La Entrevista de la Semana / Mercedes Cobo ■
“Para aquellos que quieren poco riesgo, los mercados de renta fija a corto plazo ofrecen oportunidades que no habían existido en una década”, señala Ignasi Viladesau. Sin embargo, considera que la renta variable “es un activo que debería sufrir si la recesión se materializa, pero a largo plazo no hay duda de que la economía global va a reemprender su crecimiento y, en consecuencia, estar expuesto a dicho crecimiento va a ser positivo para una cartera”.
¿Cómo ve los mercados tras el huracán de Silicon Valley Bank y el golpe sufrido por Credit Suisse?
La razón por la que el sector bancario atrae tanta atención es porque ocupa un lugar especial dentro de la economía. A diferencia de otros sectores, los bancos son el corazón que bombea sangre a todo el sistema, y una crisis coronaria puede tener consecuencias fatales incluso para un cuerpo que esté sano.
Dicho esto, el caso de Silicon Valley Bank y de Credit Suisse son idiosincráticos. El primer caso es un ejemplo de deficiente gestión del riesgo en balance. Es cierto que las subidas de tipos afectan negativamente a los bonos gubernamentales que muchos bancos tienen en balance, pero el caso de SVB – tanto por el gran tamaño de su cartera de bonos como por la casi total ausencia de coberturas de tipo de interés – es la excepción, no la regla.
“Lo que está claro es que, asumiendo más o menos riesgo, invertir es obligatorio para batir la inflación y no perder poder adquisitivo”
El caso de Credit Suisse es completamente. Hacía años que el banco suizo buscaba un nuevo rumbo, un cambio estratégico para volver a registrar beneficiós. Seguían sin encontrar un modelo de negocio claro, pero tampoco tenían un balance de dudosa calidad con pérdidas escondidas. En ausencia de un plan estratégico que hubiera devuelto el banco a un modelo de negocio economicamente viable, parece que un cambio corporativo – ya sea venta/fusión con UBS o spin-off de las unidades rentables (banca privada, negocio doméstico suizo) y el cierre de las unidades menos rentables (banca de inversión) – era probable a medio/largo plazo.
Entonces, ¿ha pasado el huracán? Sí, pero ha dejado secuelas. Se puede decir que sí, porque no ha habido un contagio generalizado a otras entidades, no ha habido efecto dominó en el que decenas de entidades bancarias sanas hayan caído únicamente debido a que otra entidad está en problemas. Los reguladores de ambos lados del Atlántico han jugado un papel importante, ya sea forzando la boda de los gigantes suizos como asegurando depósitos y dando liquidez a los bancos pequeños y medianos en EEUU. En las últimas semanas, por ejemplo, se ha frenado el trasvase de depósitos de bancos pequeños a bancos grandes que había ocurrido en EEUU.
Las secuelas son motivo de cautela por parte de muchos bancos. Son conscientes de que van a estar bajo el escrutinio del mercado durante los próximos trimestres, y métricas como ratios de capital y liquidez están en el punto de mira. En este entorno, es previsible que sean menos proclives a prestar de lo que hubieran sido antes el episodio de SVB y Credit Suisse. La consecuencia para la economía real es un crecimiento menor del que hubiera cabido esperar antes de que las tensiones en el sector bancario se desatasen.
¿Dónde ve los principales riesgos? ¿Qué otros fantasmas podrían acechar a los mercados?
Prevenir una crisis generalizada del sector bancario ha sido prioritario estas semanas. Ahora que sabemos que no va a ocurrir, entre otras cosas porque el sector está mucho mejor capitalizado y gestionado que en 2008, vuelve a ser visible el riesgo que nos ha acompañado durante los últimos trimestres: la inflación. Este es el último escollo que tenemos que superar para dejar atrás la pandemia y sus efectos nocivos.
Sin embargo, el espectro de la inflación se ha transformado. La probabilidad de tener una inflación de doble dígito de modo sostenido, sin un techo visible, ha disminuido materialmente. La mayoría de expertos y bancos centrales creen que hemos dejado atrás los máximos. La gran duda ahora es cuántos años vamos a tardar a volver a una inflación del 2%, objetivo de los bancos centrales americano y europeo.
¿Cuáles cree que son los escenarios posibles? ¿Es inevitable la recesión económica?
Históricamente, en las más de 15 recesiones que ha habido en EEUU en el último siglo, la inflación siempre ha bajado. Es decir, una manera infalible de bajar la inflación sería causar una recesión, aunque lógicamente ningún banquero central lo ve como la opción más deseable. Están intentando bajar la inflación sin afectar muy negativamente al empleo.
La dificultad es que tanto el empleo como la inflación son indicadores atrasados. No es hasta que la situación económica empeora que las empresas empiezan a ser cautelosas con la gestión de la plantilla. Y no es hasta que los trabajadores sienten que su trabajo puede estar en peligro cuando empiezan a moderar la demanda de bienes y servicios, hecho que, cuando llegue, ayudará a moderar la inflación.
En consecuencia, parece inevitable que los bancos centrales se pasen de largo y desaceleren la economía hasta causar una recesión, dado que están conduciendo mirando por el retrovisor. Lo más probable es que sea una recesión suave con un impacto limitado para la gran mayoría de la población, aunque podría ser acusada en los sectores que responden más a tipos de interés elevados: la construcción de nuevas viviendas en EEUU o la venta de automóbiles a crédito, por ejemplo.
¿Qué mercados van a tener un mejor comportamiento? ¿Dónde ve mejores oportunidades de inversión?
