Maite Nieva
La interrupción en las cadenas de suministro, el aumento de los precios de la energía y de las materias primas están allanando el camino para que la inflación sea cada vez menos transitoria. Un riesgo que amenaza con convertirse en uno de los principales retos a los que se enfrenta la economía mundial. A este escenario se le ha sumado la desaceleración en China con la crisis energética, y el gigante inmobiliario Evergrande. El mercado no descarta que el estancamiento de la economía se convierta en un factor añadido a la inflación. Y, en definitiva, una ralentización económica a la que se suma el alza continuada de precios-o estanflación. Un escenario que supone una amenaza para la demanda de los consumidores y también para los mercados de renta variable, que viven semanas agitadas desde hace meses.
La vuelta a la normalidad tras la pandemia no parece que esté resultando tan fácil como prometían los Bancos Centrales. El aumento de la demanda de empresas y particulares, tras largos meses de confinamiento y las fuertes medidas de los Bancos Centrales, han acabado creando cuellos de botella con los que está resultado difícil lidiar, según las previsiones que se barajan en los mercados. Tanto el BCE como la Reserva Federal (Fed) admiten que la inflación podría aumentar más de lo previsto en los próximos meses, pese a haber repetido un mensaje contrario hasta la saciedad.
Por otra parte, la confianza del mercado se ha visto afectada por las preocupaciones por la subida de precios, las perspectivas de tasas de interés más altas y los temores de una desaceleración del crecimiento mundial. Y esto hace que aumenten las perspectivas de que las compañías puedan advertir de menores ganancias futuras debido a los cuellos de botella de las cadenas de suministro y al aumento de los precios de la energía, señala Sergio Ávila, analista de IG.
La presión de los precios
Las interrupciones de la cadena de suministro están resultando mucho más duraderas de lo que esperaban los responsables políticos. El desajuste entre oferta-demanda que presiona al alza precios de insumos y el aumento de los precios de las materias primas no hace sino agravar la situación. Esto se refleja no sólo en los precios de producción, sino también en las encuestas sobre inventarios, pedidos no realizados, retrasos, etc, explica Vincent Chaigneau, director de Análisis de Generali. En esta línea, cada vez son más los empresarios de distintos sectores que advierten de los mayores costes de logística y la interrupción de la cadena de suministro podrían hacer que las ganancias de 2022 caigan más del 40%.
“Las interrupciones de la cadena de suministro están resultando mucho más duraderas de lo que esperaban los responsables políticos”, dice Vincent Chaigneau, director de Análisis de Generali.
Hace unos días Apple indicó que recortará su producción de iPhone 13 debido a la escasez de chips, lo que hizo que sus acciones bajasen un 1,33% después del cierre el Wall Street. El gran peso de la compañía de la manzana en los índices estadounidenses hace que cuando sus acciones corrigen, se vean presionados, señalan desde IG.
Las materias primas se disparan
Por otra parte la escalada de los precios de las materias primas no solo continúa sino que se ha disparado. “Muchas empresas están recortando sus previsiones de beneficios debido a la subida de los precios de las materias primas y a diversas carencias”, según el último Market Flash de Edmond de Rothschild AM. “La tendencia fue especialmente notable en el sector del automóvil, donde la mayoría de las empresas ya han recortado sus previsiones”. BMW y Renault confían en que el aumento de los precios de los automóviles compense en parte las pérdidas derivadas de la escasez de semiconductores, señalan.
La presión de los elevados precios continúa amenazando con avivar todavía más este debate y mermar la capacidad de compra y la moral del consumidor. “Desgraciadamente, las interrupciones de la cadena de suministro están resultando mucho más duraderas de lo que esperaban los responsables políticos, y el aumento de los precios de las materias primas no hace sino agravar la situación”, explica Vincent Chaigneau, director de Análisis de Generali Investment. En su opinión, esto último es una amenaza importante para la demanda de los consumidores, cuya fuerza será muy necesaria a medida que el impulso fiscal occidental se reduzca, especialmente en Estados Unidos.
La energía, en cotas récords
La recuperación de la economía europea tras la pandemia ha venido acompañada de una mayor demanda de energía. En las últimas semanas, los precios de la electricidad se han disparado, al igual que los precios del carbono y del gas natural, sin embargo, el elemento que más ha contribuido a la escalada de los precios de la electricidad ha sido el precio del gas natural, aseguran los expertos. Y eso, pese al fuerte aumento que ha registrado el precio de los derechos de emisión de CO2, que en septiembre superó los 60 euros por tonelada.
