Mercedes Cobo ■
La tormenta financiera que comenzaba en EE UU con el derrumbe del Silicon Valley Bank y las crisis de otros dos bancos estadounidenses ha llegado hasta Europa y ha provocado graves problemas en Credit Suisse. El miedo al contagio ha hecho temblar de nuevo a las instituciones europeas y ha afectado a las cotizaciones de algunas entidades. Sin embargo, los analistas no ven base para que los bancos europeos sufran desequilibrios, aunque advierten de que esta situación volátil y cambiante exige cautela.
La caída del Silicon Valley Bank, una entidad bancaria regional centrada en financiación a Venture Capital en tecnológicas, que se convirtió en el mayor banco en quebrar desde la crisis financiera de 2008, sembraba el temor sobre la salud del sistema financiero. “A esto se sumó la liquidación del banco Silvergate Capital especializado en criptomonedas. A lo largo de 2022, debido al tensionamiento financiero de este tipo de empresas, se produjo una retirada relevante de depósitos que ha llevado a un desequilibrio de balance por salida de depósitos de Silicon Valley Bank. Para restituir la situación y hacer frente a los depositantes, el banco ha tomado una serie de medidas, entre ellas, ha vendido bono americano por unos 21.000 millones de dólares con pérdidas de 1.800 millones de dólares”, explica José Ramos Ponferrada, del equipo de asesoramiento y análisis de A&G.
«España tiene los mejores bancos y los mejores banqueros» y, a pesar de que en estos momentos existe mucha volatilidad en Bolsa, «hay que diferenciar», asegura la AEB
A la caída se unió también Signature Bank, entidad neoyorquina también cercana al mundo cripto, y First Republic Bank, el 14º mayor banco de EEUU por activos, que ha sido rescatado por un total de 11 grandes bancos de Estados Unidos, liderados por JP Morgan, con una inyección de una inyección total de 30.000 millones de dólares para fortalecer su liquidez y evitar su colapso.
La crisis llegaba a Europa con la sangría en Bolsa de Credit Suisse, atrapado en su momento más delicado desde su fundación en 1856.
Contagio
Pese a las quiebras y el miedo a los contagios los analistas no han alterado la perspectiva positiva que han establecido para los bancos europeos a principios de 2023. Sin embargo, destacan que el margen para resultados imprevistos en una situación volátil y cambiante exige cautela.
José Ramos Ponferrada no ve riesgos sistemáticos para el sector, “el principal riesgo es que se acelere la remuneración en los depósitos, lo que preocuparía al mercado por la sensibilidad de los beneficios en torno a los costes de financiación y de depósito. Los bancos europeos tienen unos ratios de liquidez mucho mayores, por encima del 150% mientras que el requisito mínimo es del 100%. A esto se suma que el crecimiento de los préstamos en Europa es de apenas un 2-3% actualmente con respecto al 11% en USA. Por tanto, una mayor liquidez y un menor crecimiento de los préstamos justifican por qué la competencia de los depósitos es menor en Europa, lo que, junto a la estructura de los balances de los bancos, reduce el riesgo de que los bancos europeos se vean forzados a vender su portfolio de bonos/swaps. El sector bancario europeo ha subido un 13% anual, pero por valoración sigue estando barato, aunque hay que esperar a más noticias para poder valorar la situación de manera correcta”, indica
Marco Troiano, responsable de calificación de instituciones financieras de Scope Ratings tampoco cree que los acontecimientos en EE.UU. planteen por sí mismos efectos de riesgo sistémico para Europa, por lo que no considera que exista una base fundamental para el contagio.
“Pero, debido al comportamiento irracional, la mentalidad de rebaño y las acciones de los vendedores a corto agresivos, no se pueden excluir efectos perjudiciales para las instituciones afectadas. Los acontecimientos que se están produciendo en tiempo real ponen a prueba el marco regulador posterior a la gran crisis financiera. En Estados Unidos, las autoridades merecen elogios por la rápida resolución de la crisis, pero no tanto por no haberla prevenido. Silicon Valley Bank (SVB) era un banco grande, con más de 200.000 millones de dólares en activos, difícilmente una preocupación para los reguladores. No nos impresiona, teniendo en cuenta la arquitectura reguladora posterior a la crisis financiera”, explica
Señala también que un posible factor de contagio a Europa “sería un cambio fundamental en la forma en que los inversores perciben los bancos, es decir, que ya no sean las empresas de bajo riesgo que se creía que eran, a pesar de todas las restricciones regulatorias a las que han estado sometidos desde la crisis financiera mundial. Lo vemos poco probable”.
