Maite Nieva
La crisis energética de la Eurozona, lejos de amainar augura nuevas dificultades tanto en el terreno macroeconómico como geopolítico. Las tensiones entre Rusia y Ucrania suponen malas noticias para la economía de la Eurozona debido a la elevada dependencia del gas procedente de Rusia, en un momento en el que el conflicto podría acentuarse. Por otra parte, los inversores esperan que el endurecimiento de las políticas monetarias aumente la volatilidad en los mercados ya que los precios del gas siguen siendo elevados y el petróleo continúa su tendencia al alza, lo que afectará a la subida de la inflación y al consumo de los hogares en 2022.
Los precios de la energía en 2021 marcaron un año para recordar. De hecho, tuvimos una tormenta perfecta y los precios de la energía en los mercados europeos, en promedio, se multiplicaron por ocho”, señalan los analistas de ING. Los precios del gas se cuadruplicaron en 2021 y los precios del carbono se triplicaron.
Es probable que este año no sea diferente, advierten. El mercado espera actualmente un escenario difícil y que los precios de la energía se mantengan altos en 2022. Según las perspectivas de Warren Patterson, analista de ING, la fortaleza excepcional de los mercados energéticos durante 2021 ha continuado hasta 2022 y los precios del petróleo y el gas se mantendrán elevados. En su opinión, los crecientes riesgos geopolíticos y las interrupciones del suministro han demostrado ser constructivos para los precios.
“Estamos viviendo la peor situación de inventarios de gas natural en Europa, con las existencias más bajas de los últimos cinco años”, dice Robert Minter, director de Estrategia de Inversión en ETFs de abrdn
Según las previsiones de Patterson, el mercado mundial del petróleo entrará en superávit a partir del segundo trimestre de 2022 en adelante. “Una vez que vuelva el excedente, esperamos que el mercado se mantenga bien abastecido al menos hasta finales de este año”. Sin embargo, si la OPEP+ cree que necesita pausar sus aumentos mensuales de producción en cualquier momento del año, esto tendría un impacto en el balance del petróleo, aunque en el entorno de precios actual, esto es poco probable, comenta. Por el contrario, “es probable que el mercado del gas siga siendo volátil a niveles elevados”.
Un futuro incierto
Los futuros de la energía se mantendrán altos durante 2022, con una modesta caída durante la primavera y el verano, aunque los comerciantes de energía creen que los precios se reducirán a la mitad cuando llegue la primavera europea, lo que está en línea con el escenario base, según el analista. En cambio, los precios de la energía se mantienen muy por encima de los niveles normales de abril a septiembre en torno a los 40 euros megavatio/hora, explica.
No obstante, desde ING advierten que el futuro de los precios de la energía es muy incierto ya que los impulsores que los diferencian son casi imposibles de predecir. ”De hecho, 2022 podría ser el año de nuevos récords”, apunta. “Lo que suceda con los precios de la energía depende principalmente de las condiciones climáticas, la recuperación económica de Covid-19 y la geopolítica”, explican. Este último factor tiene un firme control sobre los mercados de energía, en particular las relaciones entre Rusia y Ucrania y sus repercusiones para el gasoducto Nord Stream 2. También juega un papel importante el suministro de energía.
La inflación, un lastre
El aumento de los precios del gas natural y del petróleo explica la mayor parte de las revisiones al alza de la inflación desde principios de año, comenta François Rimeu, estratega senior de La Française AM. “Prevemos que la inflación general se mantenga por encima del 5% al menos hasta junio, para descender lentamente en el tercer trimestre y profundizar su caída a finales de año, acabando en torno al 3%. En cuanto a la inflación subyacente, esperamos que se sitúe en torno al 2,3% al cierre el ejercicio. Por otra parte, “los efectos de base serán muy negativos en los próximos meses debido a los precios de la energía y a la posible interrupción del suministro, añade.
“Las perspectivas energéticas siguen siendo muy inciertas, con algunos factores alcistas que probablemente cesarán en algún momento, mientras que otros podrían durar más tiempo”, según las previsiones de Rimeu. En parte porque la crisis entre Ucrania y Rusia está añadiendo cierta incertidumbre en torno al suministro de gas natural y también porque la transición energética en Europa llevará al cierre gradual de las centrales de carbón y nucleares en algunos países europeos, explica.
