Maite Nieva
La preocupación por la inflación contribuirá probablemente a aumentar el nerviosismo en los mercados si los rumores sobre la reducción de las compras de activos por parte de la Fed se intensificaran durante el verano. Ante una posible subida desordenada los inversores deberían considerar estrategias de renta fija que tengan la capacidad de invertir globalmente en busca de una mayor protección de los ingresos. Y, al mismo tiempo, modificar de forma flexible en caso de que cambien las condiciones económicas. Según JP Morgan, los inversores no deberían descartar los bonos. Su propuesta es diversificar con renta fija mundial y buscar soluciones en los mercados alternativos. En este sentido consideran que la deuda pública china es especialmente atractiva en la actualidad.
La inflación se ha convertido en la bestia negra de los mercados, tras una subida de precios que parece no tener límite. Y con ella se ha disparado la volatilidad en las Bolsas. La perspectiva de que los Bancos Centrales comiencen a endurecer su política monetaria, poniendo freno a la liquidez y adelanten el pistoletazo de salida a la subida de los tipos de interés, es algo que no descartan los mercados.
Los inversores no deberían descartar los bonos pero tendrían que tratar de diversificar con renta fija mundial y buscar soluciones en los mercados alternativos
La apertura de las economías desarrolladas hace prever un fuerte repunte del crecimiento, con probabilidades de encontrarnos con una inflación resistente, señala el equipo de Market Insights de JPMorgan. Y, aunque la política de apoyo, impulsada por los Bancos Centrales en el mundo desarrollado ayudará a las economías a recuperarse, la nueva dinámica de reacción más paciente de los Bancos Centrales no está exenta de riesgos,” subrayan. Uno de los síntomas más evidentes son las subidas de los tipos de interés de los bonos. “Cuando los Bancos Centrales levantan el pie del acelerador y empiezan a pisar el freno, la rentabilidad del mercado de bonos se resiente. El primer trimestre, en el que los bonos del Tesoro de Estados Unidos, sufrieron una pérdida superior al 4% —su mayor caída trimestral desde 1980— constituye un buen ejemplo”.
Un semestre turbulento
El equipo de JP Morgan espera que la segunda mitad del año sea más turbulenta en el mercado de renta fija. “La preocupación que suscita la inflación contribuirá probablemente a aumentar el nerviosismo en los mercados y, sin duda, los rumores sobre la reducción de las compras de activos por parte de la Fed se intensificarán durante el verano.
“Una subida desordenada de la inflación es lo que realmente inquietaría a los mercados, explican. “Se trata de un riesgo excepcional y será necesario que se produzcan numerosas noticias negativas para que los Bancos Centrales opten por reducir más rápidamente su oferta de dinero”, señalan. Aun así, “como no es probable que sea favorable ni para las acciones ni para los bonos,” creen que no debemos confiarnos.
Protección ante imprevistos
El equipo de Market Insights de JP Morgan prevé que dicha reducción no comience hasta principios de 2022, y que las subidas de tipos no se produzcan al menos hasta el año siguiente, según su hipótesis de base, no obstante, estiman que los inversores deberían considerar estrategias de renta fija que tengan la capacidad de invertir globalmente en busca de una mayor protección de los ingresos. Y, que al mismo tiempo, puedan modificarse de forma flexible en caso de que cambien las condiciones económicas.
En la zona euro, las grandes compras de activos se mantendrán durante un periodo de tiempo prolongado en un contexto de presiones inflacionistas aún débiles. Incluso si observamos una cierta reorganización de las compras entre los distintos programas del Banco Central Europeo (BCE). Los recientes comentarios del Banco de Inglaterra (BdI) sugieren que los responsables de la política monetaria podrían mostrarse dispuestos a endurecer su política algo más rápido en el Reino Unido, pero este debería ser un debate de cara al año que viene y no a este.
Bonos para equilibrar la cartera
No cabe duda de que las perspectivas de rentabilidad de la renta fija son difíciles, dicen los analistas de JP Morgan. Y, en este contexto, los clientes se preguntan qué papel deben desempeñar los bonos en una cartera equilibrada en los próximos años, añaden. En su opinión, los inversores no deberían descartar los bonos pero tendrían que tratar de diversificar con renta fija mundial y buscar soluciones en los mercados alternativos”. Además, en renta fija siguen siendo cautelosos con la deuda pública y prefieren la deuda corporativa.
