiciones procíclicas, hay mucho más espacio para correr en las acciones de valor frente a las de crecimiento, así como en la ponderación de EE.UU. en relación con los índices de capitalización de mercado y las acciones internacionales frente a las de EE.UU.”, comenta-
Irene Lauro, economista de Schroders, considera que el comportamiento de las acciones dependerá del estado real de la economía de EE.UU. en 2021, por lo que los beneficios empresariales serán cruciales para determinar la rentabilidad. Según sus previsiones, los beneficios de las compañías desempeñarán un papel crucial en la determinación de la rentabilidad de las acciones, ya que los precios de las acciones dependerán del estado real de la economía y del sector empresarial.
“Como prevemos un fuerte repunte en el crecimiento económico de EE.UU., esperamos que aumenten las ganancias operativas del S&P 500. La recuperación económica se extenderá hasta 2022, ya que el sector servicios tardará algún tiempo en reactivarse por completo de sus mínimos pandémicos. Esto proporcionará un mayor apoyo a los beneficios, que se prevé que crezcan un 8,3% interanual en 2022 tras un incremento del 29% en 2021”.