Destaca que más allá “de las sólidas métricas de capital y liquidez mostradas por los bancos de la UE, nuestro sesgo positivo se basa en el sólido marco regulador y de supervisión de la UE. Este marco es más estricto que el estadounidense y abarca un número mucho mayor de bancos por tamaño, en comparación con la situación más fragmentada de Estados Unidos, donde la regulación bancaria está repartida entre organismos federales y estatales y la supervisión de los bancos más pequeños es mucho menos rigurosa”.
Bancos españoles
Desde la Asociación Española de Banca (AEB), su presidenta Alejandra Kindelán, ha lanzado un mensaje de tranquilidad y ha afirmado que la banca española no está en riesgo.
«Rotundamente no hay riesgo de contagio a la banca española. De Credit Suisse llevamos meses oyendo informaciones y Silicon Valley Bank es un banco que no tiene nada que ver con nosotros», ha señalado Kindelán durante su intervención en un desayuno de Nueva Economía Fórum.
En su opinión, «España tiene los mejores bancos y los mejores banqueros» y, a pesar de que en estos momentos existe mucha volatilidad en bolsa, «hay que diferenciar».
En el mismo sentido, La subgobernadora del Banco de España, Margarita Delgado, ha dicho que la exposición de las entidades financieras españolas al Credit Suisse es «residual» y que una crisis como la de del SVB «no sería probable en nuestro continente».
En España, en promedio el 66% de los depósitos están garantizados, mientras que en el caso del SVB no llegaba al 11%. Además, hay 60,4 millones de titulares con cuentas por debajo de 100.000 euros (el 96,5%), con un carácter minorista de los depósitos en España, mucho más estables.
En Europa, los requisitos de liquidez exigibles son de aplicación a toda la banca con independencia de su tamaño, «sin excepción y sin proporcionalidad», a lo que hay que añadir que la calidad de los activos líquidos que sirven para cumplir dicha ratio es muy elevada, porque es en su mayoría efectivo y reservas en bancos centrales.
“El sector bancario europeo ha subido un 13% anual, pero por valoración sigue estando barato, aunque hay que esperar a más noticias para poder valorar la situación de manera correcta”, indica A&G
Desde el Gobierno La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, ha asegurado que el Gobierno vigila de cerca la crisis de Credit Suisse, y ha recordado que los sistemas financieros se reforzaron mucho después de la anterior crisis con mecanismos de seguimiento y control más estrictos que los que previamente había.
Sí ha insistido en que en que “hay que estar muy pendientes de la situación internacional y de las actuales turbulencias, pero con tranquilidad, lo que no significa que el Ejecutivo baje la guardia ni que no esté alerta sobre lo que está ocurriendo a nivel internacional”.
En el mismo sentido, el ministro de la Seguridad Social, José Luis Escrivá, ha defendido que los modelos de negocio del SVB y del Credit Suisse no existen en España, y que el modelo europeo está «muy capitalizado y es extremadamente sólido, por lo que más allá de la volatilidad de los mercados llama a la «absoluta tranquilidad» por un sistema financiero «más resiliente», tras la crisis de 2008.
El rescate de Credit Suisse calma los ánimos
El rescate del Credit Suisse por parte del Banco Central suizo de 50.000 millones de francos para evitar una crisis peor por la magnitud del banco, con capacidad potencial para arrastrar a otras entidades, ha dado un alivio generalizado a los mercados. El desplome del banco suizo afectó puntualmente a la cotización de los bancos españoles. La patronal bancaria rechaza cualquier similitud con las entidades españolas, que califica como las mejores del mundo, y rechaza rotundamente riesgo de contagio a la banca española. Las dificultades de Credit Suisse vienen de años atrás. La puntilla fueron los 7.000 millones de euros de pérdidas este ejercicio y el anuncio de nuevas, además de la retirada del apoyo de su principal accionista. Los analistas insisten en que la situación no es comparable a la que desencadenó la crisis financiera de 2008.