Maite Nieva
El lanzamiento de los productos financieros vinculados a factores medioambientales, sociales y de gobernanza (ASG) se ha convertido en algo habitual entre empresas y gestoras financieras y bancos de inversión. Entre las empresas más activas están las ‘utilities’ europeas. Los tesoreros de las compañías europeas se apresuran a satisfacer la demanda de deuda vinculada a la sostenibilidad y han emitido este año más bonos verdes –o sociales– que tradicionales, lo que ha hecho que el volumen en lo que va de año supere al de todo el año 2020. No son las únicas. A las emisiones de bonos de las empresas le siguen los pasos fondos de inversión, depósitos y ETFs y otros instrumentos de inversión.
Las empresas intensivas en capital, cuyas actividades están más directamente afectadas por la transición a una economía más eficiente desde el punto de vista energético y de bajas emisiones, son los principales emisores de bonos ligados a los aspectos ASG en Europa. En particular, las compañías petroleras y de gas son cada vez más activas», afirma Marlen Shokhitbayev, analista de Scope. Las últimas operaciones de la italiana Eni SpA y la española Repsol, ofrecen señales alentadoras, añade.
Respaldadas por un contexto en el que los tesoreros de las compañías europeas se han apresurado a satisfacer la demanda de deuda vinculada a la sostenibilidad, las “utilities” europeas han emitido este año más bonos verdes o sociales- que tradicionales, lo que ha hecho que el volumen en lo que va de año supere al de todo el año 2020. Entre las cotizadas españolas Repsol es una de las compañías más activas. A través su estrategia integral de financiación sostenible a través de la emisión de instrumentos financieros, incorpora bonos verdes, de transición y bonos vinculados a la sostenibilidad. Igualmente promueve una política activa de colaboración con otras empresas como el acuerdo con Iberia, firmado la semana pasada, para avanzar hacia una movilidad más sostenible.
Las compañías petroleras y de gas son cada vez más activas a la hora de emitir bonos verdes», afirma Marlen Shokhitbayev, analista de Scope
Entre las empresas europeas que han liderado el camino se encuentran los principales emisores de deuda, desde el proveedor de gases industriales Air Liquide SA hasta la empresa química BASF SE y el proveedor de minerales industriales Imerys SA. «Consideramos que habrá más emisiones de bonos ODS o bonos sostenibles para fines corporativos generales e inversiones relacionadas con la sostenibilidad, y que el sector químico intensificará su actividad», afirma Klaus Kobold, analista de Scope.
Europa: tendencia al alza
En lo que va de año, las emisiones vinculadas a factores medioambientales, sociales y de gobernanza (ASG) representan alrededor del 18% del volumen total, una proporción todavía modesta del mercado global, asegura Scope Ratings. No obstante, duplica con creces el 8% de todas las emisiones de bonos corporativos no financieros que se emitieron en 2020 con una etiqueta verde, social y de sostenibilidad, subraya.
«Esperamos que el impulso continúe», afirma Sebastian Zank, subdirector de ratings corporativos de Scope. «A finales de 2021, la cuota de bonos vinculados a la ASG debería superar fácilmente el 25% del total, lo que implicaría un fuerte aumento de la cuota de bonos vinculados a la ASG en el segundo semestre de 2021 hasta cerca del 30% del total», afirma Zank. Según sus previsiones hay un mayor número de empresas que están esperando a que el mercado madure o que prefieren tantear el terreno con préstamos vinculados a objetivos ASG. “Es sólo una cuestión de tiempo hasta que estos actores se adentren en el mercado de bonos vinculados a ASG», asegura.
Impulso a la sostenibilidad
No obstante, el mercado está muy lejos de estar saturado, dice. “El rápido crecimiento de los bonos ligados a las ASG es el resultado de la poderosa combinación de la presión política, reguladora y de los inversores para situar la sostenibilidad en lo más alto de la agenda económica y financiera de Europa”. Por otra parte, el endurecimiento del entorno normativo asociado al «Green Deal» europeo ha coincidido con la pandemia de la Covid-19, que ha dado un nuevo impulso a la sostenibilidad en la elaboración de políticas económicas”.
Por otra parte, las tendencias de las emisiones muestran que los tesoreros de las empresas de una amplia y creciente gama de otros sectores industriales están respondiendo al reto de la financiación sostenible. «La aparición de bonos vinculados a objetivos de sostenibilidad e indicadores clave de rendimiento, ha abierto la financiación ligada a los aspectos medioambientales y sociales a muchos más emisores,” señala Eugenio Piliego, analista de Scope. “Es probable que algunos sectores se conviertan en mayores emisores de deuda con sello,” añade.
A finales de 2021, la cuota de bonos vinculados a la ASG debería superar fácilmente el 25% del total
Impacto de la Next Generation
La cartera de bonos de la UE en materia de bonos verdes, sociales y sostenibles (GSS por sus siglas en inglés) asciende a casi 90.000 millones de euros, lo que representa el 43% del saldo vivo mundial en este tipo de bonos, según Scope. La emisión de bonos relacionados con el fondo de la Unión Europea (UE) Próxima Generación aumentará aún más el volumen, ya que está previsto que el 30% del total de los 800.000 millones de euros se emitan en forma de bonos verdes en los próximos años.
“Con un endeudamiento medio anual probable de unos 150.000 millones de euros, podría ampliar el mercado de los bonos verdes en 45.000 millones de euros al año”, según Scope. Otros actores principales son el Banco Europeo de Inversiones – BEI(actualmente con 38.500 millones de euros en bonos de GSS en circulación, sobre todo en bonos verdes) y el Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento – BIRF (13.500 millones de euros, también sobre todo en bonos verdes).
Nuevas tendencias: fondos, depósitos y ETFs
Los fondos de inversión tampoco se han quedado atrás. La semana pasada Tikehau Capital lanzaba el Tikehau Impact Credit. Su objetivo, ayudar a ampliar la inversión de impacto en la renta fija mediante un enfoque de impacto en el universo de bonos high yield para abordar el cambio climático y alcanzar los objetivos en el Acuerdo de París. El fondo se centrará en tres grupos de inversiones y emisores: bonos verdes ligados a la sostenibilidad o empresas centradas en el ámbito de las estrategias para paliar el cambio climático, que ya participan en la transición energética y ecológica (categoría A); emisores que han firmado un compromiso internacional en materia de cambio climático (categoría B); y un enfoque agnóstico del sector para las empresas con potencial para contribuir positivamente a la mitigación del cambio climático o a la adaptación al mismo, así como para reducir otras externalidades medioambientales muy importantes (categoría C).
También DWS ha entrado en el mercado de los fondos cotizados (ETF) de bonos verdes con el lanzamiento de dos ETFs Xtrackers que ofrecen a los inversores acceso al mercado de bonos verdes corporativos. Hasta ahora, el espacio de los ETFs de bonos verdes UCITS ha estado dominado por productos dirigidos al amplio segmento de los bonos verdes, lo que ha dado lugar a importantes asignaciones en deuda soberana y supranacional.
Por su parte, el Depósito Sostenible DB de Deutsche Bank España será el primer depósito ESG del mercado español cuya inversión se destinará a la financiación de proyectos verdes que cumplan con los criterios del Marco de Financiación Verde (Green Financing Framework) del Grupo Deutsche Bank. Entre esos proyectos se incluyen préstamos e inversiones en empresas o activos del sector de energías renovables, eficiencia energética y edificios sostenibles.