Mercedes Cobo ■
Una cierta calma ha vuelto a los mercados, pero la preocupación se mantiene, ya que no hay certeza de que la crisis haya realmente haya terminado. La adquisición de Credit Suisse por UBS ha puesto de relieve la delicada situación del sector financiero suizo. Los expertos advierten de que es posible que haya consecuencias para el país, ya que el Banco Nacional Suizo ha proporcionado liquidez adicional y, en caso de que incurra en pérdidas no cubiertas en alguna de sus exposiciones, afectaría a la Confederación Helvética y a los cantones suizos.
Julian Zimmermann, analista senior de deuda soberana de Scope Ratings, no tiene dudas: “La adquisición de Credit Suisse por parte de UBS, con la depreciación total de los bonos adicionales de nivel uno de Credit Suisse, pone de relieve tanto los riesgos del sector financiero suizo como el grado en que la robusta regulación y las finanzas públicas los mitigan”.
El acuerdo sin precedentes y de última hora, que se completará en las próximas semanas, “debería ayudar a contener el coste financiero de estabilizar el presionado Credit Suisse para la Confederación Helvética y también contener las posibles repercusiones en la economía suiza en general”, indica Zimmermann.
El balance combinado del nuevo grupo es de 1,55 billones de francos suizos, el 200% del PIB, con una mayor concentración de los riesgos para Suiza
Pero “los acontecimientos ponen de relieve los riesgos que desde hace tiempo pesan derivados del sistema bancario, dado su gran tamaño en relación con la economía y el presupuesto anual de Suiza”. Los activos totales del sistema bancario suizo ascendían a 3,5 billones de francos suizos (CHF) a finales de 2022, alrededor del 448% del PIB. UBS representaba el 132% del PIB, y Credit Suisse representaba el 69%. Por lo tanto, el balance combinado de UBS y Credit Suisse ascendía a unos 1,55 billones de francos suizos, alrededor del 200% del PIB. “La fusión se traduce en una mayor concentración de los riesgos para Suiza”, advierte el experto de Scope Ratings.
Más allá de las métricas de balance, el sistema bancario suizo también contribuye
significativamente a la economía nacional a través de su aportación al valor añadido bruto (VAB, 5,9% del total en promedio 2017-2022) y al empleo (3,6% en 2022 según BAK Basilea).
El Gobierno suizo aprovecha su poder financiero
El Gobierno suizo ha utilizado su poder financiero para ayudar a encontrar una solución a la crisis de Credit Suisse, proporcionando una garantía de 9.000 millones de CHF (alrededor del 1,2% del PIB) a UBS para cubrir posibles pérdidas superiores a 5 000 millones de CHF derivadas de la liquidación de algunas posiciones de Credit Suisse. Además, el Gobierno ha concedido una garantía de 100.000 millones de CHF (13% del PIB) al Banco Nacional Suizo (BNS) para proporcionar liquidez adicional a través de un mecanismo público de liquidez (PLB) de nueva creación que no necesita garantías.
La liquidez proporcionada por el BNS a través del PLB goza de la condición de acreedor preferente, lo que contribuye a mitigar el riesgo soberano. Lo mismo ocurre con la capitalización de Credit Suisse y la amortización de los títulos AT1 del banco por valor de 16.000 millones de CHF, que incrementa los fondos propios básicos.
“En caso de que el BNS incurriera en pérdidas no cubiertas en alguna de sus exposiciones, esto afectaría a la Confederación Helvética y a los cantones suizos a través de las asignaciones anuales de beneficios del BNS, como ocurrió cuando las pérdidas del BNS en 2022 de 133.000 millones de CHF impidieron cualquier asignación de beneficios”, señala Zimmerman.
Fusión
La fusión tiene por objeto ayudar a poner fin a los problemas de Credit Suisse, impulsados por las importantes salidas de depósitos en el último trimestre de 2022, visibles en el descenso de los depósitos no nacionales denominados en dólares en el sistema bancario suizo.
La fusión anunciada provocará con toda seguridad recortes de empleo en Credit Suisse, que albergaba unos 50.000 empleados en todo el mundo y a 17.000 en Suiza, alrededor del 11% del empleo total en el sector bancario.
