La cotización de los principales bancos del Viejo Continente volvía a registrar fuertes caídas el viernes, lo que sugiere que las recientes intervenciones por parte de las autoridades financieras no han calmado los nervios de los inversores, después de que los grandes bancos centrales hayan continuado subiendo los tipos de interés a pesar de las turbulencias desatadas por la quiebra de bancos en Estados Unidos y el rescate de Credit Suisse.
El mayor banco de Alemania, cuyo coste de los seguros de garantía frente a impago (CDS) han registrado un fuerte incremento, anunciaba el viernes su intención de amortizar anticipadamente 1.500 millones de dólares (1.379 millones de euros) en deuda subordinada de nivel 2 de tasa fija, con vencimiento en 2028, el 24 de mayo de 2023 al 100% de su monto principal, junto con los intereses devengados hasta (pero excluyendo) la fecha de rescate.
El índice Euro Stoxx 600 para el sector bancario ha llegado a registrar una caída superior al 3% antes de alcanzar la media sesión, con Deutsche Bank a la cabeza de los descensos, con una bajada superior al 14%.
El canciller de Alemania, Olaf Scholz, ha afirmado desde Bruselas que Deutsche Bank es una entidad «rentable» por lo que «no hay razón» para estar preocupados, pese al desplome de cerca de un 15% de sus acciones en bolsa.
«Deutsche Bank ha modernizado su modelo de negocio. Es un banco rentable», ha asegurado Scholz preguntado en una rueda de prensa al término del Consejo europeo por las posibilidades de contagio tras los rescates de Silicon Valley Bank y de Credit Suisse.
«No hay razón para estar preocupados», ha zanjado, al ser preguntado por si temía que el banco alemán se convirtiera en el próximo Crédit Suisse y si el Gobierno alemán estaba preparado para prestar ayuda.