Maite Nieva
Las consecuencias derivadas del ataque ruso a Ucrania podrían suponer un cambio de juego en las previsiones de Europa mayor que el Covid-19, según los expertos. Junto a las implicaciones económicas de la guerra, las sanciones y las autosanciones, el Viejo Continente se enfrenta a una crisis humanitaria y a una importante transición económica que afectará también a la economía mundial durante mucho tiempo, aseguran. A corto plazo no descartan un brote temporal de estanflación en los mercados desarrollado. Los Bancos Centrales se enfrentan ahora a un dilema para hacer frente a la inflación tras la agresiva subida de los precios, ya que es poco probable que las presiones sobre los precios disminuyan en el corto plazo. En los mercados la incertidumbre ha aumentado sustancialmente y es probable que persistan los altos niveles de volatilidad pero todavía dicen estar listos para capear estas tormentas.
La invasión de Rusia a Ucrania y su impacto en los precios de las materias primas, la energía y alimentación, así como las sanciones de occidente a Vladimir Putin, podrían retrasar aún más la recuperación económica, según los expertos.
Las previsiones de crecimiento de la eurozona sufren una nueva oleada de recortes tanto de organismos oficiales como de la banca de inversión. El Banco de España se ha sumado los recientes recortes de las agencias de rating, Standard & Poo’rs y Fitchs, y rebajan las previsiones del PIB un 0,9% hasta el 4,5% en 2022 con la inflación al 7,5”.
Europa: vientos en contra
“Si algo parece estar claro es que la invasión rusa tendrá consecuencias más allá de Ucrania al tiempo que ha elevado la incertidumbre económica y las expectativas de inflación”, señala el equipo de inversión de Cobas Asset Management.
“A corto plazo no se puede descartar un brote temporal de estanflación en los mercados desarrollados”, dice Christian Nolting, CIO de Deutsche Bank
Por otra parte, la guerra en Ucrania y sus costes humanos han añadido una capa geopolítica de complejidad al proceso de sanación de la economía mundial tras la recesión del covid, comenta Christian Nolting CIO de Deutsche Bank. En su opinión, los vientos en contra de la demanda pueden posponer el impulso comercial positivo en Europa y, por tanto, el crecimiento que muchos esperaban antes de la actual crisis. “Aunque el entorno económico general debería seguir siendo favorable, a corto plazo no se puede descartar un brote temporal de estanflación en los mercados desarrollados”, según sus previsiones.
Europa: cambio de juego
Peter Vanden Houte, economista jefe de ING en Bélgica, Luxemburgo y Eurozona, apunta que Ucrania podría suponer un cambio de juego para Europa mayor que el Covid-19. En su opinión, la guerra en Ucrania ha barajado por completo las cartas en términos de seguridad, cadenas de suministro y suministro de energía. ”Es probable que esto conduzca a un menor potencial de crecimiento y una mayor inflación en la eurozona”, señala en un informe sobre las consecuencias de la actual crisis.
“Las implicaciones económicas de la guerra, las sanciones y las autosanciones acaban de empezar a manifestarse y seguirán afectando a la economía mundial y, en particular, a la europea, durante mucho tiempo según las previsiones de Carsten Brzeski, responsable Global de Macro ING Europa. En su opinión, “Europa corre el riesgo de perder competitividad internacional como resultado de la guerra. No solo en términos de políticas de seguridad y defensa, sino especialmente de toda la economía.
Desde su perspectiva, para el continente, la guerra es mucho más revolucionaria que la pandemia”, dice. Y, aunque los mercados pronostiquen lo contrario, “esto no es una vuelta a la normalidad”, asegura. Además, “se enfrenta a una crisis humanitaria y a una importante transición económica. La guerra tiene lugar en el ‘granero’ de Europa, un área clave de producción de cereales y maíz. Los precios de los alimentos subirán a niveles sin precedentes”, añade. “Una mayor inflación en las economías desarrolladas podría ser una cuestión de vida o muerte en las economías en desarrollo”.
Bancos Centrales: un dilema
Los Bancos Centrales se enfrentan ahora a un dilema, ya que es poco probable que las presiones sobre los precios disminuyan en el corto plazo y las economías necesiten una amplia provisión de liquidez a la luz del deterioro de las condiciones financieras y riesgos crecientes para el crecimiento, apunta Christian Nolting, CIO de Deutsche Bank.. La política monetaria será complicada y es probable que se base cada vez más en datos, dependiendo de cómo evolucione el conflicto. Pero ahora parece que se ha doblado una esquina: los rendimientos de los bonos del gobierno han subido notablemente en las últimas semanas y se puede esperar que sigan una tendencia mayor en el tiempo debido a las presiones inflacionarias que llegaron para quedarse y las respuestas de los principales Bancos Centrales.
