Maite Nieva
Las presiones inflacionarias se intensifican y con ellas la volatilidad en Bolsa. Las declaraciones del presidente ruso Vladimir Putin de que Rusia solo aceptará pagos en rublos por el gas de países «no amigos», en represalia por las sanciones impuestas por su invasión de Ucrania, dan una nueva vuelta de tuerca a los riesgos al alza de la inflación de la zona del euro. Además, de amenazar con una guerra nuclear si EE UU desestabiliza su país. Mientras, la crisis de suministro impulsa los precios de las materias primas, debido a las sanciones y a los cuellos de botella derivados de ellas. El precio del petróleo entra en una nueva fase de volatilidad con fuertes subidas y caídas de un día para otro y el barril de Brent alcanza los 117 dólares. En Europa las pérdidas han sido desproporcionadamente mayores que en otros mercados, y los valores de pequeña y mediana capitalización han sufrido una venta indiscriminada.
La confianza de los mercados sufre un nuevo revés ante un escenario cada vez más volátil. La crisis energética y su impacto en los precios de del petróleo y el gas y otras materias primas, intensificada por la guerra en Ucrania, así como en el sector agrícola y alimentos, amenazan con nuevas presiones inflacionarias, además de otros riesgos impredecibles.
Las semanas anteriores han supuesto un hito geopolítico de proporciones mundiales que, a corto plazo, ha catapultado a los mercados a una tendencia bajista que tendrá, también, implicaciones en temas específicos de inversión a largo plazo, comenta Christos Sitounis, gestor del fondo MainFirst Global Dividend Stars & el MainFirst Euro Value Stars.
“Las pérdidas han sido desproporcionadamente mayores en Europa que en otros mercados”, dice Christos Sitounis, gestor de MainFirst
“La guerra ha provocado una enorme agitación a nivel sectorial”, dice este experto. Las sanciones de Occidente han provocado una conmoción en el sector de las materias primas que, unidas a los cuellos de botella del sector tendrán un impacto directo sobre las expectativas de inflación y los consiguientes niveles de tipos de interés en Estados Unidos y Europa, explica. En su opinión, “la inflación se mantendrá en un nivel elevado y es probable que el endurecimiento monetario del BCE sea mucho más lento de lo previsto a principios de año. En EE.UU., el número y el alcance de los movimientos de los tipos serán menores de lo que se esperaba hace un mes”.
Impacto en las Bolsas
Estos factores, junto a las sanciones, han llevado a los inversores a buscar protección en valores con escasa dependencia cíclica y en acciones de productos básicos, explica Christos Sitounis. Entre los ganadores relativos se encuentran los sectores de materias primas y energía, así como las empresas sanitarias.
En Europa las pérdidas han sido desproporcionadamente mayores que en otros mercados, y los valores de pequeña y mediana capitalización han experimentado una venta indiscriminada, señala este experto. “Los inversores siguen enfrentándose a diferentes escenarios que podrían provocar cierta huida de la renta variable si la situación entre Ucrania y Rusia continúa con fuertes tensiones”, dice el gestor de Mainfirst. Los bancos, las aseguradoras y los valores tecnológicos estuvieron entre los perdedores relativos.
Independientemente de las implicaciones a corto plazo, la evolución geopolítica también tendrá efectos a largo plazo en los planes económicos de los países occidentales, asegura Christos Sitounis. “Europa tendrá que hacer cambios fundamentales en su política de seguridad e invertir cantidades significativamente mayores en su capacidad de defensa. También, “es probable que el uso de la energía nuclear y del carbón aumente en el periodo de transición hasta que se encuentre una solución viable a través de las energías renovables”, dice.
Escalada de la crisis
Según sus previsiones, los riesgos siguen siendo elevados y entre ellos se encuentran: una escalada de la crisis hacia un mayor número de países implicados o tipos de armas, interrupciones del suministro en materias primas y agricultura; estanflación, bancos centrales con una postura agresiva (hawkish) o mayores diferenciales de crédito. “Aunque Ucrania y Rusia han empezado a explorar un plan de neutralidad en las conversaciones de paz, es posible que se necesiten avances más sustanciales para que los inversores estén dispuestos a tomar posiciones con mayor riesgo en los mercados, señala Vladimir Oleinikov, analista Cuantitativo Senior en Generali Investments Partners.
