Maite Nieva
El aumento de la demanda y una oferta limitada han llevado los precios del petróleo a tocar su mayor nivel en más de dos años. Apoyados por la recuperación económica y la perspectiva de crecimiento de la demanda de combustible global, el oro negro vuelve a remontar con fuerza. En los últimos doce meses el precio del barril del petróleo Brent ha alcanzado un máximo anual intradía de 74,73 dólares el barril la semana pasada, superando máximos de 2 años y 7 meses. Mientras, el petróleo WTI supera máximos de 2 años y 8 meses tras alcanzar los 72,83 dólares el barril. Unas previsiones disparan las controversias a las que se enfrenta el sector, ya que reducir su consumo se ha convertido en un paso es esencial para luchar contra el calentamiento global así como uno de los principales objetivos de los gobiernos
La transición hacia la generación de energías más ecológicas ha puesto a la industria del petróleo y gas contra las cuerdas. Al menos temporalmente. Tras el desplome sufrido en los últimos dos años, el oro negro vuelve a remontar con fuerza a medida que las campañas de vacunación se aceleran en los países desarrollados y la demanda se dispara. Una situación que choca abiertamente con el cambio de paradigma que propone la Unión Europea y varios países del mundo cuyo objetivo es sustituir las energías fósiles por las renovables.
Los precios del petróleo subieron la semana pasada por quinta vez consecutiva. El pasado 16 de junio el petróleo Brent, de referencia en Europa y cuyo precio controla la OPEP, subía un 1% hasta 74,73 dólares, su cota más alta desde mayo de 2019. Al tiempo que el West Texas, de referencia en EE.UU subía un 0,8% hasta 72,83 dólares por barril, su cota más alta desde octubre de 2018, y camino de su quinta subida trimestral, lo que marcaría su mejor racha desde 2010, según el mercado.
“El actual auge de las materias primas ofrece una buena oportunidad para financiar la transición del modelo de negocio de las petroleras”, dice Marlen Shokhitbayev, analista de Scope
LA AIE espera un aumento de la demanda
La Agencia Internacional de Energía (AIE) espera que la demanda mundial vuelva a los niveles previos a la pandemia a fines de 2022, más rápido de lo previsto anteriormente. El mismo pronóstico alcista de la Organización de Países Exportadores de Petróleo que predijo que la demanda aumentaría en 2021 en 5,95 millones de barriles al día, un 6.6% más que un año antes.
También en EEUU., las compañías de perforación han registrado el mayor aumento semanal de crudo en un solo mes en un intento de beneficiarse de la creciente demanda. El número de plataformas petroleras activas de Estados Unidos han aumentado hasta 365, su cota más alta desde abril de 2020, según la compañía de servicios energéticos Baker Hughes en un informe semanal.
Uno de los factores que está propiciado las subidas del petróleo se debe en a que el tráfico de vehículos motorizados está regresando a los niveles previos a la pandemia en América del Norte y gran parte de Europa. También hay más aviones en el aire a medida que se alivian los confinamientos y otras restricciones. En este entorno, la Agencia Internacional de la Energía (AIE) ha instado a la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y sus aliados, conocidos como OPEP+, a aumentar la producción para satisfacer la creciente demanda. Por otra parte, el grupo OPEP+ ha estado restringiendo la producción para respaldar los precios después de que la pandemia frenara la demanda en 2020, manteniendo el cumplimiento de los objetivos acordados.
En el foco de los inversores
Pese a la nueva conciencia de sostenibilidad medioambiental que está ganando peso en los mercados, el petróleo sigue siendo una de las principales inversiones en las carteras de materias primas del as casas de inversión. Es el caso de Cobas AM que se ha sumado al ‘superciclo’ de las materias primas. “Hay muchas señales de que la recuperación económica global, combinada con un estímulo monetario y fiscal masivo, podría conducir al aumento de la inflación a medida que el dinero recién creado se abre paso en la economía real en lugar de solo en activos financieros”, dicen los analistas en su último boletín. “Como medida de protección y refugio, el aumento de las perspectivas de los inversores sobre la inflación futura es uno de los factores del alza del precio de las materias primas”, explican.
“Cuando la demanda de petróleo vuelva a niveles pre pandemia, si la oferta no tiene la capacidad suficiente de atender un nivel determinado de demanda provocará un alza en los precios de la materia prima, que en última instancia generará el incentivo necesario para que se vuelva a invertir en el sector”, señalan. “No invertimos en el petróleo como commodity, sino que lo hacemos a través de empresas de servicios, que se beneficiarán por la necesaria vuelta del Capex a la extracción de petróleo. ”Nuestra inversión se basa principalmente en el ciclo de Capex y no tanto en el precio de la materia prima, al desconocer su evolución futura”, explican.
