Se mantendrán los precios de los alimentos durante la próxima década, debido al alza en la cotización del petróleo, asegura el “Panorama agrícola 2013-2022”, elaborado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (Ocde) y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
En los últimos 10 años, la inflación de estos productos se ha ralentizado, desde 3,8% a 2,7% en los países Ocde y desde 9% a 6% en las economías en desarrollo, “mostrando una desaceleración en el aumento de precios en la mitad de los países de la Ocde y en casi dos tercios de los países en desarrollo”, destaca el reporte.
En tanto, el panorama hacia 2020 prevé que los precios de los commodities agrícolas, tanto cultivos como productos pecuarios, se mantendrán altos, bajo el supuesto de que los precios del petróleo seguirán subiendo, tanto en términos nominales como reales.
El panorama hacia 2020 prevé que los precios de los ‘commodities’ agrícolas, tanto cultivos como productos pecuarios, se mantendrán altos, bajo el supuesto de que los precios del petróleo seguirán subiendo.
“El aumento de los precios del petróleo es un supuesto importante e incierto en que se basan las proyecciones de precios agrícolas. Se espera que una depreciación del dólar estadounidense reduzca la competitividad relativa de los demás exportadores y aumente el poder adquisitivo de muchos importadores”, advierte.
Asimismo, señala que el avance de los precios será también propiciado por “un crecimiento más lento de la producción y una demanda más fuerte, impulsada además por los biocombustibles y un entorno macroeconómico favorable”. Las alzas se concentrarían principalmente en la carne y el pescado y, con menor fuerza, en los productos agrícolas primarios (ver infografía).
Sin embargo, en el corto plazo los precios debieran disminuir respecto de los niveles mostrados en 2011, “ya que la producción mundial sigue respondiendo a los altos precios del pasado”. Además, “los mercados agrícolas continúan reflejando el impacto de una economía mundial a dos velocidades”: débil recuperación en los países desarrollados y crecimiento dinámico en muchos países en desarrollo.