La Empresa de la Semana / Maite Nieva
La fuerte caída de la demanda de petróleo y de los precios del crudo y del gas han pasado una elevada factura a Repsol, confirmando así lo que el mercado venía anunciando en el último mes y que ha puesto la cotización contra las cuerdas. Bajista en todos sus plazos, se desploma por debajo de los mínimos de marzo y en lo que va de año los títulos pierden más del 50% de su valor en Bolsa. La petrolera ha anunciado unas pérdidas acumuladas de 2.578 millones de euros en los nueve primeros meses del año frente a los 1.466 millones que ganó en el mismo periodo del año anterior y un resultado neto ajustado de 196 millones de euros.
Los resultados obtenidos por Repsol entre enero y septiembre han sido débiles y con fuertes caídas de las cifras de negocio, tal como esperaba el mercado y en línea con su trayectoria en Bolsa en las últimas semanas. A medida que se acercaba la fecha de la presentación de se ha disparado la volatilidad de los títulos de la compañía hasta romper la barrera de los mínimos de marzo, situándose en el entorno de 5,2 euros por acción tras varios días consecutivos de fuertes caídas. Aunque el valor consiguió superar los mínimos de marzo de 5,5 euros por acción, el 2 de octubre volvía a desplomarse para volver a perder después todo lo ganado. Ahora la compañía que preside Antonio Brufau ha dejado la puerta abierta a nuevos rebotes tras anunciar, ante analistas internacionales, que estudia futuras alianzas o una posible salida a Bolsa de su división de energías renovables, entre otras alternativas, para financiar el crecimiento de su división de energías renovables.
Bajista en todos sus plazos la compañía energética ha perdido más del 60% de su valor en Bolsa en lo que va de año desde los 13,56 euros por acción a comienzos de enero. l consenso de mercado sigue viendo un potencial elevado en sus títulos y algunos analistas consideran que la compañía está excesivamente penalizada por el mercado y sus títulos infravalorados respecto a sus comparables. No obstante, en el último mes la oleada de recomendaciones a la baja se ha intensificado. Tras romper el soporte de los mínimos de los últimos 17 años en 5,37 euros, los expertos en trading no descartan que el valor pueda seguir cayendo hasta el nivel de 4,80 euros en las próximas semanas. También los analistas de Bank of America advertían que su precio podría tardar en recuperar los niveles anteriores dos o tres años, en el mejor de los casos.
Potencial elevado
Las cifras de Repsol para el tercer trimestre de 2020 se esperaban débiles “por menores precios de realización, menor producción, y débiles márgenes del refino”, señala Natalia Aguirre, directora de Análisis y Estrategia de Renta 4. No obstante, ha “salvado un durísimo trimestre a nivel operativo gracias a la contención del opex , capex y venta de activos”.
“Repsol muestra una elevada resiliencia en un entorno en el que creemos que ha dejado atrás lo peor”, dice Natalia Aguirre, directora de Análisis y Estrategia de
Renta 4
En su opinión el valor está excesivamente penalizado en el mercado aunque reconoce que es escenario actual no es el más propicio ahora. Repsol ha “salvado” un durísimo trimestre a nivel operativo gracias a la contención del opex , capex y venta de activos, subraya.
La atención del valor seguirá centrada en el nuevo plan estratégico, dice la analista. Repsol ha dejado para el día 26 de noviembre las grandes cifras del nuevo plan, incluida la política de retribución al accionista, comenta. “Esperamos que la recompra de acciones tenga un papel relevante: será competitiva, orgánica y compatible con el balance, señala.”. En cuanto a los objetivos 2020 se han reafirmado las tendencias futuras de negocio que siguen pasando por la descarbonización, con los biofuels y las EERR como puntales de lanza, explica.
La analista destaca que la compañía reitere el Plan de Resiliencia 2020 con nueva estimación de reducción de gastos operativos de 500 millones de euros, 150 millones más respecto al objetivo inicial. .“Aunque el sector sigue presionado por dudas sobre la demanda, cuestiones medioambientales, ESG, etc., Repsol muestra una elevada resiliencia en un entorno en el que creemos ha dejado atrás lo peor, comenta la analista. Renta 4 recomienda sobreponderar, si bien revisará las estimaciones y valoración tras el nuevo plan, comenta.
Natalia Aguirre también pone en valor la mejora de la deuda financiera neta (DFN), gracias a la contención de los gastos en bienes de capital (capex) que, al cierre del tercer trimestre, se situó en 3.338 millones de euros, 649 millones de euros, inferior a la del cierre del segundo trimestre de 2020. Así mismo destaca la generación de caja operativa durante el tercer trimestre de 2020 que ascendió a 1.258 millones de euros. También, el flujo de caja libre ascendió a 1.140 millones, muy por encima de los 719 millones del mismo periodo de 2019.
