La Entrevista de la Semana / Mercedes Cobo
«En 2022 no todo vale y decidir lo correcto tendrá más importancia que apostar por el mercado en su conjunto”, indica Diego González. En cuanto a sectores, en la parte de activos cotizados, prefieren “aquellas compañías de calidad, entendidas como aquellas con fuertes ventajas competitivas, solvencia financiera, altos márgenes de beneficio, liderazgo en costes, marca y poder fijación de precios”.
¿Cómo ve estos primeros meses del año? ¿Se presenta un 2022 complicado?
Creo que el mercado se está tomando una pausa para recalibrar lo caro y lo barato, mi sensación es que los inversores están evaluando el nuevo ciclo y parece que lo que funcionaba antes ahora no lo va a hacer. Me explico, compañías de crecimiento con valoraciones excesivas han continuado hasta hace poco su rally, pero parece que empiezan a debilitarse frente compañías value, lugar donde la renta variable ofrece unos múltiplos muy atractivos en compañías de mucha calidad. Por otra parte, un cambio de sentimiento, con una mayor sensibilidad a los riesgos en 2022 hace a los inversores entrar un modo de prudencia, pese a que el mismo momento no dejen de repetirse que ante la alta inflación y a la ausencia de activos conservadores que me protejan de las subidas de precios, no queda otra que aumentar el riesgo en las carteras. En resumen, entorno de replanteamiento de ciclo, quizás de prudencia temporal pero constructiva a medio y largo plazo. En 2022 no todo vale y decidir lo correcto tendrá más importancia que apostar por el mercado en su conjunto.
«Las acciones tipo ‘value’ se están comportando de manera favorable, inclusive en las caídas”
Ante la situación que estamos viviendo, ¿están tornando sus carteras a un tono más defensivo?
Desde el punto de vista de asset allocation y cambios, más allá del conflicto de Ucrania, y debido a la fortaleza del nuevo ciclo así como por los altos niveles de inflación, hicimos un cambio de planteamiento en todos los perfiles de cartera de clientes. La nueva asignación de activos, es más ofensiva buscando el doble objetivo, el de aprovechar el crecimiento y cubrirnos frente a la inflación. Durante 2022 iremos implementando los cambios debido a que pensamos que estamos en entorno económico estructuralmente distinto, lo que implica un cambio importante en término de asunción de riesgos. Batir la inflación es el primer reto y ello implica superarla anualmente en términos de rentabilidad, al menos para mantener el patrimonio, un objetivo de partida ya ambicioso.
¿Cuáles son los principales riesgos?
La principal dificultad del ciclo actual, es que confluyen unos altos niveles de inflación con la ausencia de un activo libre de riesgo o muy conservador, que permita cubrir el patrimonio frente a dicha inflación. Dicha relación, al final lleva a al inversor, especialmente al conservador, a forzar su perfil (represión financiera) aumentando el riesgo a niveles que quizás no tolere, convirtiéndose él mismo en su principal riesgo.
Por otra parte, la otra cara de la moneda, la representa el endurecimiento de la política monetaria por parte de los bancos centrales para precisamente luchar contra la inflación. Aquí hay varias visiones, aquellos inversores institucionales que piensan que las subidas de tipos, pese al riesgo que conllevan, no sólo son buenas, sino que son necesarias. En el otro lado, muchos inversores piensan que los bancos centrales llegan a tarde, y que la inflación ya no es controlable. Al final, hay parte de la inflación que no depende de la actuación de los bancos centrales sino de otros factores como el conflicto en Ucrania y sus implicaciones en el precio del crudo y del gas. Lo que independientemente de los bancos centrales, lastrará el crecimiento y dejará la inflación disparada. También, todas las cuestiones geopolíticas están en la mesa y junto con Ucrania, la actuación de China en el conflicto actual o inclusive cuestiones como Taiwán añadirán incertidumbre y volatilidad a los mercados.
Hay más preferencia este año por Europa que por Estados Unidos, pero ante esta situación, ¿cómo ven Europa? ¿Es la eterna prometida?
Claramente Europa es la eterna prometida y aunque por valoración tiene más sentido, en relativo, la bolsa europea no tiene tanta “tecnología” como tiene la bolsa de EEUU, y en Europa pesa mucho el sector bancario y suele haber por flujos, mayores entradas la bolsa de EEUU, generalmente, mayor preferencia a esta última región. Quizás lo interesante en ambos mercados, es más el factor value que la región geográfica. La solución que siempre planteamos es tener una amplia diversificación geográfica y por capitalización, así como por factores. Se pueden establecer preferencias, pero una apuesta muy sesgada, en un sentido u otro, puede ser un desastre para la rentabilidad.
