La Empresa de la Semana / Maite Nieva
IAG ha cerrado septiembre como una de las etapas más convulsas en Bolsa. La ampliación de capital de la compañía de aerolíneas angloespañola ha arrastrado a la cotización por debajo de un euro por acción en menos de un mes y pierde casi un 80% de su valor en un año. No obstante, desde la perspectiva de la empresa ha sido un éxito. El resultado de la ampliación, por importe de 2.741 millones de euros, ha contado con el apoyo de cerca del 93% de sus accionistas y desde el 7 de octubre las nuevas acciones cotizan en el parqué, tras ser recibidas con subidas superiores al 10%. El escenario al que se enfrenta la compañía sigue siendo incierto tras la dilución del valor y la falta de catalizadores, según los expertos.
La ampliación de capital de IAG ha sido calificada de éxito por la compañía de aerolíneas, pese al revuelo que ha provocado en la Bolsa. El ambicioso volumen de títulos emitidos, por importe de 2.741 millones de euros no ha sido obstáculo para que la suscripción haya sido respaldada por el 92,75% de sus accionistas. Las nuevas acciones comenzaron a cotizar en el mercado el miércoles 7 de octubre en la Bolsa española y en la Bolsa de Londres, sin grandes sobresaltos, a pesar de la dilución del precio de las acciones y la ecuación de canje de tres acciones nuevas por cada dos antiguas. Sin embargo, el peligro no ha pasado aún.
El impacto de la pandemia ha puesto IAG en una situación complicada y va a necesitar nuevos catalizadores para volver a subir en Bolsa. Algo que, de momento, el mercado no acaba de ver, a pesar de las subidas iniciales del valor, superiores al 10%, tras el estreno de las nuevas acciones en el parqué y perder casi un 80% de su valor en un año. Los resultados del segundo semestre, pendientes de publicar el 30 de octubre, tampoco auguran nada bueno por el impacto que tendrá la reducción de la demanda del transporte aéreo en su cifra de negocio.
Avalancha de ventas
La avalancha de ventas entre los inversores ha acabado desplomando la cotización por debajo de un euro, en menos de un mes, desde los 5 euros anteriores. Aunque la ampliación de capital era privada en su totalidad y estaba garantizada por Qatar Airways, el mayor accionista de la compañía con el 25,1% capital y por los colocadores, el efecto dilutivo en el precio de las acciones ha disparado la volatilidad en Bolsas. IAG está a la cabeza de las empresas del Ibex 35 que más caen en el año.
La ampliación de capital ha tenido como objetivo hacer frente a los estragos económicos que está causando el desplome de la demanda de vuelos por la pandemia
El holding que integra British Airways, Iberia, Vueling, Aer Lingus y Level, acordó realizar la ampliación de capital en julio, tras unos resultados del primer semestre del año demoledores. El objetivo es destinar los fondos para fortalecer el balance del grupo, reducir su apalancamiento y mejorar su posición de liquidez, después de que la compañía se haya visto “obligada a dejar en tierra la mayoría de sus aviones por las restricciones impuestas por los gobiernos a causa de la pandemia”, aseguran desde la empresa.
Recomendaciones divergentes
Los analistas coinciden en que la ampliación es buena desde el punto de vista estratégico y de solvencia de la compañía pero también alertan de los riesgos elevados que afronta IAG. Especialmente por los rebrotes de la pandemia, la desaceleración económica y la operación de adquisición pendiente con Air Europa, todavía en proceso de negociación en cuanto a precios y condiciones. Según el informe global realizado por IG, la aerolínea ocupa el segundo puesto después de Sabadell entre las 10 acciones con peor rendimiento del IBEX 35 en el primer semestre del año con un retorno de las acciones negativo del -66.8 %. Por otra parte, técnicamente ha perforado el soporte que presentaba en los mínimos anuales (1,144 euros) y por lo tanto se puede esperar cualquier cosa, apunta un broker.
La avalancha de revisiones del valor de las casas de inversión ha sido unánime desde comienzos de septiembre. Coincidiendo con la salida a Bolsa de las nuevas acciones, Citigroup ha dado un paso adelante y argumenta que hay razones para que la cotización doble su precio. La ampliación de capital es uno de sus puntos fuertes, y también porque los precios actuales dejan un elevado margen en el potencial del valor, según los analistas del banco de inversión estadounidense. En esta línea, Renta 4 considera que IAG se posiciona como un claro ganador tras la crisis y recomienda sobreponderar, aunque recorta su precio objetivo hasta 2,5 euros por acción. “Creemos que es una de las compañías del sector, si no la más, preparada para lidiar con un escenario jamás visto en el sector y mantenemos intacta nuestra confianza en que será uno de los grandes ganadores, una vez dejemos la crisis atrás”, señala el analista del valor.
