Maite Nieva
La inflación se ha convertido en una de las principales fuentes de preocupación en los mercados financieros y un factor importante a tener en cuenta a la hora de definir las estrategias de inversión. Y no sólo por el impacto que tiene la asignación de activos en las carteras, también por las implicaciones que tiene por países, sectores y estilos de inversión. Las estrategias de inversión de las gestoras para el próximo semestre se parecen a un caleidoscopio que refleja imágenes de mil colores. La mayoría ponen el foco en la renta variable pero no hay “quórum” ni por países ni por sectores ni tipo de inversión. Todo depende del cristal con el que mira el inversor el impacto y la proximidad de la inflación en el tiempo. Y sobre todo, si es transitoria o no.
En un entorno de incertidumbre acerca de cómo va a evolucionar la inflación a corto y medio plazo, las estrategias de inversión de cara al próximo semestre se presentan más diferenciadas que nunca.
“Una inflación más alta socavaría las valoraciones del mercado de valores, que actualmente dan por supuesto, no sin razón, que los tipos de interés muy bajos, cercanos a cero, se mantendrán casi indefinidamente”, señala Borja Fernández, director de cuentas de Schroders. “Si los tipos reales en EE.UU (tipos nominales ajustados por la inflación) sobrepasan la barrera del 0%, sería muy difícil de digerir por los mercados de renta variable”, según las previsiones de los analistas del banco de inversión británico.
“Ante un posible escenario inflacionista hay opciones de inversión para protegerse o incluso beneficiarse”, según Borja Fernández, director de cuentas de Schroders
Ante un posible escenario inflacionista hay opciones de inversión para protegerse o incluso beneficiarse, aunque no están exentas de riesgo y deberíamos asesorarnos con un profesional, sostiene Borja Fernández. Una de las opciones es la rotación de los activos growth al value. “Estas últimas han vuelto a acaparar el interés de los inversores tras cinco años en los que las acciones de crecimiento se han comportado mucho mejor que las acciones conocidas como “valor”.
Asimismo, existe la creencia de que la inversión en valor o value está ligada a la subida de la inflación, aunque la historia nos dice que su correlación es variable e incluso llega a ser negativa, comenta. No obstante, “independientemente de que la inflación se acelere o no más de lo deseado, la inversión con sesgo valor debería estar en el radar de los inversores porque su potencial es más largoplacista de lo que parece y al fin y al cabo el principal catalizador de la rentabilidad de una inversión es si hemos comprado barato o caro”, explica.
La inversión inmobiliaria en las ciudades del futuro a través de REITS o Socimis (sociedades inmobiliarias cotizadas) es otro tema a destacar dentro de la renta variable desde el enfoque de Schroders. “Los alquileres suelen estar vinculados a la inflación y así se protegen de eventuales subidas. La clave está en identificar las que tengan mejor exposición geográfica para que se beneficien además de la megatendencia de la urbanización”. También la inversión alternativa es una vía de diversificación. La pandemia y las medidas adoptadas por los Bancos Centrales para subsanar sus consecuencias han afectado a la rentabilidad y han aumentado la correlación entre la renta fija, la renta variable y otros activos de riesgo, comenta.
En estos periodos, la diversificación es clave. En este sentido, es interesante considerar fondos llamados “market-neutral” diseñados para generar rentabilidades positivas independientemente del entorno de mercado, aunque debido a su complejidad conviene ponerse en manos de un asesor experto.
Transitoria vs. estructural
Uno de los factores importantes a tener en cuenta es si la inflación es un efecto temporal, tal como aseguran los Bancos Centrales, o no, advierte François Rimeu, estratega senior de La Française AM. De hecho, hay muchas incertidumbres sobre el carácter transitorio de estas presiones inflacionistas, dice. “Si hacemos caso al discurso de la Reserva Federal de EE.UU. y compartimos sus interpretaciones, entonces sí, esta inflación es transitoria.
En su opinión, no es realista esperar una mayor inflación estructural mientras el mercado laboral siga estando tan lejos del pleno empleo. De hecho, es muy probable que gran parte de la inflación que estamos experimentando actualmente sea transitoria, añade”. Sin embargo, “el tema de la reflación debería seguir presente en los mercados y guiar las decisiones de inversión de los próximos meses,” dice el estratega senior de La Française AM. En el entorno actual debería provocar cambios en la asignación de activos, al menos durante un tiempo, y este movimiento ya está en marcha, dice François Rimeu.
