Europa se enfrenta a un invierno complicado con un posible racionamiento de gas y también con una recesión que los expertos no descartan. Todo ello podría hacer que el riesgo de impago de los bonos corporativos aumente. Sin embargo, según George Curtis, Gestor, TwentyFour AM (boutique de Vontobel AM), los fundamentales parecen apoyar una perspectiva de impago moderada y resulta poco probable que se produzca un aumento de la misma a corto plazo, sobre todo teniendo en cuenta el importante nivel de ayuda fiscal que parece que van a recibir los consumidores por parte de sus gobiernos
Gazprom anunció recientemente que el gasoducto Nord Stream 1 seguiría cerrado después de su «periodo de mantenimiento», y Rusia alegó después que las sanciones europeas hacen imposible la reparación de las turbinas dañadas.
Las compañías están utilizando acertadamente el colchón para proteger sus balances en este incierto entorno macroeconómico, según Vontobel AM
La reacción de los mercados a la noticia ha sido sorprendentemente moderada, con los mercados de renta variable y de crédito ligeramente algo más débiles. En última instancia, la noticia no habría sido una gran sorpresa, dado que la capacidad ya se había reducido significativamente y ya se habían diseñado excusas para explicar por qué no se podía reanudar el flujo, indican.
El hecho de que Europa se enfrente a un invierno de posible recesión e incluso de racionamiento de gas, uno podría pensar que el riesgo de impago a corto plazo de los bonos corporativos europeos habría aumentado drásticamente. Sin embargo, en gran medida, en Vontobel AM siguen viendo que los fundamentales apoyan una perspectiva de impago moderada.
Los impagos de las empresas necesitan un catalizador, y suelen estar impulsados por uno de estos tres factores principales: la empresa se queda sin efectivo, La empresa es incapaz de refinanciar un próximo vencimiento de deuda, explican
En general, las empresas entraron en 2022 bastante fortalecidas. El ratio que mide el nivel de efectivo como porcentaje de la deuda, por ejemplo, estaba en máximos históricos al final del primer trimestre y sustancialmente por encima de la media a largo plazo (30% en el primer trimestre de 2022 frente a una media de 19 años del 19%).
Aunque a principios de año habrían esperado que gran parte de esta reserva de efectivo se destinara a dividendos, recompra de acciones o fusiones y adquisiciones, ahora las compañías están utilizando acertadamente el colchón para proteger sus balances en este incierto entorno macroeconómico.
Además, dado el elevado nivel de oferta observado en 2021 (aproximadamente 150.000 millones de euros en deuda europea de high yield), las empresas han podido ampliar el plazo de sus vencimientos de deuda, lo que ha reducido el riesgo de refinanciación a corto plazo, ya que la mayor parte del «muro de vencimiento» del high yield se sitúa entre 2025 y 2026, añaden.