Tras sufrir en el parqué buena parte de la semana, Siemens Gamesa se reponía a los malos consejos que ha recibido y cerraba la semana en verde, rozando los 20,7 euros por acción. Y eso que los varapalos que ha sufrido el valor han sido importantes. Por ejemplo, Citi recortaba un 18% su precio objetivo, al pasar de 26,5 euros a 22,5 que le dan ahora. Un precio que, a pesar de todo, todavía le deja recorrido alcista al valor.
Hace no muchos días eran Deutsche Bank y Bank of America las casas de análisis que rebajaban su recomendación. La primera recortaba 3 euros su precio objetivo, hasta los 21 euros, y la segunda aconsejaba a los inversores infraponderar la compañía en las carteras.
Citi recortaba un 18% su precio objetivo, al pasar de 26,5 euros a 22,5 que le dan ahora. Un precio que, a pesar de todo, todavía le deja recorrido alcista
En concreto, analistas de Bank of America han rebajado el precio objetivo de Siemens Gamesa a 18,80 euros desde los 25 euros anteriores, lo que supone un ajuste a la baja del 24% y un potencial a la baja.
Por su parte, los expertos del banco alemán subrayan que «Siemens Gamesa sigue enfrentándose al doble problema de las limitaciones de entrega y el aumento de los costes logísticos y de las materias primas». «Las perspectivas de crecimiento a largo plazo en ‘Offshore’ siguen siendo muy atractivas, pero los retos a corto plazo continúan siendo importantes», valoran.
Los recortes que no sorprenden si tenemos en cuenta que el valor ha caído un 35% en lo que va de año, a la par que Solaria. En julio, la compañia anunciaba un ‘profit warning’ sobre sus próximos resultados ante la perspectiva de que las ventas se ubicarán en la parte baja de la horquilla.
En ese momento, Siemens Gamesa basaba el lanzamiento del profit warning debido al «acusado aumento de los precios de las materias primas» y «al aumento de las estimaciones de costes de lanzamiento de la plataforma 5.X de Siemens Gamesa, especialmente en Brasil». La compañía de aerogeneradores ha explicado que «el impacto de estos factores se ha visto exacerbado por la pandemia, especialmente en países como Brasil, donde nos enfrentamos a deficiencias en la cadena de suministro y cuellos de botella relacionados con la ejecución».