Mercedes Cobo ■
Los inversores siguen de cerca los acontecimientos en Italia, ya que continúa preocupando la falta de disciplina fiscal del país y su elevado endeudamiento. Desde Schroders consideran que “muchos partidos populistas también son contrarios a la UE, lo que hace temer que los desacuerdos con otros Estados miembros puedan llevar a una reducción del apoyo fiscal y monetario a Italia, lo que ha sido crucial para mantener la estabilidad en los últimos años”. Ante este panorama, las agencias de calificación de deuda soberana podrían rebajar el ‘rating’ de Italia haciendo aumentar el rendimiento de los bonos, lo que provocaría una reacción negativa en los mercados de renta variable
El mercado no se ha sobresaltado con el resultado electoral en Italia que ya descontaba. La amplia victoria de la coalición de centro-derecha y el previsible nombramiento de la líder neofascista Giorgia Meloni como primera ministra que apuntaban los sondeos ha quedado confirmada de forma rotunda. Era el escenario que manejaban los inversores, que descartan que Meloni vaya a abrir un foco inmediato de enfrentamiento con Bruselas por la disciplina fiscal pero que sí van a seguir muy atentamente los próximos pasos del nuevo ejecutivo.
Detrás de la esperada victoria por los mercados de la soberanista Georgia Meloni en Italia, hay dos puntos tranquilizadores en los resultados, según François Raynaud, gestor de multiactivos & Overlay de Edmond de Rothschild AM, necesita el apoyo del partido de centro-derecha Forza Italia para conseguir la mayoría en el Parlamento, y su coalición no consigue una mayoría de tres quintos que le permitiría realizar cambios constitucionales con mayor facilidad.
La renta variable de Italia es la más barata, la que tiene menos accionistas y la más sensible a que la recesión toque fondo y a la mejora de las perspectivas económicas, señala Schroders
François Raynaud explica que mejor resultado de su partido en las encuestas se consigue a costa de Matteo Salvini, que incluso pierde el liderazgo en las regiones del norte. “Eso significa que Salvini no ha conseguido remontar con sus opiniones prorusas y sus propuestas de gasto más agresivas, reforzando la reciente postura prooccidental y relativamente más suave de Meloni”.
Sin embargo, la realidad y los mayores márgenes deberían volver en cuanto decida entrar en las negociaciones presupuestarias con la UE, señala.
Promesas
Georgia Meloni puede decidir posponer la confrontación a 2023 sobre el presupuesto de 2024 para evitar ser atascado con un presupuesto de 2023 ya vencido tan pronto como sea nominada. De todos modos, la dificultad seguiría siendo cómo financiar las enormes promesas fiscales sabiendo que su deseo de acabar con la renta ciudadana (quizá la única medida restrictiva del programa de la coalición) podría recibir una feroz oposición simbolizada por el mayor e inesperado resultado de Conte, cuyo partido 5 estrellas acaba como primer partido en el sur de Italia.
El resultado es una advertencia para la UE, ya que las poblaciones gobernadas por partidos soberanistas representan ahora el 26% de la población europea, lo que limita las perspectivas de una mayor integración, indica.
Hannah Piper, gestora de Schroders, no ve una preocupación relevante. “La historia muestra que el Gobierno italiano permanece de media en el poder menos de dos años, como ha ocurrido desde la Segunda Guerra Mundial. Por lo tanto, el abrupto final del Gobierno de Mario Draghi y la posibilidad de un Gobierno más conservador, simplemente acaba de anticiparse un semestre. La soberanía real y la capacidad de acción de cualquier Gobierno están bastante limitadas por las funciones de supervisión del BCE y de la CE, y el diferencial del BTP (el mejor indicador del factor de incertidumbre de los inversores en torno a la política italiana), ya había valorado el resultado más probable.
Indica que además sigue existiendo un mecanismo del BCE, el Instrumento para la Protección de la Transmisión (TPI, por sus siglas en inglés) que debería proporcionar una protección de último recurso en caso de que el BTP sea el blanco de los inversores internacionales. “Además, a cualquier nuevo Gobierno le convendría seguir cumpliendo con los compromisos acordados con la CE para seguir recibiendo transferencias de la UE (Plan Nacional para la Recuperación).