Estimaciones a la baja
En el último mes varias casas de inversión han recortado sus estimaciones para el valor y los precios objetivos se han ido alejando a marchas agigantadas respecto al precio medio del Consenso de Mercado. J.P.Morgan Cazenove recortaba a mediados de mes su recomendación a neutral y el precio objetivo del valor a 8 euros por acción desde los 9 anteriores. Los analistas del banco de inversión reconocen que las acciones son baratas en términos generales, pero el análisis de equilibrio realizado concluye que la empresa posee las características de cartera incorrectas para prosperar en las condiciones macroeconómicas imperantes en 2020”. El exceso de oferta global, los elevados stocks de productos y los diferenciales ajustados corren el riesgo de registrar márgenes mínimos prolongados según la tesis de Inversión. Por otra parte, “los vientos en contra del beneficio del precio por acción (BPA) subyacentes del año fiscal 20 y la relativa vulnerabilidad de la cartera a los riesgos de la demanda (refinamiento, falta de activos de exploración y producción de curvas de bajo coste) dejan a Repsol como una “trampa de valor” más que una oportunidad “, según sus previsiones. A la espera de refinar los “brotes verdes”, dicen, los principales riesgos genéricos, tanto al alza como a la baja, provienen del petróleo crudo, gas natural o márgenes de refinación. Igualmente los analistas de JPMorgan recogen sus estimaciones las exposiciones de Repsol a Libia y Venezuela.
Durante el último mes también ha actualizado sus previsiones sobre el valor HSBC con una reducción de la recomendación a mantener desde comprar y un precio objetivo de 7,10 euros por acción desde los 8,45 euros; Berenberg recorta el precio objetivo a 8,50 desde 9,10 anterior. Pese al desplome del precio de la acción, cada día que pasa más alarmante, la petrolera española cuenta con el respaldo de una mayoría de los analistas y del Consenso de Mercado recomienda comprar con un precio objetivo de 9,89 euros por acción frente a los 5,2 euros que cotizaba la semana pasada.
Un derrumbe histórico
La situación generada por el covid-19 ha repercutido de manera brusca en los precios del crudo y el gas, con fuertes caídas durante los primeros meses de 2020. Y sobre todo, durante el segundo trimestre, donde la demanda mundial padeció el mayor derrumbe de la historia. Entre enero y septiembre la cotización media del crudo Brent cayó un 36% y la del WTI un 33%, con precios medios cercanos a los 40 dólares por barril para ambos indicadores. Por su parte, el gas Henry Hub disminuyó su cotización media un 30%, arrojando un precio medio para el periodo de 1,9 dólares por Mbtu. La valoración de los inventarios de Repsol se vio impactada negativamente por el descenso de las cotizaciones de las materias primas de referencia, en -1.048 millones de euros para el periodo. Además, ante este contexto la compañía revisó sus hipótesis de precios futuros del crudo y del gas y ajustó a la baja el valor de activos de Upstream, lo que fue fundamental para que los resultados específicos se situasen en -1.726 millones. “Todo ello llevó el resultado neto de los nueve primeros meses de 2020 a -2.578 millones de euros”, explican desde la compañía.
“La relativa vulnerabilidad de la cartera a los riesgos de la demanda dejan a Repsol como una trampa de valor más que una oportunidad”, según JP Morgan
La liquidez de la compañía se situó en 9.099 millones de euros a final de septiembre, lo que cubre en 3,43 veces los vencimientos a corto plazo, cifra que también se incrementa respecto a las 2,43 veces del trimestre anterior. En lo que llevamos de ejercicio, Repsol ha reforzado su posición financiera mediante cinco emisiones de bonos por un total de 3.850 millones de euros, de los que 1.500 millones corresponden a bonos perpetuos subordinados, que fortalecen el patrimonio del Grupo, además de su liquidez. También se incrementaron las líneas de crédito comprometidas y no utilizadas en 1.605 millones de euros.
Resultados marcados con el sello de la crisis
Repsol alcanzó en los primeros nueve meses de 2020 un resultado neto ajustado, el que mide el desempeño de los negocios, de 196 millones de euros. Esta cifra incorpora los efectos de las medidas adoptadas tras el inicio de la pandemia, según la compañía, y ha permitido que el resultado neto ajustado del tercer trimestre mejore en 265 millones de euros el resultado negativo de -258 millones del segundo trimestre del ejercicio.
En un escenario sin precedentes, marcado por la crisis sanitaria global, la drástica caída de los precios del crudo y del gas y el colapso de la demanda, Repsol ha ajustado sus hipótesis de precios en el segundo trimestre de 2020 lo que afectó al valor de sus activos de Upstream y se reflejó en unos resultados de -1.726 millones. Debido a estas variables, el resultado neto acumulado hasta septiembre fue de -2.578 millones de euros, señalan. En este entorno, “sin precedentes la compañía ha mostrado solidez y resiliencia”, aseguró el consejero delegado de la compañía, Josu Jon Imaz, durante la presentación de los resultados: “Nuestra fuerte generación de caja durante el periodo muestra la eficacia de nuestro Plan de Resiliencia. Hemos sido capaces de obtener un flujo de caja operativo positivo en todos los negocios, totalizando 2.122 millones de euros en los nueve primeros meses del año, acreditando nuestra solidez incluso en un escenario tremendamente complejo, con precios de las materias primas deprimidos y una demanda inusualmente baja”.