Mercedes Cobo
“Las tensiones geopolíticas que estamos viviendo han lastrado toda la deuda privada, sin distinguir nombres ni sectores, lo que ha hecho que muchos emisores se hayan quedado en niveles extraordinariamente baratos”, indica Cristina Gavín, y señala que en la medida que la incertidumbre se disipe “una buena selección de nombres y una gestión activa de una cartera de renta fija privada puede proporcionar retornos más que interesantes a medida que los diferenciales de rentabilidad comiencen a estrechar”.
Ante este escenario tan incierto, ¿cuál es el sentimiento del mercado?
El sentimiento de mercado que predomina dada la situación actual es obviamente de temor e incertidumbre. La falta de visibilidad que a día de hoy existe acerca de la situación bélica y las posibilidades de resolución del conflicto están condicionando el ánimo de los inversores, que prefieren mantener elevados niveles de liquidez para mantenerse protegidos ante la posibilidad de una prolongación del conflicto.
A pesar de ello, si analizamos el comportamiento del mercado en las últimas semanas, es interesante ver que en cuanto han surgido noticias acerca de avance en las negociaciones han aparecido compradores. Además, aunque la actividad en el mercado primario de renta fija se ha reducido con fuerza, hemos visto algunos emisores que se han animado a salir y han tenido demandas robustas lo que demuestra que los inversores siguen buscando retornos atractivos, y que el fuerte castigo sufrido por los distintos activos está ofreciendo oportunidades interesantes.
“Nuestra filosofía siempre se ha basado en el análisis fundamental de las compañías en las que invertimos”
La evolución del mercado de cara a los próximos meses va a estar marcada, como no puede ser de otra manera, por la evolución del conflicto bélico. A pesar de todo, el fondo de mercado no es malo y una resolución relativamente rápida del conflicto creo que impulsaría un fuerte estrechamiento de los diferenciales beneficiando los activos de renta fija. El riesgo radica en una prolongación del conflicto que minaría el ánimo de los inversores e intensificaría las presiones inflacionistas con las negativas consecuencias que ello tendría sobre los activos de deuda.
¿Retrasarán los bancos centrales las subidas de tipos? ¿Cómo cree que va a actuar el BCE?
Es verdad que en un principio existía la creencia generalizada entre los inversores de que las tensiones geopolíticas iban a provocar un retraso en las subidas de tipos previstas. No obstante, las últimas reuniones tanto de la Reserva Federal como del BCE han dado al traste con dichas expectativas.
En el caso de EE. UU., los buenos datos de empleo y una inflación que en febrero se situó en máximos de los últimos cuarenta años son claros argumentos que justifican una normalización de la política monetaria norteamericana. Tras la subida que hemos visto en marzo de 0,25% es más que previsible que sigamos viendo subidas consecutivas en las siguientes reuniones. De hecho, las últimas declaraciones de Powell han dejado la puerta abierta no solo a una posible subida de 50 puntos básicos en la reunión de mayo sino que es posible que esta cuantía subida se repita en reuniones posteriores. No parece por tanto que la principal autoridad monetaria norteamericana vaya a modular su mensaje ante el conflicto bélico que se está desarrollando en Europa.
En el caso del BCE, a pesar del claro efecto que el conflicto bélico con Rusia va a tener sobre el crecimiento de la Eurozona, los datos de precios que estamos viendo hacen difícilmente justificable el retraso en el progresivo endurecimiento de la política monetaria europea. De esta manera, antes de que finalice el año es probable que veamos una primera subida en el tipo de intervención y así lo está recogiendo el mercado.
El BCE no puede permitirse que las expectativas de inflación se descontrolen, y los últimos mensajes que ha transmitido así lo atestiguan, anunciando el final de su programa PEPP y la progresiva reducción de sus programas de compra de activos. Su mensaje de cara a las próximas reuniones va a ir probablemente en esta línea, centrando sus preocupaciones en la evolución de precios, que, a día de hoy, debería ser su máxima prioridad. No obstante, como veíamos en su último discurso, está dispuesto a dotar de flexibilidad a su programa, lo que demuestra que su inquietud por el crecimiento europeo no ha desaparecido, aunque mucho me temo que se va a mantener en un segundo plano. Debe ser la política fiscal la que trate de amortiguar los efectos que la situación actual va a tener sobre las previsiones de crecimiento en Europa.
En cuanto a la inflación, ¿qué previsiones tienen?
Nuestras previsiones de inflación han evolucionado al hilo de los acontecimientos. A finales del año pasado y comienzos de este año anticipábamos que la inflación se iba a mantener en niveles tensionados durante la primera parte del año, y empezaríamos a ver una relajación en los precios para la segunda mitad de 2022 gracias a la mejora del efecto base y la relajación en los estrangulamientos de las cadenas de suministros.