Bankinter apuesta por una recomendación neutra y mantiene un precio objetivo de 2 euros por acción. El principal catalizador serían las noticias positivas en el frente sanitario y las vacunas, señala Pilar Aranda en su análisis del valor. “La operación es razonable y le permitirá fortalecer su balance y reducir endeudamiento; mejorar la liquidez y proporcionar protección ante una recesión de la demanda de transporte aéreo que puede incluso prolongarse si continúan los rebrotes”, comenta. Igualmente, proporciona flexibilidad operativa y estratégica para aprovechar una recuperación de la demanda de transporte aéreo. Por otra parte, “la entrada de capital privado descarta la entrada estatal, como ha sucedido con Lufthansa o KLM-AirFrance, en cuyo caso “el descuento de la ampliación habría sido incluso superior”, argumenta la analista de Bankinter.
Los analistas coinciden en que la ampliación es buena desde el punto de vista estratégico y de solvencia pero alertan que los riesgos son elevados
A principios de septiembre el banco de inversión estadounidense, J.P. Morgan, rebajó el precio objetivo de IAG más de un 70%, hasta situarlo en los 2,5 euros justificado por su perspectiva «desafiante e incierta». El último cambio realizado por el banco estadounidense se produjo en diciembre de 2019 y entonces se situó en los 9 euros. Los analistas del banco explican que IAG tiene una sólida cartera y una gestión respetada, pero no está siendo ajena a la crisis del Covid-19, lo que le posiciona ante unas perspectivas inciertas. Por el contrario, la ampliación de capital de 2.750 millones anunciada por IAG a finales de julio, la han recibido como algo positivo y destacan que, gracias a este movimiento el grupo tendrá la liquidez suficiente para superar un escenario extremo de otros 15 meses.
El Covid marca los resultados
El escenario en el tercer y cuarto trimestre del año es incierto y las perspectivas no son mejores, ya que estarían sujetas a la relajación de las medidas de confinamiento y la restricción de los viajes. A la espera de los resultados del tercer trimestre, que se presentan el 30 de octubre, las previsiones no son buenas. El impacto en las aerolíneas y los viajes desde el 20 de febrero de 2020 fue devastador, según los responsables de IAG. “La mayoría de las aeronaves del grupo permanecieron en tierra en el segundo trimestre del año y se mantuvo una mínima programación de vuelos de pasajeros para viajes esenciales y repatriaciones”, según el comunicado de la empresa, tras la presentación de los resultados. “IAG espera que la demanda de pasajeros tarde al menos hasta 2023 en recuperar los niveles de 2019 y está reestructurando su base de costes para reducir el tamaño de cada aerolínea”. El apalancamiento deuda sobre Ebitda ha aumentado hasta 4,2 veces desde 1,4 veces a diciembre 2019, mientras la deuda financiera neta (DFN) se disparó hasta 10.463 millones de euros desde 7.508 millones en el primer trimestre de 2020 y tuvo que incurrir en extraordinarios por -2.137 millones de euros, en parte por coberturas de combustible.
Cambios drásticos para remontar la crisis
Los cambios drásticos en el sector, como consecuencia de las restricciones del tráfico aéreo mundial para controlar la pandemia global del Covid -19, y el escenario de incertidumbre para las aerolíneas, han dado un vuelco de 180 grados a la estrategia de IAG. La compañía, que a finales del primer semestre contaba con una posición de liquidez de 7.600 millones de euros, se ha visto abocada reforzar la liquidez en 2.741 millones de euros mediante la ampliación de capital. El Grupo mantiene la expectativa de que la demanda de pasajeros tardará al menos hasta 2023 en recuperarse a los niveles de 2019.
El objetivo del grupo de aerolíneas es fortalecer su balance y reducir su endeudamiento; mejorar la liquidez y proporcionar protección ante una recesión de la demanda de transporte aéreo que pueda ser más prolongada. Estas previsiones, basadas en la planificación de IAG de escenarios de estrés más negativos, buscan proporcionar a la compañía de flexibilidad operativa y estratégica para aprovechar una recuperación de la demanda de transporte aéreo. El aumento de capital, junto con su rápida respuesta a la crisis, deberían permitir al Grupo salir de la actual pandemia en una posición fuerte, con más resiliencia, mayor flexibilidad y con la capacidad para tomar las decisiones operativas y estratégicas correctas para el beneficio a largo plazo de todos sus grupos de interés IAG, subrayan desde la empresa.
Por otra parte, IAG ha seguido aplicando sus planes de reestructuración. Así, British Airways está llevando a cabo un proceso de reducción de plantilla de hasta 13.000 trabajadores. A finales de agosto, la plantilla se redujo en más de 8.236 personas por el abandono de la empresa por parte de empleados, la mayoría como resultado de un despido colectivo de carácter voluntario. Iberia y Vueling siguen beneficiándose del plan ERTE del gobierno español y Aer Lingus ha aplicado reducciones salariales y de horas de trabajo en toda la aerolínea y prevé 250 despidos voluntarios para finales de 2020.