BBVA Asset Management & Global Wealth (BBVA AM & GW), la gestora de activos de BBVA, una de las más importantes de España, maneja un escenario central para 2023 de aterrizaje suave de la economía global, es decir, crecimiento bajo que no llegará a recesión.
Pero el grado de incertidumbre es alto y el riesgo está sesgado a la baja, bien por inflaciones resistentes o bien porque cuanto más suben los tipos de interés más cerca se está de la recesión.
A pesar de este escenario, numerosos activos financieros podrían tener un buen comportamiento durante el próximo ejercicio. Así lo ha manifestado Joaquín García Huerga, director de Estrategia Global de la gestora de activos del Grupo BBVA, durante la presentación de la visión de mercados para 2023. La renta fija podría ser la estrella como motor de generación de rentabilidad para las carteras, ‘a priori’ con poco riesgo.
“Entrando en los mercados financieros, lo primero que debemos comentar es hasta qué punto 2022 está siendo excepcional”, explica García Huerga. “Tenemos que remontarnos a la década de los años treinta del siglo pasado, casi 100 años, para encontrar caídas conjuntas superiores al -16% actual en la renta fija y la renta variable, constituyendo la renta fija la parte más anómala”.
Según explica el experto, para que baje la volatilidad en los mercados financieros y los activos de riesgo puedan continuar la recuperación iniciada, la inflación debe empezar a bajar y las expectativas de subidas de tipos de los bancos centrales se deben estabilizar. Y estas dos condiciones están empezando a cumplirse.
Haciendo mención primero a la inflación, en términos generales parece haber tocado techo de la mano de los precios de la energía y de los bienes no energéticos. La previsión es que sigan relajándose los cuellos de botella en las cadenas de suministro globales, favoreciendo una moderación adicional en el precio de numerosos productos.