Mercedes Cobo ■
El último dato de inflación en EEUU por encima de lo esperado vuelve a presagiar nuevas subidas de tipos mayores y durante más tiempo. Después de la acometida por el BCE, la mayor de su historia, y según las previsiones de la gestora suiza J. Safra Sarasin Sustainable AM, tanto el banco europeo como el resto de los principales bancos centrales mundiales, con la excepción del Banco de Japón, “seguirán subiendo los tipos, al menos, hasta el cuarto trimestre de 2022 o el segundo trimestre de 2023”. En este escenario, recomiendan prudencia en la renta variable y se decantan por los sectores defensivos.
El IPC de Estados Unidos aumentó un 0,1% en agosto, con lo que la tasa interanual se ha rebajado al 8,3% desde el 8,5% de julio. Pero los inversores se han visto decepcionados, ya que esperaban una reducción del 0,1% en agosto que habrían dejado la inflación en el 8,1%. El dato, augura subidas de tipos mayores y durante más tiempo
La inflación todavía sigue aumentando en Estados Unidos, sobre todo la subyacente, y los inversores temen que el endurecimiento de la política monetaria de la Fed no esté teniendo el efecto deseado.
De esta forma, se da ya prácticamente por segura una subida de los tipos de 75 puntos básicos en la próxima reunión del organismo que preside Jerome Powell, e incluso algunos analistas ya hablan incluso de un punto porcentual.
Los expertos dan ya prácticamente por segura una subida de los tipos de 75 puntos básicos en la próxima reunión de la Fed
Después de que el BCE acometiera la mayor subida de tipos de su historia y situarlos en el 1,25% tras una subida de tres cuartos de punto porcentual, la entidad ha insistido en que volverán a los tipos de interés hasta que la inflación vuelva al 2%.
Según las previsiones de la gestora suiza J. Safra Sarasin Sustainable AM, tanto el banco europeo, como el resto de los principales bancos centrales mundiales (con la excepción del Banco de Japón) “seguirán subiendo los tipos, al menos, hasta el cuarto trimestre de 2022 o el segundo trimestre de 2023, para luego mantenerlos sin cambios durante el resto del año”.
A tenor de los últimos datos, Karsten Junius, CFA, economista jefe de J. Safra Sarasin Sustainable AM, indica que han introducido dos cambios generales en sus previsiones de inflación para las economías avanzadas: “es probable que la inflación en Europa sea más alta de lo que suponíamos anteriormente, en gran parte debido al aumento adicional de los precios del gas”.
Los precios del gas han vuelto a dispararse durante el verano, ya que Rusia ha cortado casi por completo sus flujos de gas a Europa, y ha advertido que no volverá a abrir el grifo a menos que los europeos levanten las sanciones (no esperan que esto ocurra). “Aunque los gobiernos europeos están estudiando actualmente la posibilidad de poner algún tope a los precios del gas y la electricidad, así como otras formas de proteger a los hogares y las empresas del aumento parabólico de los precios de la energía, su contribución a la inflación general será probablemente mayor de lo previsto”, señalan
La gestora suiza ha revisado al alza sus previsiones de inflación en la eurozona hasta el 8,0% para 2022 (7,3% anteriormente) y hasta el 4,4% para 2023 (3,5% anteriormente). “En Reino Unido, el aumento del 80% previsto en las facturas de la energía para este mes de octubre (y otros aumentos previstos en 2023) llevaría la inflación al 9,4% este año (8,6% anteriormente) y al 7,7% el año que viene (5% anteriormente). Sin embargo, los recientes comentarios de la recién nombrada primera ministra Liz Truss (que se produjeron después de que finalizáramos nuestra última revisión de previsiones) indican que estas subidas de precios podrían no llevarse a cabo, o al menos no en esa medida”.
Por lo tanto, explican, los riesgos de sus nuevas previsiones para Reino Unido están sesgados a la baja. Además, la inflación suiza será probablemente un poco más alta de lo que pensaban anteriormente, con un 2,9% este año (2,8% anteriormente) y un 2,6% en 2023 (2,5% anteriormente).
Las presiones inflacionistas adicionales y la creciente preocupación de los banqueros centrales por el peligro de pivotar demasiado pronto, tanto el presidente de la Fed, Powell, como el miembro del consejo del BCE, Schnabel, han indicado claramente en sus discursos en Jackson Hole que son demasiado conscientes de los errores que cometieron los bancos centrales en los años 70, que llevaron a luchar durante una década contra la inflación y a la necesidad de crear varias recesiones profundas para recuperar el control de la dinámica de los precios, les han llevado a revisar al alza sus previsiones sobre los tipos de interés oficiales (excepto en el caso del Banco de Japón, debido a las limitadas presiones inflacionistas generadas a nivel interno).