“Hay que tener en cuenta que la demanda de petróleo no es discrecional y es relativamente poco elástica, al ser el petróleo un bien absolutamente necesario para el día a día de nuestra sociedad” opinan estos expertos. “A esto habría que añadirle la tasa de declino propia de las explotaciones petrolíferas. Esta tasa se debe a la salida a presión inicial del crudo que se reduce con el tiempo minimizando el flujo de petróleo, lo que obliga a realizar más inversiones o Capex para poder seguir extrayéndolo o para mantener los volúmenes de extracción” subrayan.
Cambio en el modelo de negocio
Si las compañías de petróleo y gas planean mantener su papel como actores energéticos importantes al mismo tiempo que cumplen los objetivos del Acuerdo de París, necesitan transformar sus modelos de negocio de forma más agresiva, comenta Marlen Shokhitbayev, analista de Scope.. Principalmente a través de fuertes inversiones en tecnologías de baja emisión de carbono. En su opinión, el actual auge de las materias primas ofrece una buena oportunidad para financiar esta transición, aunque el impacto en la calidad crediticia dependerá de las estrategias empresariales y financieras individuales, señala.
“La industria petrolera ya se está enfrentado a un cambio de paradigma, impulsado por inversores activistas», asegura Andrew Oxlade, responsable de Contenido de Schroders
Los elevados precios de la energía, junto con la optimización de las estructuras de costes, se han traducido en unos sólidos resultados financieros en el primer trimestre de 2021,que superaron a los del primer trimestre de 2020, un trimestre sólo moderadamente afectado por la crisis económica derivada de la pandemia, afirma la analista. No obstante, considera que “una postura más cautelosa con respecto al gasto en inversión y la remuneración a los accionistas refleja la incertidumbre sobre la duración del actual ciclo alcista y la creciente presión reguladora y de los inversores para alcanzar los objetivos fijados por el Acuerdo de París”, comenta.
“Estas presiones, así como la perspectiva de un pico de demanda de petróleo, se están combinando para transformar el sector del petróleo y el gas, de ahí nuestras antiguas expectativas de que más empresas del sector establecerán objetivos ambiciosos, lo que llevará a transformaciones más rápidas y profundas de sus operaciones. Si había alguna duda sobre estas tendencias, los recientes acontecimientos en algunas juntas de accionistas la habrán despejado.
El coste de ir contra la transición climática
La industria petrolera ya se está enfrentado a un «cambio de paradigma, impulsado por inversores activistas » asegura Andrew Oxlade, responsable de contenido de Schroders.“Todos los años, los activistas del cambio climático se centran en la «temporada de juntas generales de accionistas , de abril a junio, y utilizan estos foros para impulsar el cambio. Aaunque a veces sólo sea para dar a conocer los fallos, explica.
Las compañías petroleras se enfrentan a una prolongada racha de malos resultados financieros, en parte debido a la caída del precio del crudo. Pero ha coincidido con una mayor concienciación del coste que supone para los accionistas que las empresas no realicen una transición lo suficientemente rápida, sobre todo ante una legislación que cambia rápidamente, subraya.
El ‘hedge fund’ Engine Nº 1, con una participación del 0,02% de la petrolera ExxonMobil ,junto con apoyo de otros inversores como Schroders , Blackrock y fondos de pensiones de California y Nueva York, han echado un pulso al CEO de la compañía, Darren Woods. Acusan a ExxonMobil de no contar con un plan coherente para sobrevivir a la transición global hacia las energías limpias, lo que pone en peligro la persistencia de la compañía en el largo plazo.
Las votaciones a favor de estrategias más activas de reducción de emisiones en ExxonMobil y Chevron ilustran la postura más rezagada de las empresas de petróleo y gas estadounidenses a la hora de abordar su huella medio ambiental, dice Marlen Shokhitbayev, analista de Scope. Así mismo, en Europa Shell perdió un caso judicial histórico que le obliga a reducir sus emisiones de carbono. La orden judicial holandesa apunta a la amenaza de acciones legales que se cierne sobre el sector en general, dice la analista. “Independientemente del resultado del caso de Shell -la empresa tiene previsto recurrir-, la sentencia es importante porque podría desencadenar acciones legales contra empresas energéticas de todo el mundo”.