Las carteras de inversión españolas registran rentabilidades negativas en los primeros nueve meses del año, con pérdidas que ascienden hasta el -5,9% en las carteras agresivas, el -3,5% en los perfiles moderados y un -1,7% en las conservadoras, según Natixis Investment Managers.
El segundo trimestre se caracterizó por la recuperación de los activos de riesgo, haciendo que la asignación a renta variable subiera en los perfiles moderados y agresivos, a costa de la renta fija y alternativos.
En el caso de las carteras conservadoras, no hubo movimientos significativos salvo la reducción de alternativos. Así, el barómetro revela que las carteras españolas lograron una fuerte rentabilidad entre abril y junio, con ganancias del 12,3% en los perfiles agresivos; el 7,9% en las carteras moderadas y el 5,3% en las conservadoras.
En el caso de las carteras conservadoras, no hubo movimientos significativos salvo la reducción de alternativos
«Los gestores han mantenido en general las exposiciones a los activos de riesgo, pero algunos inversores han ido retirando fondos, a pesar de la recuperación de las rentabilidades. Un porcentaje de inversores particulares tomaron decisiones de desinversión en momentos de pánico, el peor momento, y se han perdido parte de la recuperación del mercado», ha explicado Juan José González de Paz, consultor senior de Natixis IM Solutions.
Natixis IM Solutions ha hecho un análisis estocástico de la evolución de las carteras moderadas españolas en los próximos diez años. La rentabilidad mediana para las carteras moderadas españolas a tres años estaría entorno al 5,1%, que se elevaría al 13,1% a cinco años, y podría llegar al 36,7% acumulado en la próxima década.
Sin embargo, y aunque la mayoría de las simulaciones arrojan resultados positivos para las carteras, la dispersión es significativa, con una horquilla en los casos más extremos que va de pérdidas del 33,4% hasta ganancias del 47,8% a tres años; caídas del 36,6% y revalorizaciones del 76,3% a cinco años y retrocesos del 37,2% y ganancias del 153,5% a diez años.
Entre las tendencias generales que se desgranan de este barómetro destaca una tendencia favorable hacia las regiones con ‘momentum’ positivo, que se traduce en un mayor interés por la renta variable estadounidense y global, en detrimento de la renta variable europea, aunque esta sigue siendo la categoría predominante de renta variable en las carteras españolas, debido a la proximidad geográfica.