Si hasta hace poco los bancos centrales afirmaban que los altos niveles de inflación serían transitorios, ahora la hipótesis parece descartada por completo, señalan desde Cobas. “Todo apunta a que la guerra de Ucrania puede elevar aún más la inflación, lo que a su vez incrementará la presión sobre los bancos centrales para que endurezcan su política monetaria.
El ‘shock’ del gas
Con las sanciones impuestas a Rusia por la comunidad internacional, las tasas de inflación ya de por sí elevadas en las economías desarrolladas, pueden aumentar aún más dado el “shock” del precio del petróleo y del gas inducido por el conflicto. “Ahora, las esperanzas de una rápida resolución de esta crisis no sólo se han visto frustradas por el estallido del conflicto ruso-ucraniano, sino que el suministro energético del continente es más que nunca un gran dolor de cabeza”, Régis Bégué, director de renta variable de Lazard Frères Gestion .
La crisis a la que se enfrenta Europa es ante todo una crisis del gas, asegura. “El 45% de las importaciones europeas de gas proceden de Rusia, hasta el punto de que un boicot parece ahora improbable”, dice. Este escenario provocaría una escasez inevitable y una subida muy pronunciada del precio del gas”. Un «escenario extremo», en palabras de Catherine MacGregor, directora general del grupo energético Engie, subraya.
Por otra parte, “si los precios de la electricidad se mantienen en niveles elevados a largo plazo, podrían surgir muchas dudas sobre la viabilidad de ciertos proyectos europeos”, dice este experto. Entre otros, la normativa sobre circulación de coches eléctricos a la que aspira la Unión Europea podría resultar muy compleja de aplicar.
Escasez de productos agrícolas
El conflicto en Ucrania también está teniendo un grave impacto en los precios de los productos agrícolas. “El riesgo de escasez es especialmente alto en el caso del trigo: Rusia era hasta ahora el primer exportador mundial de este cereal, mientras que Ucrania ocupaba el quinto lugar. Juntos, los dos países representan casi un tercio de las exportaciones mundiales de trigo. Problemas similares afectan ahora al suministro de cebada y maíz”, explica Régis Bégué.
Superando las tormentas
Los mercados, sin embargo, todavía parecen listos para capear estas tormentas razonablemente bien, según las previsiones de Christian Nolting, en su informe “Superando las Tormentas”. La volatilidad sigue siendo alta en el contexto de la guerra enUcrania y fundamentalmente sólida. “Es posible que las inversiones ya hayan sufrido más de lo implícito en su valor intrínseco debido a las reducciones de riesgo generalizadas. Sin embargo, las oportunidades de inversión deberían surgir con el tiempo.
. “La perspectiva de ganancias sigue siendo positiva, a pesar del aumento de las tasas de interés, bajas o a menudo las tasas reales negativas, No obstante, “seguimos siendo cautelosamente constructivos en renta variable”, añade. En su opinión, la incertidumbre ha aumentado sustancialmente y es probable que persistan los altos niveles de volatilidad en el mercado de valores y las “rotaciones arriesgadas” permanezcan con nosotros durante bastante tiempo, comenta. “Es posible que las inversiones ya hayan sufrido más de lo implícito en su valor intrínseco debido a las reducciones de riesgo generalizadas. Sin embargo, las oportunidades de inversión deberían surgir con el tiempo”, dice.
El equipo de inversión que lidera Francisco García Paramés, destaca un panorama positivo para las industrias del petróleo y del gas, sobre todo del gas natural licuado. En esta línea, algo más del 35% de la cartera internacional de Cobas AM está invertida en empresas vinculadas al petróleo y el gas. Por otra parte, “las mayores tasas de inflación hacen que sea aún más indispensable buscar la forma de proteger nuestros ahorros. Históricamente, los activos reales se han mostrado como la mejor opción para lograrlo”, dicen. Históricamente, los activos reales se han mostrado como la mejor opción para lograrlo.
“Las presiones para que los bancos centrales eleven los tipos de interés castigarán aún más a las empresas con altos niveles de apalancamiento y a todas aquellas cuya expectativa de beneficios esté más alejada en el tiempo. En un contexto de desequilibrios, la gestión activa, y particularmente las estrategias tipo “value” se muestran como la forma más eficaz de proteger nuestros ahorros y extraer frutos de ellos.
Respecto a la economía y los mercados estadounidenses, parecen resilientes respecto a la crisis entre Rusia y Ucrania, según Amundi. “La volatilidad de la Renta Variable estadounidense ha resultado ser mucho menor en comparación con Europa, que está más expuesta a la crisis y a la desaceleración económica”, señala Vincent Mortier, director de Inversiones del Grupo de Amundi Investment Management.