Mercedes Cobo ■
2023 se presenta como un año de oportunidades únicas a pesar de que los bancos centrales, la moderación de la inflación y el conflicto en Ucrania sigan sobrevolando los mercados. Las empresas cuya dependencia del ciclo económico es menor están mejor preparadas para hacer frente al endurecimiento de las condiciones financieras, y que están en condiciones de continuar con su desarrollo a través de políticas orientadas a la innovación y el crecimiento, ven su calidad operativa traducida en creación de valor bursátil.
Tras la guerra entre Rusia y Ucrania, la seguridad energética se ha convertido en una prioridad estratégica para muchos países. Para los inversores, la inestabilidad que se registra en el mercado mundial de la energía está teniendo un impacto similar.
Matthew Wolf, analista de inversión en renta variable de Capital Group, explica que algunas compañías petroleras, por ejemplo, generaron cuantiosos beneficios cuando el precio del crudo subió hasta alcanzar los niveles más altos de los últimos años. “Es probable que los precios del crudo Brent se mantengan en niveles elevados (la Administración de Información sobre Energía de Estados Unidos prevé un precio de 97 dólares el barril a finales de 2023). Las grandes compañías de petróleo y gas también se han visto favorecidas por la fuerte subida registrada por el precio del gas natural en Europa después de que Rusia interrumpiera el suministro”.
Sin lugar a duda, las perspectivas fundamentales a corto, medio y largo plazo son favorables para las empresas de semiconductores, afirman desde Lonvia Capital
Indica que, a pesar del auge de los combustibles fósiles y el correspondiente impulso a los beneficios, nos encontramos en un momento de cambio en el que la demanda de los combustibles fósiles está alcanzando su nivel máximo y se acelera la transición hacia la energía limpia. “La legislación que se ha aprobado recientemente en todo el mundo contribuirá a destinar a la energía limpia el equivalente a cientos de miles de millones de dólares de capital en los próximos años”.
Renovables
Para Matthew Wolf, “aunque la rentabilidad que ofrecen actualmente las energías renovables es menor, se enfrentan al riesgo evidente de que la falta de inversión en infraestructuras les afecte y provoque el abandono de parte de su base de inversores”. Y afirma que las oportunidades de inversión en energías renovables van más allá de la energía solar y eólica.
En su opinión, los incentivos del gobierno también deberían contribuir al avance del hidrógeno limpio, impulsando la innovación disruptiva en todos los sectores. “Las decisiones relacionadas con el hidrógeno y otras energías renovables que las empresas de energía están tomando hoy configurarán sus perspectivas en las próximas décadas», añade Wolf.
Iván Díez y Francisco Rodríguez d’Achille, socios y directores de Lonvia Capital, indican que 2023 se presenta como un año de oportunidades únicas a pesar de que los bancos centrales, la moderación de la inflación y el conflicto en Ucrania sigan sobrevolando los mercados. Afirman que la clave reside en seleccionar modelos de negocio con la ambición de apoyarlos a largo plazo, “alejándonos de factores cortoplacistas sobre los que no tenemos ningún tipo de control (factores monetarios, macroeconómicos, precios de materias primas, etc.)”. Los mercados de capitales son eficientes a lo largo del tiempo. Así, las empresas cuya dependencia del ciclo económico es menor, que están mejor preparadas para hacer frente al endurecimiento de las condiciones financieras y que están en condiciones de continuar con su desarrollo a través de políticas orientadas a la innovación y el crecimiento, ven su calidad operativa traducida en creación de valor bursátil, añaden.
En consecuencia, consideran que se pueden encontrar oportunidades de inversión interesantes en los siguientes segmentos y dinámicas operativas de las propias compañías: tecnología médica, innovación digital y automatización e industria 4.0 y finalmente, semiconductores.