En la bolsa de EEUU hay compañías de mucha calidad y muy baratas, por lo tanto creo que tiene más sentido jugar el favor value-calidad y aportar de manera más global o amplia por regiones.
“Pensamos que una cartera debería tener cierta exposición a compañías cíclicas”
¿Qué hay que tener en cuenta desde el punto de vista de composición de carteras?
Las mismas recetas de siempre, tener varios motores en las carteras, con especial foco en aquellos activos no dependiente de los mercados tradicionales como acciones y bonos, y especialmente aquellos focalizar la selección en activos que nos permitan mayor cobertura en un entorno de alta inflación. En la parte de activo tradicional, preferimos ser accionistas que bonistas, en renta fija de una manera moderada sólo estamos entrando en bonos de alto rendimiento, pero teniendo en cuenta su alta correlación con la renta variable. En la parte de bolsa, preferencia por: compañías de calidad, valoraciones razonables y alta rentabilidad por dividendo. Para la parte de economía real de las carteras, estamos apostando por activos desde capital riesgo, residencias de estudiantes, deuda privada, venture capital e infraestructuras, con especial foco en renovables.
¿Algún vehículo para proteger nuestra cartera que sirva como colchón?
Más que de cobertura, hablaría de activos resilientes o activos débiles, en el primer grupo, estamos observando como las acciones tipo value, debido a factores como indicábamos, se están comportando de manera favorable, inclusive en las caídas.
Activos débiles, liquidez y renta fija, pese a que tácticamente funcionen bien, a medio largo plazo serán un lastre en las carteras.
En el lado de los activos y fondos que nos puedan proporcionar cobertura, encontramos el oro y las materias primas como activos de cobertura. En el mundo de los fondos, activos de gestión alternativa con un componente de retorno absoluto nos están proporcionando un “colchón” ante las caídas actuales, citar estrategias como Ruffer Total Return o Quadriga Igneo.
¿Y alguna oportunidad de inversión en un horizonte de cinco a siete años?
En el lado del venture capital tecnológico, hemos confiado en la firma Big Sur Ventures. Lo que observamos en esta clase de activo, en primer lugar, es que no dependemos del ciclo económico, vamos de la mano de un gestor líder y nos estamos aprovechando de una ola de innovación y de creación de nuevos negocios de la que no hay precedente, al menos en España. Renta variable small cap, pese a que 2022 puede ser un año en el que sufra de manera importante, precisamente dichas correcciones en la clase de activo, representan para nosotros un punto de entrada con un horizonte de muy largo plazo. Aquí estamos apostando por casas de gestión activa y managers consolidados en todo tipo de mercados, geográficamente hablando.
¿Qué sectores le gustan más?
En la parte de activos cotizados, preferimos aquellas compañías de calidad, entendidas como aquellas con fuertes ventajas competitivas, solvencia financiera, altos márgenes de beneficio, liderazgo en costes, marca y poder fijación de precios. Pensamos que las compañías que cumplan la definición anterior tienen una posición más resistente a una desaceleración del crecimiento o shocks de inflación. Además, pensamos que una cartera debería tener cierta exposición a compañías cíclicas, al final tenemos una visión constructiva en cuanto al ciclo económico y debemos jugarlo dentro de las carteras. Aunque dicho componente cíclico preferimos jugarlo en compañías de carácter industrial, también pensamos, que, ante un entorno de crecimiento y subidas de tipos, además de por valoración, banca y seguros son sectores que se pueden beneficiar de dicho entorno.
Para terminar, hábleme de Cobalto Inversiones, ¿cuáles son sus señas de identidad
Desde Cobalto, como boutique de banca privada, tratamos de dar un servicio muy cuidado con un número relativamente reducido de clientes por asesor. En la parte de producto hacemos un esfuerzo muy importante por originar y ofrecer activos diferenciales, lo que llamamos inversiones de alto valor, en las que tratamos de ofrecer alta rentabilidad no sujeta a los mercados.
Nuestro tipo de cliente demanda cada vez, más, activos de alta rentabilidad no sujeta a los mercados. Bajo dicho mandato, estamos encontrando gestores especializados con mucho talento en campos como la inversión en promoción residencial, deuda privada, venture capital y renovables.
El Personaje y su Imagen
Diego González es socio fundador de Cobalto Inversiones EAF, boutique especializada en banca privada. Experto en gestión de patrimonios, carteras y fondos de inversión. Se define como “sufridor incansable de los mercados y del comportamiento humano. No creo en recetas fáciles ni en modas así como tampoco en la capacidad de realizar previsiones y acertar. Agnóstico sobre el Asset Allocation”.