La Entrevista de la Semana / Mercedes Cobo ■
“Tenemos la absoluta certeza de que China es un mercado en el que los inversores pueden operar sin sacrificar los compromisos ESG”, indica David Smith. Reconoce que la inversión en China plantea retos únicos en esta materia, pero piensa que pueden gestionarse “a través de la absoluta rigurosidad de los procesos de ‘due diligence’ y ‘engagement”. Señala que han encontrado compañías muy receptivas y son optimistas de cara al futuro.
¿Es compatible la inversión en China con un enfoque de sostenibilidad? ¿Cuáles son los principales riesgos?
Tenemos la absoluta certeza de que China es un mercado en el que los inversores pueden operar sin sacrificar los compromisos ESG. Si bien es cierto que la inversión en China plantea retos únicos en materia de ESG, pensamos que pueden gestionarse a través de la absoluta rigurosidad de los procesos de due diligence y engagement.
Además, las empresas chinas son cada vez más conscientes de las cuestiones ESG, incluidas algunas que son realmente muy sofisticadas. Como en todo, hay un espectro, pero el camino hacia el que hay que dirigirse está claramente dirigido por las políticas gubernamentales y reguladoras, así como por el compromiso de los inversores. En cuanto a esto último, el diálogo entre las empresas y los inversores es mucho mayor del que había hace 5 o 10 años.
“Es probable que China no sólo se descarbonice a sí misma, sino que ayude a descarbonizar el mundo”
Todavía queda camino por recorrer, y como inversores tenemos un papel que desempeñar, no sólo hablando con las empresas para que eleven los estándares, sino también con los reguladores. Creemos que podemos compartir con estas empresas la experiencia y conocimientos de más de treinta años sobre la inversión en Asia, compartiendo la forma en que las compañías líderes están analizando cuestiones como las transacciones con los stakeholders, la dinámica de los consejos de administración, la remuneración, el impacto medioambiental, etc. Hemos encontrado compañías muy receptivas en este sentido, y somos optimistas de cara al futuro.
¿China es un mercado en el que los inversores deben ser activos, y no sólo en la selección de valores?
Ya hemos hablado de que hay cuestiones claras -y matizadas- de ESG que hay que tener en cuenta al invertir en China. Las cuestiones E, S y G son, en muchos casos, exclusivas de China, por lo que los inversores deben ser activos tanto en la comprensión de estas cuestiones como en la evaluación de la forma en que las empresas las gestionan.
Por ejemplo, muchos inversores saben que en China hay muchas compañías estatales. Aunque económicamente su dominio no es tan importante como fue en su día y parece que la balanza se inclina hacia las sociedades privadas, las empresas en las que participa el Estado siguen siendo predominantes. Dicho esto, no hay homogeneidad. Hay una gran variedad de empresas públicas, entre ellas algunas muy dinámicas y emprendedoras, y los inversores deben reconocerlo, hacer distinciones y evolucionar con la due diligence, alejándose de las opiniones generales.
Como he mencionado antes, China es también un mercado en el que los inversores pueden desempeñar un papel en la colaboración y el compromiso constructivo con los equipos de gestión para impulsar mejoras en la estrategia, la asignación de capital y el gobierno corporativo.
Esto significa que los inversores deben ser activos en todos los pasos del proceso de inversión, desde el análisis, la due diligence, la construcción de la cartera y el compromiso. No es un mercado en el que los inversores puedan elegir una temática y esperar a que pase lo mejor: es un mercado apasionante pero complejo que evoluciona continuamente. El diálogo constante con las empresas es fundamental, tanto antes como después de la inversión.
¿Cuáles son las principales claves para invertir en China? ¿Ofrece claras oportunidades de inversión?
Sí, hay claras oportunidades a tener en cuenta. Se está produciendo una interesante transición en China, ya que el Gobierno intenta reequilibrar la economía, alejándola de las exportaciones y de las industrias con alto contenido en carbono, y orientándola hacia los servicios y la protección del medio ambiente. Esta transición está en marcha desde hace tiempo, pero no siempre es bien apreciada por quienes no siguen de cerca a China.
En cuanto a las oportunidades sectoriales, China alberga algunas empresas muy interesantes que están innovando en el ámbito de la energía verde, la tecnología y la sanidad, y que sirven a los mercados regionales o mundiales.
El compromiso de China con la reducción a cero de las emisiones es un ejemplo de cómo el país se ha posicionado para suministrar muchos de los productos y servicios necesarios para la descarbonización de la industria, especialmente en la generación de energía y el transporte. Aunque China se ha comprometido a alcanzar el pico de carbono en 2030 y a lograr la neutralidad 2060, ese no es el fin del camino. Es probable que China no sólo se descarbonice a sí misma, sino que ayude a descarbonizar el mundo. El país es líder en la fabricación de energía solar y eólica y en la producción de baterías necesarias para los vehículos eléctricos, así como en las cadenas de suministro asociadas que alimentan a estas industrias. Éstas presentan oportunidades muy interesantes para los inversores, pero son áreas en las que la due diligence y la gestión activa son esenciales.