Esperan que la Fed eleve su tipo de interés oficial al 4% a finales de este año (en lugar del 3,5%), y lo mantenga sin cambios hasta finales de 2023, “a pesar de que la economía estadounidense probablemente entre en recesión para entonces. En Reino Unido, el mayor apoyo fiscal previsto para los próximos trimestres probablemente también empujará al Banco de Inglaterra a endurecer su política más agresivamente de lo que pensábamos. Ahora prevemos que el tipo de interés del BoE alcance el 2,75% en diciembre, 75 puntos básicos más de lo que pensábamos. Es probable que el BCE suba los tipos de interés en 50 puntos básicos más en octubre, para llegar a un tipo terminal del 2% en el primer trimestre del próximo año”.
Consideran que el Banco Nacional de Suiza también hará un poco más de lo que pensaban antes del verano, y es probable que suba su tipo de interés oficial hasta el 1,25% (1% anteriormente) a mediados del próximo año. Tanto para el BCE como para el BNS los riesgos de revisión de las previsiones de tipos son al alza.
El Banco de Inglaterra deja pasar al BCE y a la Fed
Kathrin Löhken, Economist United Kingdom para DWS explica en su análisis que empezar pronto “no es necesariamente una garantía de llegar el primero. Después de que el Banco de Inglaterra (BoE) se convirtiera en el primer gran banco central en poner fin a su fase de política de tipos de interés bajos, en diciembre de 2021, la Fed y el BCE siguieron su ejemplo sólo después de unos meses de pausa. Sin embargo, mientras tanto, parece que están adelantando al BoE: tanto la Fed como el BCE han endurecido entretanto su política monetaria con importantes subidas de los tipos de interés, de 75 puntos básicos cada una. El Banco de Inglaterra, en cambio, “que al fin y al cabo está luchando contra una inflación de dos dígitos, sólo ha dado hasta ahora pasos triples de 25 puntos básicos; sólo en agosto se atrevió a dar un paso de 50 puntos básicos”.
El riesgo de una recesión mundial sigue favoreciendo al dólar estadounidense, según J. Safra Sarasin Sustainable AM
Löhken considera que “la fuerte dinámica de la inflación, también en la tasa subyacente, excluyendo la energía y los alimentos, así como la incesante y fuerte evolución de los salarios, abogan por un enérgico paso de los tipos de interés, es decir, un aumento del tipo bancario en 75 puntos básicos, hasta el 2,50%. En la actualidad ya se observan indicios de una espiral de precios salariales. Por otra parte, en sus últimas proyecciones de agosto, el BoE prevé una recesión profunda y duradera en el Reino Unido; incluso para el año siguiente, espera un crecimiento negativo”.
Indica que a la vista de las últimas medidas fiscales del Gobierno, entre las que la nueva primera ministra Liz Truss ya ha desvelado la congelación de los precios de la energía, la recesión puede ser algo más suave de lo que se pensaba. La limitación del precio de la energía garantiza inmediatamente una tasa de inflación más baja. Esto quita presión al banco central a corto plazo”. Sin embargo, advierte, a medio y largo plazo, es más probable que la inflación se vea impulsada por la estabilización de la demanda fiscal.
Las oportunidades de inversión que deja este escenario
En consonancia con el aumento de los tipos de interés oficiales durante más tiempo, J. Safra Sarasin Sustainable AM, ha ajustado ligeramente su previsión de rendimiento de la deuda de EE.UU., al tiempo que han elevado de forma más significativa sus objetivos de rendimiento para los Gilts (bonos soberanos de Reino Unido) a 10 años. Siguen viendo más positiva la relación riesgo/rentabilidad de los bonos soberanos de los mercados desarrollados, al tiempo que mantienen su visión cautelosa para el crédito.
En cuanto a las divisas, consideran que el riesgo de una recesión mundial sigue favoreciendo al dólar estadounidense, en particular frente al euro y la libra esterlina. Mantienen su opinión positiva sobre el franco suizo y el yen japonés, mientras que el oro debería estar respaldado por las lecturas de inflación persistentemente altas.
Siguen siendo prudentes con la renta variable y eliminan su preferencia por los sectores de crecimiento tras el repunte de julio. Prefieren los sectores defensivos en el entorno actual y elevan la renta variable suiza a la categoría de más preferida, mientras que rebajan la renta variable japonesa a neutral.