Mercedes Cobo ■
La moneda única retrocede hasta niveles del 2002 ante el distinto ritmo de subidas de tipos de interés entre la Eurozona y Estados Unidos, y el miedo a la recesión. Desde Olea Gestión creen que el dólar a estos niveles “no tiene amigos”, ya que la zona de confort de ambos bancos centrales debería estar a corto plazo entre 1,07 y 1,12, equilibrando de nuevo los objetivos de crecimiento versus inflación. Aun así, consideran que el dólar continuaría sobrevalorado ya que su paridad de poder adquisitivo frente al euro está por encima de 1,20 dólares por euro.
Las previsiones de muchos analistas se han cumplido al alcanzar el euro la paridad con el dólar por primera vez después de 20 años.
El temor a que la escalada de precios lastre el crecimiento mundial en la segunda mitad de 2022 ha sido el principal detonante de la depreciación de la moneda única, que en lo que va de año ha perdido un 12% de su valor respecto al billete verde.
Al empezar el año, un euro equivalía a 1,13 dólares, pero las consecuencias de la guerra en Ucrania, el miedo a las represarías de Rusia, el principal proveedor de energía de Europa, por las sanciones, y la postura más agresiva de la Reserva Federal para contener la inflación, que ya ha aprobado dos subidas de tipos, frente al BCE, explica, según el mercado, buena parte de la paridad porque al ofrecer intereses más altos convierte al dólar en un valor refugio para los inversores.
El temor a que la escalada de precios lastre el crecimiento mundial en la segunda mitad de 2022 ha sido el principal detonante de la depreciación de la moneda única
Hernán Cortés, socio de Olea Gestión y cogestor del fondo Olea Neutral dice que sorprende volver a ver el euro-dólar a niveles del 2002, pero si se tiene en cuenta el diferencial de tipos a corto plazo de 2,50% a favor del dólar, la mayor vulnerabilidad económica de Europa por el conflicto de Ucrania, la casi absoluta dependencia del exterior de Europa en materia energética frente al autoabastecimiento de EEUU, y la tradicional agilidad de EEUU para afrontar una potencial crisis, no debería sorprendernos esta fortaleza del dólar.
“Sin embargo, nos llama la atención la tranquilidad con que la Fed está observando este movimiento, teniendo en cuenta que el dato del PIB del primer trimestre fue negativo en gran parte por culpa del sector exterior. En un momento como el actual, donde el crecimiento empieza a ser un recurso escaso, tener la divisa tan apreciada solo tiene una justificación, y es que la Fed prioriza la inflación sobre el crecimiento. El conflicto en materia de tipo de cambio va a surgir si el BCE también desea priorizar la reducción de la inflación, necesitando un tipo de cambio más fuerte”, indica.
Desde Olea Gestión consideran que el dólar “a estos niveles no tiene amigos, ya que la zona de confort de ambos bancos centrales debería estar a corto plazo entre 1,07 y 1,12, equilibrando de nuevo los objetivos de crecimiento versus inflación. Aun así, el dólar continuaría sobrevalorado ya que su paridad de poder adquisitivo frente al euro está por encima de 1,20 dólares por euro, apuntan.
Los analistas advierten de que aunque muchos exportadores puede que se alegren de ese abaratamiento del euro que aumenta su competitividad, no llegará a todos. Consideran que las expectativas para los sectores económicos intensivos en energía y orientados a la exportación están cayendo pronunciadamente, con lo que las importaciones de combustibles, que se compran en dólares, se encarecerán.
No sólo el euro está siendo víctima de esa fortaleza del dólar, la libra esterlina se ha dejado un 16% en un año, y el yen un 20%
Además, para los expertos esa debilidad del euro ya está teniendo efectos sobre la inflación, que alcanzó el 8,6% en junio en la Eurozona. “La tasa de inflación en gran medida en Europa es una tasa de inflación importada”, no es el resultado de un “calentamiento” de la economía nacional, sino que es consecuencia de la vulnerabilidad que tiene Europa por su dependencia de las importaciones energéticas, ahora más afectadas por la devaluación del euro frente a la moneda estadounidense, apuntan.
Deuda
Pero no sólo el euro está siendo víctima de esa fortaleza del dólar, la libra esterlina se ha dejado un 16% en un año, y el yen un 20% debido a que el Banco de Japón mantiene inalterada una política monetaria ultraflexible porque su inflación sigue bajo control, 2,1% en mayo. Las monedas de algunos de los principales países emergentes, como Brasil y México, están resistiendo mejor el envite, lo cual está evitando que se produzcan turbulencias en la zona, muy expuesta a emisiones de deuda en dólares y, por tanto, vulnerables en caso de que el dólar gane terreno frente a sus divisas. Los expertos explican que muchos bancos centrales de mercados emergentes han estado tratando de resistir la debilidad de la moneda local mediante la intervención de divisas. Brasil tiene los tipos por encima del 13%, y México roza el 8%.
Las divisas cotizan el riesgo de recesión
En los últimos meses, las divisas han cotizado en gran medida en consonancia con la lucha de los bancos centrales contra la inflación, reflejando así las fuertes oscilaciones de los rendimientos relativos. Sin embargo, con los datos macroeconómicos de junio, que han sorprendido predominantemente a la baja, los mercados han cambiado su enfoque hacia el creciente riesgo de una recesión mundial. Esto ha continuado fortaleciendo el dólar estadounidense, señalaClaudio Wewel, estratega de divisas de J. Safra Sarasin SAM. Dado que esperan que el crecimiento mundial se desacelere aún más, el dólar debería seguir fuerte durante más tiempo, apunta.
Desde J. Safra Sarasin SAM indican que Las recesiones también pesan de forma desproporcionada sobre el consumo de bienes duraderos, lo que sitúa a las economías con gran peso del sector manufacturero en relativa desventaja. En consecuencia, han rebajado su objetivo de final de año para el par EUR-USD a 1,05 USD. La creciente probabilidad de que los flujos de gas procedentes de Rusia sean limitados durante la segunda mitad del año constituye un importante riesgo a la baja para sus previsiones.
Sus perspectivas para la libra esterlina son igualmente moderadas y son optimistas con respecto al franco suizo. En su opinión, la moneda debería seguir beneficiándose de su ventaja en materia de inflación, que se mantendrá hasta bien entrado el próximo año. Piensan que, durante el resto del año, el par EUR-FNC debería cotizar mayormente por debajo de la paridad.
También son positivos con el yen japonés. Creen que existen varios factores que podrían invertir la tendencia de debilitamiento del yen, como un posible ajuste del objetivo de rendimiento del Banco de Japón o una ventaja de rendimiento algo menor en EE.UU.
En cuanto al oro, reiteran sus perspectivas positivas. Su análisis de las anteriores recesiones de La Oficina Nacional de Investigación Económica revela que el metal precioso suele obtener mejores resultados cuando la actividad económica se contrae, lo que apunta a un potencial alcista, indican.