Maite Nieva
Bajista en todos los plazos y con el precio de su cotización en mínimos de 25 años, BBVA se enfrenta a un escenario incierto marcado por una fuerte volatilidad en Bolsa y la crisis de fondo que atraviesa el propio sector. Las presiones del mercado para que la entidad financiera dé un paso adelante en la consolidación del sector bancario y la incertidumbre ante el deterioro de las rentabilidades por el impacto económico del Covid-19 han disparado su volatilidad y penalizan el valor. Tras el desplome de su capitalización, la vuelta de los bajistas y la salida del selectivo de empresas europeas EuroStoxx 50, el precio de la acción se aferra a los mínimos de 2,3 euros.
La falta de visibilidad de las acciones de BBVA, tras una caída del 54% en el año sigue presionando al valor. Ni las subidas registradas al calor de las quinielas de fusiones, tras el acuerdo entre CaixaBank y Bankia, ni el anuncio de la recuperación de los dividendos a partir de 2021 o las previsiones de mejora de los resultados de la entidad financiera en 2020, han conseguido estabilizar su cotización. El pasado 22 de septiembre el precio de la acción tocó mínimos del año en 2,16 euros y, a pesar de los continuos rebotes que han llegado a alcanzar subidas del 10% en dos días, el valor vuelve a desinflarse.
La entidad financiera se encuentra en medio de varios frentes abiertos y en un escenario de extrema volatilidad en Bolsa que le ha llevado a dejar atrás su posición de tercera empresa por capitalización del Ibex 35 y situarse fuera del ranking de las 10 primeras. La consolidación bancaria es, quizá, uno de los factores que más presionan al valor en los últimos días. Tras la fusión entre CaixaBank y Bankia, el mercado ha dado por sentado en sus quinielas que protagonizará la próxima operación corporativa del sector, algo que por el momento no acaba de cuajar.
Sin prisas para fusionarse
Aunque el mercado lleva tiempo apostando por un posible acuerdo entre BBVA y Banco Sabadell ninguna de estas entidades parecen tener prisa por el momento. No obstante, la entidad financiera que preside Carlos Torres parece haber suavizado su postura y ha entreabierto la puerta a una posible operación. “Analizaremos las posibles oportunidades de fusión y sinergias en España, siempre que creen valor para sus grupos de interés”, ha señalado el consejero delegado de BBVA, Onar Genç, en un encuentro con accionistas el pasado 23 de septiembre. “Si podemos encontrar un punto favorable, haremos un trato, de no ser así, estamos extremadamente cómodos donde estamos. Tenemos potencial para crecer”, aseguró.
La elevada volatilidad que está registrando BBVA en Bolsa, ha llevado el precio de la acción a tocar fondo y a rozar los 2 euros en septiembre
En estos momentos ambos valores están en mínimos históricos y con la cotización por los suelos. BBVA cae un 54% en el año y su cotización, en torno a 2,3 euros por acción, evoluciona al compás de rebotes puntuales a los que les siguen las caídas de un día para otro. En cuanto a Sabadell, su debilidad de es extrema, dicen los analistas. Cae un 70% en el año y cotiza a 0,29 euros por acción.
Aunque muchas casas de inversión consideran que una fusión daría un respiro y mejoraría su negocio y la cotización, también reconocen las dificultades que tiene este proceso por lo que no supondría una solución rápida a corto plazo. “No es el mejor sector para estar invertidos”, aseguran. BBVA ha perdido el soporte de los 2,50 euros, mínimos desde marzo de 2009, con lo que se ha activado un segundo impulso bajista, que marca el objetivo potencial en el entorno de un euro”, explican. No obstante, no se descartan rebotes en el corto plazo hasta la zona de los 2,35 euros, incluso hacia los 2,42 euros de marzo.
Dividendos en 2021
El banco que preside Carlos Torres ha elevado sus previsiones de resultados para el conjunto de 2020, en parte por una mejora de los márgenes y gastos en España; mejores resultados de lo esperado en EE.UU y mejora de las perspectivas del negocio en México. Sin embargo, aunque han conseguido dar nuevas alas al valor, impulsado la cotización de BBVA más de un 4%, la alegría ha durado poco. La misma suerte tuvo la subida del 4,16% del valor tras la decisión del Banco Central de Turquía de subir los tipos de interés al 10,25% desde el 8,25% debido al impacto positivo que tendría en los márgenes de Garanti, la filial de BBVA en Turquía que representa más del 21% del beneficio neto del banco español. El valor rebotó desde el 2,16 euros hasta 2,37 para perderlo poco después tras el apoyo de Turquía a Azerbaiyán, tras el ataque armenio en el marco de la disputa por la región de Nagorno-Karabaj.