La dependencia del gas ruso
Las tensiones entre Rusia y Ucrania suponen una mala noticia para Europa, ya que mantiene una gran dependencia por el gas procedente de Rusia, señala Robert Minter, director de Estrategia de Inversión en ETFs de abrdn. “En esta época del año, estamos viviendo la peor situación de inventarios de gas natural en Europa, con unas existencias muy por debajo incluso de su punto más bajo en los últimos cinco años”, asegura.
Reino Unido y Europa importan actualmente el 40% de su gas de Rusia, el 16% de Noruega, y los suministros de gas natural licuado (GNL) proceden de Argelia, Qatar y Estados Unidos. Hay dos terminales de GNL en construcción en Europa, pero se necesitarían muchas más para compensar el volumen importado de Rusia, explica Minter.
“El aumento de los precios del gas natural y del petróleo explica la mayor parte de las revisiones al alza de la inflación”, según François Rimeu, estratega senior de La Française AM
En cuanto al suministro de gas licuado a Europa desde Estados Unidos podría llegar a ser relevante, comenta. En el mes de enero se exportaron 7,15 millones de toneladas de GNL desde EE.UU. en 106 buques y la mitad se destinó a Europa. Pero se necesitan más instalaciones para importar GNL en mayor volumen, explica. Sin embargo, las importaciones de EE.UU. sólo podrían sustituir un tercio -60.000 millones de metros cúbicos- de los 180.000 millones de metros cúbicos anuales que Gazprom envía a Europa. Y las instalaciones de GNL sólo se pondrán en marcha si se firman contratos a largo plazo”.
Inversión verde
Con una inversión prevista de 50.000 millones de euros en energía eólica y solar, desde ING esperan un crecimiento de este sector. “Esperamos ver un aumento de 39 GW en el mercado combinado de energía eólica y solar. Esto equivale a 50.000 millones de euros de inversión a los costes actuales de capex para los diferentes proyectos eólicos y solares en toda Europa”, apuntan.
Igualmente prevén que estos mercados proporcionen un sólido incremento del 8% y el 12%, respectivamente, en 2022, en términos de adiciones de capacidad. En el mercado solar es más alto para las plantas solares a gran escala (+14 %), mientras que la energía solar en tejados a pequeña escala aumentará un 11 %. En el mercado eólico, el crecimiento es mayor en el mercado marino (+16 %), ya que algunos grandes parques eólicos marinos entrarán en funcionamiento en 2022. El mercado eólico terrestre está menos sujeto al calendario de grandes proyectos y proporciona un crecimiento constante del 7 %.
Tiempos difíciles para las ‘utilities’ pequeñas
Para las empresas de servicios públicos más pequeñas, estos son tiempos difíciles, señalan dese ING. En general, creemos que el sector de servicios públicos europeo se beneficiará considerablemente de los precios elevados, pero no todos los actores del sector.
Los precios elevados de la energía y el gas crearon una crisis aguda para los jugadores más débiles, con casi 40 de ellas en bancarrota en Europa en los últimos meses, debido a la reducción de los márgenes”. Los más afectados fueron los proveedores de energía sin activos de generación de energía, especialmente en el Reino Unido. Con un modelo de negocio basado en la contratación de nuevos clientes a tarifas bajas para ganar cuota de mercado, un gran número de minoristas se enfrentaron a una contracción de precios en 2021.
Con nueve proveedores de energía en quiebra en 2021, el mercado de Benelux (Bélgica, Países Bajos y Luxemburgo) se ha visto menos afectado, pero más servicios públicos podrían caer en 2022. En Bélgica dos pequeños minoristas, Energy2Business y Vlaamse Energieleverancier, cesaron su actividad. En Francia, un proveedor de energía, Hydroption, quebró en octubre de 2021 después de haber estado en dificultades desde 2018.
Si bien muchas empresas de energía más pequeñas están luchando para salir adelante, a las más grandes les está resultando más favorable, comentan. Las empresas de servicios públicos más grandes lo están haciendo relativamente bien y ahora pueden beneficiarse de nuevos clientes. Este año esperamos un crecimiento medio del EBITDA del 6% en el sector eléctrico europeo y la emisión de 35.000 millones de euros en bonos verdes, señala Nadège Tillier, analista de ING. Solo en el Reino Unido, Shell Energy, EDF, British Gas y E.ON ganaron aproximadamente 630 000; 580 000; 530 000 y 250 000 clientes, respectivamente, ya que el regulador del Reino Unido asignó los clientes fallidos a empresas de servicios públicos más grandes.