En primer lugar, explican, una de las riquezas de Europa reside en el campo del diagnóstico médico, equipos utilizados por las empresas farmacéuticas para descubrir y producir fármacos de nueva generación en biotecnología, pero también vacunas de nueva generación como las vacunas de ARN mensajero. En este sentido, las empresas de tecnología médica » best-in-class » han sufrido la conjunción de subidas de tipos de interés, una demanda post Covid que se está extinguiendo con el cese de los programas de vacunación y la disminución de los tests.
“Asimismo, el crecimiento estructural del segmento y las necesidades de equipamientos y tecnologías están más presentes que nunca para los próximos años. Este segmento constituye un reservorio para la cartera, dado el perfil resiliente de las empresas (menor dependencia del ciclo, perfil de alto margen, capacidad de desarrollo internacional)”, señalan.
Innovación digital
Por otro lado, en el segmento de la innovación digital, resaltan el denominado software «corporativo», así como la digitalización como una importante fuente de eficiencia en el ámbito industrial. “La frontera entre automatización y digitalización, entre hardware y software, se está difuminando cada vez más. De manera adicional, los servicios de IT siguen su trayectoria de crecimiento sin señales de cambio de dinámica. Por ejemplo, Nagarro comunica una previsión para 2023 de +20% en términos orgánicos, una compañía que revisó cada trimestre en 2022 su crecimiento esperado”.
Las decisiones relacionadas con el hidrógeno y otras energías renovables que las empresas de energía están tomando hoy configurarán sus perspectivas en las próximas décadas, según los analistas
Concluyen que la mejor manera de invertir en innovación podría ser a través de las empresas de semiconductores. “La transición digital, las ganancias de eficiencia y la transición energética no podrían tener lugar sin los semiconductores, que ahora son la materia prima principal sin la cual no se puede producir nada. En este sentido, Europa tiene jugadores de primer nivel a lo largo de toda la cadena de valor de los semiconductores. Éstos deberían seguir ofreciendo un sólido perfil de crecimiento durante los próximos años. Si estas empresas aún pueden considerarse cíclicas, no lo son a medio/largo plazo debido a las necesidades exponenciales de potencia informática ligada a la digitalización que atañe a todos los sectores de actividad”, explican.
Ponen el ejemplo de Soitec (fabricante de sustratos para semiconductores) como prueba de ello, con un fuerte incremento de sus ventas en un +22% para su división de «comunicación móvil” en 2022. “La división de automoción e industria” crece un +80% beneficiándose de la digitalización y electrificación de los vehículos. Sin lugar a duda, las perspectivas fundamentales a corto, medio y largo plazo son favorables para las empresas de semiconductores”, afirman.
Invertir en la nueva era
Se está desarrollando un nuevo régimen en materia de políticas y un comportamiento de los mercados que los inversores deben comprender si quieren encontrar las mejores oportunidades y proteger sus carteras, advierten los expertos.
Johanna Kyrklund, CIO y co-directora de inversiones de Schroders, indica que el cambio de régimen trae consigo la necesidad de una nueva perspectiva del panorama inversor. “Tras 40 años de deflación, muchos inversores se encontrarán en terreno desconocido mientras se adaptan a un periodo en el que los mayores niveles de inflación han llegado para quedarse”.
Indica que un entorno de este tipo les obliga a cambiar su forma de ver la renta fija. “El endurecimiento de la política monetaria trae consigo un aumento de los rendimientos de los bonos, y la conveniencia de poseer bonos se basa ahora en el rendimiento que ofrecen, más que en sus ventajas de diversificación. Cambiará nuestra forma de valorar los activos. En lo que respecta a la selección de países o empresas, los inversores deberán ser activos y perspicaces en su búsqueda de ganadores y perdedores”.
Señala que las empresas que han sobrevivido gracias a los bajos costes de endeudamiento pueden verse pronto en apuros en un contexto de tipos más altos. “Será esencial evaluar qué empresas son capaces de repercutir unos costes más elevados a sus consumidores. Las que no puedan, verán cómo sus márgenes están sometidos a presión. Es probable que las relaciones precio-beneficio sean más bajas, y los inversores se centrarán más que nunca en la parte de ese binomio que corresponde a los beneficios”.