Para aquellos que quieren poco riesgo, los mercados de renta fija a corto plazo ofrecen oportunidades que no habían existido en una década. El tipo de depósito del Banco Central Europeo había estado a 0% o negativo desde 2012, y ahora está al 3%. Los fondos monetarios, que invierten en instrumentos muy seguros como Letras del Estado, permiten lograr retornos del 3% asumiendo muy poco riesgo.
Si se está dispuesto a asumir más riesgo, y a esperar más tiempo a que se materialice la tesis de inversión, la renta fija a más largo plazo es una buena oportunidad a 2 ó 3 años vista, cuando se espera que los bancos centrales hayan finalmente derrotado las presiones inflacionarias.
A largo plazo, sin embargo, la renta variable es la clase de activo más atractiva. Las valoraciones son razonables: no están baratas comparado con la historia, pero, al menos, no están lo caras que han estado este último lustro. Es un activo que debería sufrir si la recesión se materializa, pero a largo plazo no hay duda que la economía global va a reemprender su crecimiento y, en consecuencia, estar expuesto a dicho crecimiento va a ser positivo para una cartera a largo plazo.
Lo que está claro es que, asumiendo más o menos riesgo, invertir es obligatorio para batir la inflación y no perder poder adquisitivo. Para los inversores que no quieran complicarse y quieran poner su dinero a trabajar, MyInvestor ofrece carteres indexades de cinco niveles de riesgo, que combinan renta fija y renta variable, con las comisiones más bajas del mercado: solo 0,15% de gestión y 0,15% de custodia. El cliente sólo tiene que hacer un sencillo test online y le asignaremos automàticament la cartera más adecuada para alcanzar sus objetivos financieros. Estas carteras, diseñadas por profesionales, están compuestas por fondos indexades de Vanguard, iShares, Fidelity, Amundi…
¿Qué ventajas y riesgos ve en los fondos de capital riesgo?
Los fondos de capital riesgo son complementos perfectos a los fondos tradicionales, ya sean indexados o de gestión activa, porque permiten acceder a empresas que no están cotizadas y en consecuencia no forman parte de los índices. Según datos de PitchBook, En EEUU, se estima que hay más de 50.000 empresas no cotizadas en las que fondos de capital riesgo han invertido (unas 35.000 empresas pequeñas con capital semilla o “venture capital” y unas 15.000 empresas medianas y grandes o “private equity”), comparado con las aproximadamente 4.000 empesas cotizadas o las 500 empresas presentes en el índice más conocido, el S&P500. Si un inversor quiere tomar una posición realmente neutra o indexada a la economía real, necesita tener exposición al capital riesgo.
Adicionalmente, una tendencia que se ha observado en las últimas décadas es que las empresas ven las ventajas de no cotizar. Hace 40 años había 8.000 empresas cotizadas en EEUU, por ejemplo, comparado con las 4.000 que hay ahora. En la misma línea, las empresas también prefieren mantenerse no cotizadas por más tiempo, de modo que una gran parte de la creación de valor se genera en la fase no cotizada, antes de salir a bolsa, cuando sólo los fondos de capital riesgo pueden invertir en ellas.
Se observa que los family offices que gestionan las grandes fortunas europeas tienen en promedio una exposición aproximada del 30% de su cartera en productos de capital riesgo. Esto les permite balancear la falta de liquidez de los productos y las mayores rentabilidades a largo plazo que dichos productos de capital riesgo tienen el potencial de obtener.
“Si un inversor quiere tomar una posición realmente neutra o indexada a la economía real, necesita tener exposición al capital riesgo”
En cuanto a rentabilidades históricas, el índice Cambridge Associates LLC Private Equity Index ha tenido una rentabilidad del 14,2% anual durante los últimos 25 años, mientras que el Russell 3000, que incluye las 3.000 mayores empresas cotizadas americanas, ha ganado un 9,5% anual en el mismo periodo, hasta 31 de marzo de 2022.
El capital riesgo es un producto que puede ser especialmente complementario a una cartera de roboadvisor, porque invierte en empresas no cotizadas, mientras que por definición un roboadvisor solamente invierte en activos cotizados. Esto quiere decir que el capital riesgo permite acceder a partes de la economía real a los que no se puede acceder de otra manera, complementando la inversión en una cartera indexada. Sin embargo, dada la falta de liquidez del capital riesgo, el inversor tiene que conocer los riesgos antes de lanzarse a invertir en dichos productos, y en todo caso tiene que verlo como un complemento a su cartera, no como un sustituto donde va a poner todos sus ahorros.
El Personaje y su Imagen
Ignasi Viladesau (Barcelona, 1984) se incorporó a MyInvestor como director de inversiones en enero de 2021. Hasta su incorporación a MyInvestor, trabajó en el equipo de BlackRock de Londres, donde gestionaba más de 5.000 millones de euros en carteras globales multiactivo y colaboraba en la gestión de más de 30.000 millones en planes de pensiones institucionales para clientes europeos y norteamericanos. Previamente, formó parte del equipo de PIMCO, firma a la que se incorporó tras haber realizado consultoría estratégica en McKinsey y análisis de operaciones en banca de inversión en JP Morgan.
Viladesau estudió Ingeniería Industrial en la UPC en España, Ingeniería Aeronáutica en ISAE Supaero en Francia, e hizo un máster enfocado en negocios, economía y finanzas en MIT (Massachusetts Institute of Technology) en EE UU.