Fitch Ratings ha confirmado esta semana la calificación de ‘BB-‘ con perspectiva ‘estable’ para la deuda soberana a largo plazo de Brasil, con arreglo a las «sólidas» reservas internacionales y una economía «grande y diversa», aunque pendiente de su bajo crecimiento y el elevado nivel de deuda.
«El tope de gastos se está relajando sin planes concretos para reemplazarlo con un nuevo ancla fiscal, lo que aumenta la incertidumbre en torno a la trayectoria fiscal a mediano plazo y afecta negativamente los costos de endeudamiento», ha apuntado Fitch Ratings.
La calificadora ha destacado la «incertidumbre» en torno a las decisiones fiscales del nuevo Gobierno de Brasil, ya que se podrían agravar o aliviar los desafíos económicos del país. En este sentido, las proyecciones son de deterioro del déficit, ante el aumento del gasto social y una indefinición en el techo de gasto.
«El tope de gastos se está relajando sin planes concretos para reemplazarlo con un nuevo ancla fiscal, lo que aumenta la incertidumbre en torno a la trayectoria fiscal a mediano plazo y afecta negativamente los costos de endeudamiento», ha apuntado Fitch Ratings.
La pérdida de la credibilidad fiscal o de la sostenibilidad de la deuda, así como una mayor inestabilidad macroeconómica podrían incidir en la calificación de Brasil de forma negativa.
Por el contrario, un escenario de inflación controlada, aumento de las inversiones o consolidación fiscal permitirá a Fitch Ratings mejorar su nota de solvencia para el país.
Por otro lado, Las perspectivas del sector eléctrico en Brasil en 2023 son neutras, según un informe de Fitch Valoraciones. El crecimiento del consumo de energía en el país debería ser modesto, limitando la expansión de la generación de caja por parte de las distribuidoras. Como tarifas para el consumidor final, deberían mantenerse altas, lo que, combinado con el débil entorno macroeconómico, podría aumentar los indicadores de pérdidas y morosidad. Por otro lado, una recuperación de dos reservas en 2022 debería reducir el riesgo hidrológico, beneficiando principalmente a los generadores con exposición a centrales hidroeléctricas.