Los economistas de Citi han lanzado una advertencia a los inversores conservadores de cara a 2021. Y es que se viene una combinación de tipos de interés bajos y una inflación más alta que el ‘precio del dinero’. Una suma que puede erosionar los ahorros de los inversores que decidan mantener su dinero en según qué activos de renta fija.
Para los expertos de Citi: «la represión financiera (tipos de interés artificialmente bajos combinados con una inflación más alta) representa una amenaza para la cartera principal de los inversores. Concéntrese en activos que ofrecen flujos de ingresos reales positivos y en la diversificación».
«En los próximos años”, explican desde Citi, “esperamos que varios bancos centrales punteros a nivel mundial apliquen una política de ‘represión financiera’. Esto implica mantener deliberadamente los tipos de interés artificialmente bajos durante un período prolongado. Además de intentar fomentar un mayor crecimiento económico, el objetivo es generar más inflación. Específicamente, la represión financiera busca una tasa de inflación que supere el nivel de los tipos de interés. El impacto de tales políticas erosiona el valor del efectivo y de ciertos bonos. Esto genera tipos de interés reales negativos que tienen ciertos atractivos obvios para los gobiernos en este momento». Y es que los tipos de interés artificialmente bajos facilitan a los Estados el pago de los intereses sobre sus deudas y alivian, claro, al sector privado.
«Aunque no lo admitirán fácilmente, una tasa de inflación más alta que los tipos de interés erosiona el valor real de las deudas. Por lo tanto, los gobiernos no solo pagan tipos de interés más bajos sobre sus préstamos, sino que finalmente hacen más fácil el pago de la deuda porque la inflación ha erosionado el valor de esas deudas. En otras palabras, la represión financiera es una transferencia forzada de riqueza de los dueños de bonos y otros ahorradores a los prestatarios o agentes endeudados», explican desde Citi.
«La represión financiera se puso en práctica en las décadas posteriores a la Segunda Guerra Mundial, cuando los gobiernos buscaban reducir la carga de deuda que habían acumulado para financiar su esfuerzo de la guerra. En EEUU, por ejemplo, la deuda pública como porcentaje del PIB se encontraba en niveles similares a los actuales. La Reserva Federal puso en marcha el control de la curva de tipos (comprando deuda a determinados plazos para evitar que los intereses subiesen) entre 1942 y 1951. Durante este período, se viviendo episodios la inflación que superaron ampliamente los tipos ‘topados’, erosionando el valor real de la deuda del gobierno de EEUU. A medida que la inflación aumentó lo hacía también el PIB nominal, mientras que la deuda caía con fuerza”. Así, los expertos de Citi recomiendan un giro drástico en las carteras de los inversores si no quieren perder poder adquisitivo durante esta era de represión financiera.