China es también un mercado con una clara tendencia a la urbanización y una clase media creciente. Consideramos que esta el aumento de la riqueza en China impulsa la demanda de alimentos y bebidas de alta gama, atención sanitaria, finanzas de consumo y seguros. Esto presenta oportunidades en torno al consumo y al consumo aspiracional, a las que los inversores pueden acceder.
“China ofrece algunas oportunidades muy interesantes para el inversor paciente y comprometido”
¿Es necesario que el análisis ESG sea más profundo que en otros mercados?
Sí, yo diría que sí. Dados los problemas específicos de ESG que podemos ver en China, los inversores tienen que estar preparados para hacer una due diligence muy profunda antes de invertir. Como suele ser el caso en Asia, a menudo invertimos con empresarios, y ahí es donde empieza nuestro profundo análisis, entendiendo a estas personas, sus antecedentes, sus diversos intereses empresariales, cómo empezaron su vida y cómo creemos que podrían comportarse a través de los ciclos económicos. Nuestro análisis es amplio y a menudo consultamos a proveedores, competidores y otros contactos para hacernos una idea de las personas con las que invertimos el dinero de nuestros clientes. Puede llevar tiempo, pero es importante que, como inversores, hagamos ese trabajo antes de invertir. No realizar la due diligence antes de invertir suele significar que se acaba pagando por ello (de una forma u otra) después.
¿Deben los inversores evitar determinados sectores?
Aunque ciertamente no abogaríamos por evitar sectores enteros, hay industrias en las que los inversores deben pensar muy detenidamente en los riesgos ESG idiosincrásicos que presenta el sector, y en las formas en que las empresas pueden gestionar esos riesgos. Hay algunos sectores que pueden tener un mayor riesgo político y que, como resultado, pueden atraer un mayor escrutinio normativo. Hay otros cuyo impacto es naturalmente mayor (incluido el medioambiental) que deben gestionarse con cuidado, algunos de los cuales albergan empresas que pueden ser vistas por los gobiernos locales más como impulsores del empleo y de los ingresos fiscales que de los beneficios.
Pero los inversores no deberían excluir a los sectores de forma generalizada. Hay matices, y hay empresas que tal vez puedan gestionar y sortear estos riesgos. Los inversores deben hacer el trabajo y la due diligence antes discernir a aquellas a las que se puede excluir y a las que no.
¿Es China un mercado que requiere una perspectiva a largo plazo?
Sí, probablemente sea justo decir que sí, aunque abogamos por una perspectiva a largo plazo en todas las inversiones, no sólo en China.
Sin embargo, China es interesante, no sólo para apreciar hacia dónde se dirige el país en los próximos veinte años, sino el punto desde el que partió hace veinte. El ritmo de los cambios económicos, tecnológicos y sociales es a la vez fascinante y sorprendente.
Los inversores deben ser conscientes de que el camino no será fácil, pero que China ofrece algunas oportunidades muy interesantes para el inversor paciente y comprometido.
¿Qué recomienda a los inversores?
Que sigan comprometidos con China. Es un mercado apasionante y con oportunidades de crecimiento estructural a largo plazo. También es un mercado que tiene una baja correlación con los mercados mundiales, lo que proporciona valiosas ventajas de diversificación.
Está claro que el sentimiento del mercado en torno a China se ha vuelto frágil últimamente, dada la preocupación por el crecimiento a corto plazo. Sin embargo, creemos que los inversores deberían mirar más allá de las preocupaciones a corto plazo, pensar a largo plazo e ignorar el ruido del mercado.
El camino será accidentado y volátil, pero creemos que los inversores que tengan la vista puesta en el largo plazo se verán recompensados.
¿En qué otros mercados ven oportunidades?
La India es otro mercado en el que vemos oportunidades. El país tiene un fuerte crecimiento subyacente, respaldado por una demografía favorable, bajos tipos de interés hipotecarios, aumento de los ingresos de los hogares y mejora de la asequibilidad de la vivienda.
El país también alberga algunas empresas de muy alta calidad, dirigidas por equipos de gestión experimentados, con un enfoque claro y fuerte en el gobierno corporativo.
El Personaje y su Imagen
David Smith es director de Inversiones senior con sede en Singapur, donde dirige el análisis e integración ESG en toda Asia. David Smith dirige el grupo de inversión responsable en Asia, que supervisa el funcionamiento diario del Asian Sustainable Development Equity Fund y es miembro del grupo de inversión responsable de GEM. Antes de incorporarse a abrdn en 2011, trabajó para Institutional Shareholder Services como jefe de análisis en Asia (ex-Japón). David Smith tiene un doctorado en Gobierno Corporativo y un máster en Estrategia y Gobierno Corporativo por la Universidad de Nottingham y una licenciatura en Economía Empresarial por la Universidad de Gales. Es titular de la certificación CFA. CFA® y Chartered Financial Analyst® marcas comerciales propiedad del CFA Institute.