Herencia Draghi
Resume que aunque “efectivamente estamos entrando en una fase recesiva para los próximos trimestres y la crisis energética pondrá a prueba una vez más a los ciudadanos y empresas italianas (Italia es el segundo mayor importador de gas ruso después de Alemania), cabe destacar que la economía del país está mejor posicionada que al principio del último periodo recesivo (2016-18): el impulso del PIB es más fuerte que el de Alemania o Francia gracias al buen trabajo del Gobierno de Draghi, a las favorables transferencias de fondos de la UE (PNR) y al mecanismo del BCE para mantener bajo control el coste de financiación de Italia”.
Explica que el mercado de renta variable de Italia, junto con el de Alemania, suele ser el más cíclico y altamente sensible al punto de inflexión del PIB de la UE. En caso de que el impulso económico de la región se agotara en cualquier momento de 2023, “hay que tener en cuenta que la renta variable de Italia es la más barata, la que tiene menos accionistas y la más sensible a que la recesión toque fondo y a la mejora de las perspectivas económicas”.
Para Alvise Lennkh-Yunus, director de análisis de Scope Ratings y Giulia Branz, analista senior de la firma cualquier nuevo Gobierno en Italia tendrá poco margen para hacer retroceder las reformas o aplicar políticas económicas poco ortodoxas debido a las limitaciones políticas y del mercado, aunque indican que existe la preocupación de que un nuevo Gobierno pueda rehuir algunas de las reformas necesarias para garantizar que Italia obtenga acceso a unos 200.000 millones de euros de fondos de la UE de su Mecanismo de Recuperación y Resiliencia posterior a la crisis. Sin embargo, creen que las limitaciones a las que se enfrenta cualquier Gobierno italiano una vez en el poder reducirán significativamente su margen de maniobra y, por lo tanto, determinarán en última instancia un estrecho conjunto de opciones de política económica.
Es probable que la deuda pública italiana se mantenga en torno al 145%- 150% del PIB durante los próximos años, lo que se traducirá en unas necesidades brutas de financiación de alrededor del 25%-30% del PIB, según Scope Ratings
“El manifiesto de la alianza derechista prometía fuertes recortes fiscales, jubilaciones anticipadas y amnistías para resolver los litigios fiscales en curso, que parecen difíciles de aplicar en un país cuya deuda pública se sitúa en el 147% del PIB este año. No es factible que una coalición de extrema derecha sea capaz de aplicar su programa político durante varios años, incluso aunque los partidos obtengan una mayoría parlamentaria, pues hay que tener en cuenta las importantes diferencias políticas en muchas áreas y la rivalidad entre sus líderes. Por tanto, los riesgos de que Italia posponga o incluso revierta las reformas y la política fiscal prudente en los próximos 12 a 18 meses son gestionables”. Creen, por tanto, que Italia mantendrá en su camino de reformas, lo que respaldará su rating actual en BBB+ con perspectiva.
En este escenario, es probable que la deuda pública italiana se mantenga en torno al 145%- 150% del PIB durante los próximos años, lo que se traducirá en unas necesidades brutas de financiación de alrededor del 25%-30% del PIB.
“Con el rendimiento del BTP a 10 años ya en torno al 4%, esto implica un espacio fiscal muy limitado, si es que lo hay, para el próximo Gobierno de Italia, dadas las débiles perspectivas de crecimiento a medio plazo del país”, consideran.
Recesión moderada en Europa
Para los mercados de capitales, 2022 ha resultado ser el peor año hasta el momento desde la crisis financiera de 2008: solo el dólar estadounidense y el petróleo han sido capaces de obtener rentabilidades significativas. No solo las acciones registran pérdidas de dos dígitos desde principios de año, sino que incluso las inversiones orientadas para la estabilidad, como la deuda pública, ya no ofrecían refugio, explica Laurent Denize, director de inversiones de ODDO BHF AM
Ante la continua incertidumbre, los inversores institucionales tienen previsto seguir reduciendo los riesgos en sus carteras, es decir, rebajar los ratios de renta variable y mantener la duración corta, indica. “Las valoraciones tampoco ofrecen ya un colchón de seguridad, dada la subida de los tipos de interés y la tendencia a la recesión. Por tanto, la atención debe centrarse en las empresas con la resiliencia suficiente para un entorno de mercado caracterizado por el aumento de la inflación y el descenso de los datos de crecimiento”.
Como escenario central, al que asignan unas probabilidades del 60%, asumen una recesión moderada en Europa acompañada de una desaceleración global del crecimiento. “Esto también podría provocar un descenso de la inflación el año que viene, aunque sin llegar al nivel objetivo del BCE del 2%”.