“En este contexto, la gestora se decanta por las empresas que se beneficiarán de un entorno inflacionista, como los bancos, que verán aumentar sus márgenes de transformación o las empresas más bien cíclicas (materias primas, energía) y bien posicionadas dentro de su sector, que podrán repercutir las subidas de precios a sus clientes. “En términos de apoyo, nos inclinamos por la renta variable, la deuda high yield, la deuda financiera subordinada y la deuda emergente. Históricamente, el high yield y la deuda subordinada se han comportado muy bien en fases de reflación acompañadas de un fuerte crecimiento”. Esta fase también debería seguir siendo muy positiva para los activos reales, como inmuebles, dice ya que las tenencias de propiedades en alquiler permiten que las rentas suban durante los periodos de aumento de la inflación, pues están indexadas a índices de los que la inflación es el principal componente. Esto es válido tanto para los activos inmobiliarios físicos como a través de fondos, en particular las SCPI (sociedades civiles de inversión inmobiliaria), explica.
Reflación en los mercados
El mercado está descontando una probabilidad de una entre tres de que se produzca una inflación media del 3% en los próximos cinco años, apunta Jaime Raga, responsable de relación con clientes de UBS AM Iberia. “La probabilidad de que la inflación sea un problema es más alta de lo que ha sido en mucho tiempo y tenemos que asegurarnos de que nuestras carteras están cubiertas frente a este escenario. En el mercado, las materias primas, los valores ligados a la inflación y las acciones value ofrecen cierta diversificación. Otro factor a tener en cuenta es que durante años el mercado ha recompensado los activos de larga duración, ya sean bonos de larga duración o acciones growth, comenta.
“En las carteras de renta variable, preferimos las acciones europeas, japonesas y chinas, en lugar de las estadounidenses”, dice Julien Tisserand, gestor del fondo Edmond de Rothschild Fund Bond Allocation
Desde Edmond de Rothschild consideran que estamos cerca del punto más alto con respecto al tema de la reflación en los mercados. La inflación debería aumentar en la eurozona a lo largo de este año, pero no en las mismas proporciones que en Estados Unidos. “Esperamos una subida temporal del 2,5%-2,8% interanual, dice Julien Tisserand, gestor del fondo Edmond de Rothschild Fund Bond Allocation.
En las carteras de renta variable, prefieren las acciones europeas, japonesas y chinas en lugar de las estadounidenses. “Están más inclinadas hacia la reapertura mundial y deberían ser más resistentes en un mundo inflacionista”, dicen. En cuanto a las materias primas, estamos menos seguros de que los metales industriales sigan subiendo, pero creemos que la demanda de petróleo podría seguir materializándose en los próximos meses a medida que se levanten las restricciones a los viajes
España: sólo rebote, no es crecimiento
En un entorno de crecimiento desigual y con países que comenzaron a crecer en término reales en 2020 y continuarán creciendo en 2021 de forma rápida y sólida como China, parte de Asia e Irlanda, otros están rebotando tras el cierre forzoso de la economía a causa de la pandemia, comenta Daniel Lacalle, economista jefe de Tressis. “Entre ellos se encuentran EE.UU. y la Unión Europea. Pero mientras que en EE.UU. se espera que la expansión del PIB recupere el 100% de lo perdido en 2020 en el próximo trimestre, la recuperación de la Unión Europea y Latinoamérica será lenta”. Y,-en particular España donde espera una recuperación en K, según sus previsiones. En su opinión, la inflación es el gran riesgo de esta crisis, ya que puede reducir las expectativas de consumo y poner a muchas economías en problemas, en una situación de estanflación.
En las Bolsas se espera un comportamiento positivo de cara a la segunda parte del año, si la inflación se mantiene moderada», explica el economista jefe de Tressis. No obstante considera que hay un claro síntoma de sobrevaloración debido a la inundación de liquidez de los Bancos Centrales,ya que ha determinado expectativas de recuperación que generan cierto optimismo entre inversiones de distinto comportamiento como en el caso de las acciones de crecimiento “growth” y acciones de valor (“value”).
Tressis ve valor en EE.UU. y Asia ex-China y por sectores en activos de empresas tecnológicas, en la parte de software, salud, sostenibilidad y cambio demográfico. También en sectores que pueden trasladar la subida de los precios a los consumidores, como el consumo de lujo.