Aunque el papel de la renta fija en una cartera está en tela de juicio, estos expertos proponen esta opción para buscar protección en aguas turbulentas por el papel que desempeña en una cartera equilibrada. “La idea de excluir totalmente los bonos de las carteras podría resultar tentadora. Sin embargo, dicha medida conllevaría una volatilidad mucho mayor de la cartera y una escasa protección frente a los riesgos bajistas imprevistos”, subrayan. “En el supuesto de que, por ejemplo, el virus mutase hasta el punto de que las vacunas dejasen de ser eficaces, la deuda pública sería probablemente uno de los pocos activos que generarían una rentabilidad positiva.”
En el pasado, los cupones que pagaban los bonos servían por lo menos para atenuar el efecto de la subida de los tipos, explican. “Durante el último ciclo de subidas de la Fed, desde diciembre de 2015-a diciembre de 2018, el precio de los bonos del Tesoro de EE. UU. cayó cerca de un 2%, pero el cupón pagado durante el periodo compensó con creces esa pérdida, de modo que la rentabilidad total siguió siendo positiva y se situó en torno al 4% durante ese periodo. Durante el mismo periodo, la deuda pública global de categoría de inversión consiguió una rentabilidad de aproximadamente el 12%. Hoy en día, con las tires iniciales y los diferenciales tan bajos, los ingresos para contrarrestar la subida de los tipos son muy escasos”.
El atractivo de la deuda pública china
Una solución global que, resulta especialmente atractiva hoy en día en opinión de los analistas de JP Morgan, es la deuda pública china, que actualmente ofrece una tir superior al 3% y se beneficia de una sólida calificación crediticia. Una duración media relativamente baja también contribuye a que sea menos vulnerable al aumento de las tires.
Los bonos chinos han demostrado tener una baja correlación con los mercados mundiales de renta fija y de renta variable, lo que convierte al mercado en una buena fuente de diversificación de carteras. El mercado chino de renta fija “onshore” es el segundo más importante después del mercado del Tesoro de EE. UU, pero su representación en los índices de referencia mundiales es todavía reducida. A medida que aumente su ponderación, los inversores deberían beneficiarse del aumento de la demanda.
Al margen de la renta fija, los inversores pueden buscar otras alternativas de diversificación. Las estrategias macro pueden ajustar su correlación con la renta variable y otras clases de activos y evolucionar de forma dinámica en función de las condiciones cambiantes del mercado. En periodos de incertidumbre —en los que los inversores necesitan protección para su cartera— los fondos macro han superado históricamente a la renta variable.
“La deuda pública china es una solución global que resulta especialmente atractiva”, según el equipo de analistas de Market Insights de JP Morgan
Los bienes inmuebles y las infraestructuras core muestran una baja correlación con los mercados de renta variable, pero sus flujos de ingresos suelen estar vinculados a la inflación, por lo que pueden servir como una buena cobertura contra la inflación. Evidentemente, no es oro todo lo que reluce, y estos tipos de activos suele tener limitaciones de liquidez, pero quienes puedan invertir a largo plazo podrán beneficiarse de la protección contra la inflación que brindan. Por último, puesto que prevén una mayor volatilidad en los próximos meses, no solo para los mercados de renta variable, sino también para los de renta fija, creen que una asignación a alternativas podría aumentar la resiliencia de la cartera.
La importancia de prestar atención a los riesgos
Según una encuesta publicada la semana pasada por UBS, la inflación se ha convertido en una de las principales preocupaciones de los administradores de reservas de los Bancos Centrales, junto con el hecho de no poner fin a la crisis del Covid-19 y los crecientes niveles de deuda. La mayoría dice que esperan un aumento, pero sin moverse hacia niveles muy altos de inflación. Sin embargo, más de dos tercios de los participantes esperan que la Reserva Federal de EE. UU., aumente las tasas de interés en 2023, mientras que el 30% espera que la Reserva Federal lo haga en 2022.
En el segundo semestre los inversores buscaron rentabilidad y cobertura contra la inflación en los mercados de renta fija, habida cuenta del contexto de reducción de las tires de los bonos del Estado y de aumento de la inflación, señala el equipo de analistas de JP Morgan. Además, han recurrido a productos de diferenciales, como la deuda de mercados emergentes, el crédito estadounidense investment grade, los bonos high yield estadounidenses y europeos, así como los bonos indexados a la inflación.
En términos de duración, EE. UU. ha mostrado un mejor comportamiento el último trimestre, ya que parece que los inversores han preferido optar por tires del Tesoro relativamente más altas, en detrimento de la deuda soberana europea, cuyas tires reales se hallan aún en niveles muy negativos. Por otra parte, es posible que las tires europeas también se hayan visto impulsadas ligeramente al alza por la emisión de bonos a 10 años, por valor de 20.000 millones de euros para financiar el paquete de recuperación de la Unión Europea como parte del plan NextGenerationEU.