La contribución del sector al VAB también se verá afectada. Como punto de referencia, el VAB real de los servicios financieros cayó un 11% en 2008 durante la gran crisis financiera, cuando UBS necesitó ayuda estatal, y tardó hasta 2020 en recuperar su nivel de 2007.
“Dada la posición dominante de la entidad fusionada en el sistema bancario suizo, existen riesgos de que la competencia y la eficiencia se vean afectadas negativamente. Según UBS, la entidad fusionada sería el líder nacional en términos de depósitos y préstamos pendientes”, advierte el experto de Scope.
Julian Zimmermann reconoce que “el régimen regulador reforzado de Suiza ha contribuido a mitigar riesgos aún mayores”. Las necesidades de liquidez en divisas, en particular en dólares, pueden cubrirse mediante las subastas de dólares del BNS, que ahora se celebran diariamente, y que a su vez puede movilizar dólares a través de una línea permanente de swap en dólares con la Reserva Federal de EE.UU. y a través de sus reservas de divisas de 801.000 millones CHF a finales de 2022, el 38% de las cuales estaban denominadas en dólares, actuando como una potencial segunda línea de defensa.
“Suiza tiene una importante capacidad de absorción de problemas, dadas las fortalezas crediticias de una economía muy rica y bien diversificada, unas finanzas públicas sólidas y unas métricas externas fuertes: la deuda pública se situó en un modesto 42,1% del PIB a finales de 2021, mientras que el crecimiento real del PIB fue del 4,2% en 2021 y del 2,1% en 2022”, concluye.
La venta forzada de Credit Suisse ha sido el último capítulo de la crisis bancaria que ha tumbado los mercados en las últimas jornadas. La rapidez de los acontecimientos hace prácticamente imposible aventurar si esta operación ha supuesto el final de las turbulencias, aunque las valoraciones de los expertos indican que ha sido una medida acertada. Sin embargo, aún quedan interrogantes y algunas dudas por despejar.
Según UBS, la entidad fusionada sería el líder nacional en términos de depósitos y préstamos pendientes
Para los expertos de Bankinter, la compra de Credit Suisse «es una buena operación para UBS», porque el precio de compra supone un múltiplo de valoración muy pequeño y además «consigue garantías» muy relevantes por parte de los reguladores suizos.
En su opinión, «es una buena noticia para el conjunto del sector, porque mitiga el riesgo sistémico y los bancos centrales abogan por aumentar la liquidez a la banca».
No obstante, también reconocen que «a pesar de todo esto, es inevitable que persista cierta inquietud sobre el sector durante un tiempo».
Los inversores temen por sus CoCos
Los acontecimientos que se desarrollaron durante el fin de semana del 18 de marzo han dado lugar a unas sesiones de negociación volátiles en el mercado de bonos Tier 1 adicionales (AT1), también conocidos como CoCos. Tras la decisión del regulador suizo de romper las normas y subordinar a los bonistas a los accionistas, “era inevitable que se plantearan preguntas sobre el futuro de esta clase de activos. Sin embargo, la Autoridad Bancaria Europea (ABE) y el Banco de Inglaterra (BoE) se apresuraron a tranquilizar a los mercados sobre el carácter meritorio y jerárquico de los AT1, y la presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, fue un paso más allá en su rechazo directo al enfoque de Suiza al afirmar que «Suiza no establece normas en Europa», indica Dillon Lancaster, portfolio management de TwentyFour AM (Boutique de Vontobel).
Algunos bonos AT1 de bancos han recuperado todo el movimiento posterior a Credit Suisse, “pero siguen estando por debajo de los niveles anteriores al episodio de ventas masivas experimentadas por los bancos regionales estadounidenses”, señala Dillon Lancaster.
Destaca que todavía hay valores rezagados, “sobre todo UBS, y no nos sorprendería ver que esto continúe debido a los interrogantes sobre el régimen regulador suizo. Además, parece que tanto los tenedores de bonos como los accionistas podrían presentar recursos legales en relación con la adquisición de Credit Suisse, lo que también podría afectar a la rentabilidad, aunque las acciones de UBS han tenido un buen comportamiento. Indica que, incluso durante este periodo, “los AT1 han seguido siendo uno de los instrumentos más líquidos que seguimos”.