El 44% de los inversores institucionales incrementará el año que viene sus asignaciones a infraestructuras y el 43%, a capital riesgo, según las conclusiones de una encuesta elaborada por Natixis Investment Managers.
El 60% opina que las acciones de gran capitalización obtendrán mejores resultados que las de pequeña capitalización
Estas asignaciones alternativas son una táctica para mitigar el riesgo: dos tercios de los inversores institucionales sostienen que es probable que una cartera compuesta por un 60% de renta variable, un 20% de renta fija y un 20% de alternativas obtenga mejores resultados que las tradicionales carteras 60/40 –con un 60% de renta variable y un 40% de renta fija–.
La mitad de los inversores institucionales que mantienen bonos verdes en todo el mundo prevé incrementar sus inversiones, mientras que casi la misma cifra sostiene que mantendrá su asignación actual a estos activos.
Respecto a la renta variable, lo más probable es que el 41% de los inversores institucionales aumenten sus asignaciones a la renta variable estadounidense, seguido de un 33% que apostará por la renta variable de Asia-Pacífico y de mercados emergentes.
El 60% opina que las acciones de gran capitalización obtendrán mejores resultados que las de pequeña capitalización, especialmente en los sectores de atención sanitaria, energía y financiero.
Por el contrario, los sectores con más probabilidades de obtener peores resultados serán el de consumo discrecional y el inmobiliario, según el 42% y el 47% de los encuestados, respectivamente, ya que consideran que en 2023 seguirá habiendo subidas en los tipos y bajadas en los precios de la vivienda.
El número de inversores institucionales que mencionan la liquidez como uno de los principales riesgos para las carteras del próximo año casi se ha triplicado, al alcanzar el 36% desde el 13% de hace un año.