En los últimos diez años, la renta variable ha ido cogiendo cada vez más peso en las carteras de los fondos de inversión españoles, al tiempo que los depósitos y la renta fija han perdido interés. Entre 2009 y 2019, la primera ha avanzado nueve puntos porcentuales, hasta el 17%, de forma que ha duplicado su peso, como señalaba un reciente informe publicado por el Banco de España. Las opciones más conservadoras han experimentado una evolución muy diferente. Mientras que el peso de la renta fija ha caído del 54% al 40% en el mismo periodo, el de los depósitos ha retrocedido del 23% al 11%. Los inversores, lejos de querer refugiarse en la renta fija, como recomiendan algunos analistas para periodos de incertidumbre, se lanzaron a la Bolsa.
La inversión directa de las familias alcanzó los 11.980 millones de euros en el segundo trimestre del año, coincidiendo con el confinamiento más severo. Un volumen tan abultado como no se había visto en los últimos ocho ejercicios precedentes.
Los hogares españoles no dedicaban tantos ahorros en un segundo trimestre del año a la inversión directa en acciones y títulos de deuda desde el año 2012. Entonces, la cifra alcanzó los 13.166 millones de euros, pero es que en el mismo periodo de 2019 se produjeron desinversiones netas por 6.295 millones en este segmento.
Durante los que hasta ahora han sido los peores meses de la pandemia, que coincidieron con el confinamiento, los inversores optaron más por recurrir a la renta variable que a la fija, pese a que la primera implica más riesgo
Así lo recogen los datos del estudio sobre ahorros financieros de las familias españolas difundido por Inverco, con base en cifras recopiladas por el Banco de España. Y el salto que se produjo durante el grueso de vigencia del estado de alarma en el país es aún más significativo si se tiene en cuenta que también hubo números negativos entre abril y junio de 2018, 2017, 2015, 2014 y 2013.
Entre los dos componentes fundamentales de esta partida de inversión, el grueso se lo lleva la renta variable, con 9.640 millones de nueva inversión en el periodo analizado. Dentro de esta, todo el protagonismo es para títulos cotizados, pues aglutinan flujos por 10.130 millones de euros frente a los 491 millones retirados de posiciones no cotizadas. En el caso de la renta fija, las familias españolas dedicaron 2.940 millones de euros a la compra de letras, bonos, pagarés y demás títulos de deuda.
Los analistas también atribuyen este comportamiento a la recuperación que la renta variable se apuntó en la recta final del segundo trimestre del año. Un buen reclamo a tenor de la progresiva introducción de medidas de desescalada que auguraban una recuperación más sólida de lo que ahora ya permiten pensar los múltiples rebrotes y vueltas al confinamiento de muchos municipios y regiones en todo el mundo.
Los datos de Inverco, que aportan las claves sobre los movimientos de los fondos de inversión y de pensiones, reflejan que en los seis primeros meses del año, en los que tuvo lugar la primera ola de la pandemia y el confinamiento, la renta variable registró suscripciones netas positivas. Esta clase de inversión cerró el semestre con un saldo de 362 millones de euros, gracias especialmente a la evolución de la renta variable internacional.
Las familias españolas no metían tanto dinero directamente en bolsa desde el año 2016, según las cifras difundidas por Inverco
Sin embargo, la situación de la renta fija fue totalmente opuesta. Las suscripciones netas de los fondos más conservadores fueron negativas, de forma que se registraron más salidas de fondos que entradas, con un saldo negativo de 346 millones de euros. La evolución fue muy dispar por tipos de fondos, pues mientras los de corto plazo sufrieron más, especialmente los de renta fija europea, los de largo plazo tuvieron saldo positivo.
El porcentaje de españoles que planean invertir a más de tres años era del 15% antes de la crisis financiera, en 2007, y ahora ha subido al 35%, según los datos de Inverco.
Varias razones se esconden detrás de esta evolución. Por una parte, la ya citada baja rentabilidad de la renta fija, principalmente debido a los bajos tipos de interés, pero también al hecho de que los fondos de inversión españoles han tenido una rentabilidad baja en relación con el resto de Europa por estar «sobreexpuestos» a la renta fija.
En definitiva, los inversores, lejos de querer refugiarse en la renta fija, como recomiendan algunos analistas para periodos de incertidumbre, se lanzaron a la Bolsa.
Los ‘millenials’ apuestan por Apple y Netflix
La pandemia ha animado a los españoles a invertir en renta variable y dejar de lado la renta fija, pero hay un colectivo que lo ha hecho con más fuerza que nunca. Los millenials han aumentado un 45% su inversión en Bolsa respecto al año pasado y han confiado su dinero especialmente a las compañías de Wall Street.
Así lo reflejan los datos del broker de ING. Los nacidos de 1981 en adelante no solamente protagonizaron las altas, sino que acudieron al mercado americano mucho más (+285%) que los mayores de 40 años.
Estos jóvenes toman sus decisiones de inversión principalmente en función de las marcas que les gustan y las que conocen por sus hábitos de consumo.
Así, las compañías a las que más acudieron fueron las tecnológicas como Apple, Microsoft, Amazon, Tesla y Netflix, que son, precisamente, las que mayores subidas han experimentado durante la pandemia.
Y no solo en los peores meses. Desde junio la tendencia continuó y durante el verano los jóvenes operaron cuatro veces más en Bolsa de Estados Unidos que en las mismas fechas del año pasado (+376%).
Desde el banco esperan que se mantenga este interés por Wall Street debido a las elecciones a la presidencia del país, que tendrán lugar el próximo 3 de noviembre.
Hay precedentes. En las elecciones que ganó Donald Trump en 2016, la operativa en Bolsa de Estados Unidos registrada por el broker de ING aumentó un 30% frente al ejercicio anterior. Este año se suman a las elecciones la pandemia y el desplome bursátil, lo que muy probablemente desatará aún más interés
Más allá de los jóvenes y la Bolsa americana, lo cierto es que la pandemia ha disparado los volúmenes de contratación en renta variable. En los meses de marzo, abril y mayo la contratación en el broker de ING subió un 74% frente al mismo periodo de 2019, principalmente debido a los inversores minoristas.
Las fuertes caídas de la Bolsa, sobre todo en el mercado europeo, están detrás de este interés. Muchos inversores han visto en la crisis una oportunidad de inversión y han aprovechado el momento, especialmente en Wall Street y en los sectores tecnológico, farmacéutico, bancario y de aerolíneas.