“Estos desencadenantes negativos persistentes podrían hacer subir de nuevo la prima de riesgo de las acciones (ERP), y no podemos contar realmente con la caída de los rendimientos reales a medida que los bancos centrales reduzcan o endurezcan su política”, dice. “En nuestro escenario base, la crisis de larga duración se mitigará, pero tendrá altos costes para la economía”. Generali Investments Partners recomienda una ligera infraponderación con una reducción de la ciclicidad.
La gestora de activos del grupo asegurador reduce las previsiones de crecimiento de los beneficios de la Unión Económica y Monetaria (UEM) a casi cero este año por las menores previsiones del PIB. Su pronóstico lo sitúa por debajo del consenso en un 5% y un 7,5%, en 2022 y 2023 respectivamente. A lo largo de 12 meses esperan una rentabilidad total positiva en torno al 6% para la UEM y del 5% para el S&P500, en base a un objetivo de ratio precio-beneficio 13,2 veces más bajo frente a una norma histórica de 14,2 veces, explica el analista.
Elevada inestabilidad
Por otra parte, la guerra de Rusia en Ucrania ha alimentado el temor a que se resquebraje el equilibrio económico y geopolítico mundial, poniendo bajo la lupa la postura de China en el desarrollo de la crisis, comenta Andrew McCaffery CIO global del área de Gestión de Activos en Fidelity International. “Mientras se transforma el orden mundial es el momento de mantener la calma”, advierte
“Los riesgos siguen siendo elevados, entre otros una escalada de la crisis; estanflación, Bancos centrales con una postura agresiva y mayores diferenciales de crédito”, comenta Vladimir Oleinikov, analista en Generali Investments Partners
“En este entorno extremadamente inestable, donde la geopolítica está marcando una época y choca con las interdependencias económicas, tanto en la realidad como en las previsiones o expectativas, recomendamos ser pacientes y no sacar conclusiones precipitadas” dice McCaffery. “Todavía son posibles varios escenarios. El reconocimiento de esta realidad abre la puerta a que aparezcan y se forjen nuevos consensos. El coste de un conflicto abierto militar y económico podría ser desastroso para el mundo”.
Antes de tomar alguna decisión de inversión importante, el ceo de Gestión de Activos en Fidelity International es partidario deoptar por esperar a que se produzcan nuevos acontecimientos en vista de que no nos encontramos en una situación estable. No obstante, comenta que “están surgiendo oportunidades interesantes, tanto en los mercados de renta variable como en los de renta fija, que los inversores aprovecharán rápidamente si se empiezan a aclarar algunos de los riesgos actuales”.
Materias primas, hacia la mayor crisis de suministro
La dependencia europea del petróleo y del gas ruso ha incrementado su precio exponencialmente a los que se ha unido el riesgo de un cuello de botella o de una crisis de suministro. Los precios del petróleo vuelven a girarse al alza, tras las últimas caídas, con el precio del barril Brent cotizando en los 117 dólares.
Estos rebotes surgían después del rumor sobre un posible embargo del petróleo ruso por parte de la UE, para forzar la retirada militar de Ucrania de Putin. Algo que ya hicieron los gobiernos de Biden y de Boris Johnson en Reino Unido.
El problema se agravó con la caída temporal en la producción en una refinería de Saudi Aramco, tras los ataques del grupo Houthi de Yemen durante el fin de semana anterior. Los principales productores de petróleo informaban de que están teniendo problemas para producir las cuotas asignadas según el acuerdo de suministro.
Por otra parte, la condición de productores clave de productos agrícolas de Rusia y Ucrania conlleva un riesgo real de escasez de alimentos en el futuro, alerta Mark Lacey, responsable de acciones de recursos naturales de Schroders. “El trágico impacto de la invasión rusa lo está sintiendo, en primer lugar, la población ucraniana. Pero, con el tiempo, esta crisis plantea riesgos para el suministro de alimentos que tendrán un impacto global”, asegura.
Rusia y Ucrania representan conjuntamente alrededor del 30% de las exportaciones mundiales de trigo y las exportaciones de trigo tendrán consecuencias para los consumidores, tanto en términos de disponibilidad como de precio.
La guerra sacude también al sector químico y a los fabricantes de fertilizantes europeos, señalan desde de Scope Ratings. “La guerra y las sanciones contra Rusia van a tener un impacto importante en algunas empresas químicas europeas, sobre todo en los proveedores de fertilizantes, ya que dependen en gran medida del gas natural, del que Rusia es uno de los principales proveedores de Europa, sobre todo para Alemania.