La agencia de calificación crediticia Moody’s ha rebajado al 1,3% su previsión de crecimiento para las economías del G20 en 2023, ocho décimas menos de lo previsto anteriormente y por debajo de la expansión del 2,5% esperada para las mayores economías del mundo en 2022, como consecuencia de la desaceleración esperada en Europa y Norteamérica, mientras que la recuperación proyectada para 2024 será inferior a la tendencia del 2,2%.
El mayor pesimismo de la calificadora de riesgos refleja el impacto de una inflación persistentemente alta, que obliga a los principales bancos centrales a subir tipos y drenar liquidez del sistema financiero; el impacto en la seguridad alimentaria y energética mundial de la Guerra en Ucrania, y las peores perspectivas de crecimiento para China en medio de las restricciones persistentes por la COVID-19 y la filtración del estrés del sector inmobiliario a la economía en general.
De este modo, la agencia anticipa que el PIB de la primera economía mundial crecerá un 1,8% en 2022, una décima menos de lo esperado previamente, y se desacelerará hasta el 0,4% el próximo año, para recuperarse en 2024, aunque con una modesta tasa de expansión del 1,1%.
Asimismo, para Moody’s «es muy probable que se produzcan recesiones en el Reino Unido y la zona del euro» como resultado del shock en el suministro de energía. De este modo, espera que el PIB del bloque del euro crecerá en 2022 un 3% para caer un 0,6% en 2023 y volver a crecer en 2024 con una expansión del 1,6%.
De su lado, la agencia ha revisado a la baja también sus expectativas de crecimiento para China, hasta el 3% en 2022 y el 4% en 2023, frente al anterior 3,5% y 4,8%, respectivamente.