Moody’s y Fitch han rebajado sus calificaciones de la deuda de Prisa, para enterrarla en el grado especulativo (bono basura) en el que ya se encontraba, tras la anunciada refinanciación de deuda y la venta de Santillana España.
Moody’s ha rebajado un escalón su calificación de a Caa1, y mantiene sus perspectivas negativas para el grupo de comunicación. Fitch la ha rebajado en tres escalones, al pasar de B- a C. En ambos casos se coloca entre las inversiones especulativas de alto riesgo.
Moody’s basa su recorte en el rendimiento por debajo de lo esperado que ha tenido la compañía en 2020, así como por las expectativas que tiene para Prisa para el próximo año, en el que considera que seguirá teniendo un rendimiento “muy pobre”. Moody’s también avisa el deterioro del negocio de Prisa tras la venta del negocio de la editorial Santillana en España el pasado octubre por 465 millones de euros. Y es que, aunque esa operación está vinculada a la reducción de su deuda en un 30 %, también supone la pérdida de su única fuente recurrente y estable de flujo de efectivo.