El conflicto bélico y sus efectos sobre el precio de las materias primas y energía ha “desbaratado” nuestras expectativas. A día de hoy es difícil que veamos una relajación en el comportamiento de los precios en este año 2022. La política monetaria del BCE va a ser un elemento clave junto con le evolución de la guerra con Ucrania y sus consecuencias económicas para determinar la evolución de los precios, pero de cara a 2023 deberíamos empezar a ver unos datos más normalizados y en línea con los objetivos que marca el BCE para la inflación a largo plazo.
En esta situación, ¿dónde ve oportunidad en renta fija?
La inversión en renta fija en la actualidad supone un considerable desafío, ya que se enfrenta a una tormenta perfecta. Por un lado, unas políticas monetarias progresivamente más tensionadoras que va a hacer que sigamos viendo un gradual repunte de las rentabilidades en deuda pública. Por otro lado, un incremento de la percepción del riesgo que está provocando una incremento en los diferenciales de crédito ocasionando caídas en los activos de deuda privada.
“La inversión en deuda emergente está ganando tracción y deber formar parte de una cartera diversificada con visión de largo plazo”
En esta coyuntura, nosotros apostamos claramente por la deuda privada. A lo largo de los últimos años, las compañías se han beneficiado de unas políticas monetarias ultralaxas que les han permitido sanear sus balances y mejorar su estructura de financiación. Las tensiones geopolíticas que estamos viviendo han lastrado toda la deuda privada, sin distinguir nombres ni sectores, lo que ha hecho que muchos emisores se hayan quedado en niveles extraordinariamente baratos. En la medida que la incertidumbre se disipe una buena selección de nombres y una gestión activa de una cartera de renta fija privada puede proporcionar retornos más que interesantes a medida que los diferenciales de rentabilidad comiencen a estrechar.
Para aquellos inversores con menor aversión al riesgo y que puedan tolerar movimientos adversos en el corto plazo, creo que la inversión en deuda emergente está ganando tracción y deber formar parte de una cartera diversificada con visión de largo plazo. Son economías que a lo largo de los últimos años han hecho un importante esfuerzo de transformación, el desarrollo de la clase media con un importante crecimiento de la demanda interna y su progresiva menor dependencia del mercado externo ha hecho que su crecimiento potencial se haya elevado de forma considerable y supongan como te digo una interesante alternativa a la hora de construir carteras globales y diversificadas.
¿Qué aconseja hacer con las carteras?
Ante un shock externo como el que estamos viviendo en la actualidad con fuertes implicaciones económicas, las mercados suelen perder su tradicional descorrelación y empezamos a ver caídas generalizadas en todos los activos y puede existir la tentación de salir huyendo y buscar activos refugio, que en ocasiones no funcionan como tal. Siempre digo que los mercados suelen ser irracionales en el corto plazo y racionales en el largo plazo, por este motivo es importante mantener la calma ante las posibles pérdidas que podamos estar sufriendo en nuestras inversiones. Analizar si nuestro posicionamiento se corresponde con nuestro perfil de riesgo y nuestro horizonte de inversión es clave, y si es así, mi consejo siempre es mantener la calma y no tomar decisiones precipitadas porque en el largo plazo suelen resultar erróneas.
¿En qué fondos ve mayores oportunidades?
En línea con lo que comentábamos antes, en un entorno con políticas monetarias progresivamente más tensionadoras los fondos de crédito son aquellos que nos puede proporcionar mayor potencial de revalorización. Para aquellos inversores con un mayor perfil de riesgo y con un horizonte de medio y largo plazo, una exposición hacia fondos de crédito de perfil de riesgo medio -bajo puede tener sentido y aumentar el carry de nuestra cartera.
Hablando de sus fondos… ¿Cuál es la clave en su evolución?
La gestión activa de las posiciones, con una rotación elevada de las carteras tratando de aprovechar en cada momento las oportunidades que el mercado nos ofrece, sobre todo en momentos de volatilidad es la clave para tratar da aportar valor a los ahorradores. Nuestra filosofía siempre se ha basado en el análisis fundamental de las compañías en las que invertimos, tratando de no dejarnos arrastrar por el ruido del mercado. Es fundamental aprovechar las ineficiencias que el mercado genera en el corto plazo, más aun en momentos complejos como el actual, y no temer tomar posiciones en nombres cuya evolución en los diferenciales no corresponda con los fundamentales. Ser consistentes en nuestras decisiones de inversión es la clave que proporciona solidez en las carteras en horizontes de medio y largo plazo.
El Personaje y su Imagen
Cristina Gavín es en la actual responsable de Renta Fija en Ibercaja Gestión y cuenta con más de 22 años de experiencia en la gestión de activos. Cristina Gavín es licenciada en Economía por la Universidad de Zaragoza y cuenta con un máster en Gestión de Carteras por el IEB. Además, es Certified ESG Analyst (CESGA).