Por otra parte, se suma a la tendencia de pagar dividendos a partir de 2021. Será “una vez que se elimine la recomendación de los supervisores de suspender temporalmente el pago de dividendos por el impacto de la crisis y cuando se disipen las incertidumbres del Covid 19”. Igualmente, apunta a la posible recompra de acciones para remunerar a los accionistas.
Recomendaciones enfrentadas
Este escenario, unido a la elevada volatilidad que está registrando BBVA en Bolsa, ha llevado el precio de la acción a tocar fondo en septiembre y rozar los 2 euros así como a una oleada de actualizaciones del valor de las grandes casas de inversión. Las recomendaciones están muy divididas. Deutsche Bank y Citigroup lideran las más positivas. A la hora de valorar a la entidad financiera el más optimista es el banco alemán con la recomendación de compra y un precio objetivo en los 4 euros a 12 meses, lo que supondría un potencial de subida del 41% sobre 2,37 euros por acción, el precio de mercado tras un rebote del 4%. Entre los motivos de esta recomendación de compra destacan las buenas previsiones del BBVA sobre México, así como las buenas expectativas en su negocio nacional y la confianza del banco en sus unidades de Estados Unidos y Turquía. Por otra parte, los analistas del banco alemán ponen en valor la intención del banco de recuperar los dividendos en 2021. Además, BBVA ahora está más abierto a una combinación de herramientas para la remuneración de los accionistas sumando al dividendo puro la recompra de acciones, avanzando poco a poco hacia el estilo de compensación de los bancos americanos», subrayan desde Deutsche Bank.
También Citigroup ha ajustado sus previsiones al alza y eleva el precio objetivo del valor hasta 3,8 euros desde los 3,7 anteriores y la recomendación de compra. Estos analistas consideran que las fusiones previstas en España podrían mejorar la calificación de las acciones de los bancos españoles. Según las previsiones del banco de inversión estadounidense «las fusiones y adquisiciones podrían ahorrar a la banca española entre 2 y 2500 millones de euros en costes. Lo suficiente para aumentar el beneficio neto del sistema en un 25-30% y el ROE de los bancos cotizados en 200-240 pb, del 8% al 10-11% en 2023», apuntan.
Las valoraciones están muy divididas. Deutsche Bank y Citigroup lideran las “compras”, mientras Credit Suisse revisa el valor a infraponderar
Por el contrario, Credit Suisse se ha desmarcado de este optimismo y mantiene su recomendación de infraponderar el valor y rebaja el precio objetivo de BBVA a 2,30 euros por acción desde los 2,5 euros anteriores. También Berenberg califica a la entidad financiera con un precio objetivo de 2,10 euros por acción frente a los 2,5 y la recomendación de venta. Más moderados, los analistas de HSBC rebajan la valoración del banco hasta 2,70 euros por acción y recomiendan mantener. En esta línea Morgan Stanley y UBS han actualizado sus perspectivas con un precio objetivo de 3,20 euros y 2,75 euros, respectivamente.
Desde un enfoque técnico, los analistas advierten que BBVA ha perdido el soporte de los 2,50 euros, los mínimos desde marzo de 2009, con lo que técnicamente nos indicaría que se ha activado un segundo impulso bajista, que marca un objetivo potencial en el entorno de un euro. “Seguiremos viendo caídas en el valor, aunque con rebotes en el corto plazo hasta la zona de los 2,35, incluso hacia los 2,42 euros que había dejado en marzo, explican.
En busca de catalizadores
El sector bancario español atraviesa uno de los momentos más complicados de los últimos años, y todo indica que va para largo. Al impacto negativo que ha tenido la incertidumbre provocada por la crisis del Covid-19 y la caída de los beneficios, así como tipos de interés bajo mínimos e incluso negativos, se suman los desafíos estructurales a largo plazo del sector.
La política de tipos de interés cero continuará penalizando la rentabilidad en el futuro inmediato, mientras que la recesión provocada por el Covid-19 ejercerá una fuerte presión sobre la calidad de los activos. Además, se están produciendo cambios fundamentales en los modelos operativos de los bancos, debido a los rápidos cambios en el comportamiento del mercado. En este escenario los responsables del banco que preside Carlos Torres, apuestan por la fortaleza de BBVA para afrontar los desafíos actuales y aprovechar las oportunidades futuras. En un informe enviado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) el pasado 23 de septiembre, la entidad financiera destaca entre sus principales catalizadores la fortaleza del margen neto de la compañía, una sólida posición de capital; capacidad demostrada de generación de capital y cómoda posición de liquidez, así como las capacidades digitales diferenciales como ventaja competitiva.
BBVA registró unas pérdidas de 1.157 millones de euros entre enero y junio, si bien superaron estimaciones del mercado. El beneficio del Grupo BBVA en el segundo trimestre ascendió a 636 millones de euros, duplicando el resultado ordinario obtenido entre enero y marzo. Todo ello, después de haber realizado dotaciones extraordinarias de 644 millones de euros relacionadas con la pandemia.