En Europa, la cotización del gas natural, está en cotas récords y se ha incrementado en un 500% respecto al pasado ejercicio., según un informe de DWS. Y es probable que el precio de la electricidad siga viéndose presionado al alza en los próximos meses. “Se espera que la demanda de gas para calefacción se incremente durante el invierno; que los inventarios sean inferiores a sus medias históricas y que el suministro aún sufra cuellos de botella”, advierten.
Por si fuera poco, el fuerte aumento de los precios “ha forzado el cierre de varias pequeñas comercializadoras de electricidad minorista británicas, lo que ha afectado a unos 1,2 millones de hogares en Reino Unido,” añaden.
Paolo Zanghieri, economista Senior de Generali Investments, pone de relieve que “la subida del precio del gas pone a los Bancos Centrales en una posición incómoda ante las perspectivas de aumento de la inflación y ha añadido nuevos obstáculos a las economías avanzadas y riesgos para el crecimiento.” Algunos ya han citado la subida de la inflación como una razón para endurecer la política antes de lo previsto, asegura.
El petróleo sube más del 90%
Los precios del petróleo vuelven a máximos en medio de la contención de la oferta por parte de los principales productores. El barril de crudo ha elevado su valor por encima del 90% en términos interanuales, siguiendo la huella marcada por el gas.
“Los precios del petróleo WTI siguieron subiendo hasta un nivel que no se veía desde 2014, después de que la cumbre de la OPEP+ decidiera continuar con su política de aumentar solo gradualmente la producción,” señalan desde Edmond de Rothschild AM. “Varios países habían pedido un aumento excepcional de la producción para contrarrestar la actual crisis energética, pero el cártel se negó, alegando los persistentes riesgos de la Covid-19 para la recuperación económica.
“En Europa, la cotización del gas natural está en cotas récords y se ha incrementado en un 500% respecto al pasado ejercicio”, señalan desde DWS.
El Departamento de Energía de EE.UU. también dijo que no tenía intención de utilizar las reservas estratégicas para aliviar la subida de los precios,” apuntan. A pesar de la creciente demanda de petróleo, la OPEP+ mantuvo el actual aumento mensual de 400.000 barriles adicionales, lo que hizo que el crudo Brent superara los 80 dólares. Estas medidas repercutieron también en la subida de los precios del gas que se detuvo después de que Vladimir Putin dijera que Rusia aumentaría las exportaciones a Europa en las próximas semanas.
La inflación, menos transitoria de lo previsto
Los datos de inflación que se van conociendo son preocupantes, señala el Equipo de Portocolom AV. “La inflación interanual en Alemania ya se sitúa en el 4,1% a septiembre mientras que en EE. UU. se sitúa en el 5,3%. Unos niveles que los bancos centrales no esperaban hace unos meses”, subrayan.
“Y lo más grave es que cada vez existen más factores que hacen sospechar que las elevadas tasas de inflación se podrán mantener durante al menos varios meses. Los altos costes de las materias primas; los elevados costes energéticos, los cuellos de botella en la oferta de varios sectores; la tendencia hacia la “desglobalización;” favoreciendo la producción en zonas más próximas, y la propia tendencia hacia un mundo más sostenible, son varios de los factores que hacen temer que la inflación no sea algo tan transitorio.
El problema es que los Bancos Centrales comienzan a dar señales de tener también sus dudas, comentan los analistas de la Agencia de Valores. “Frente al convencimiento de hace tan solo un par de meses, ahora ya vemos a Bancos Centrales subiendo los tipos como el caso de Noruega; otros anunciando que las subidas pueden estar más cercanas de lo que cabía esperar (el Banco de Inglaterra) y otros lanzando mensajes de mayor preocupación como la Reserva Federal”. Según sus previsiones “estamos todavía en la ronda inicial de los factores inflacionistas, existiendo siempre el riesgo de la denominada segunda ronda a través de la correa transmisora de mayores salarios.”
En este entorno, el repunte de rentabilidades de los bonos soberanos se está acelerando en los últimos días, y la renta variable da un paso hacia delante y otro hacia atrás. Mientras tanto, en el mercado de divisas, el dólar americano se está fortaleciendo y ya se sitúa en niveles por debajo de 1,16 frente al euro, apuntan. “Muy pocos esperaban hace unos meses un dólar tan fuerte, pero ya se sabe que el mercado de divisas las predicciones casi siempre fallan”.