Mercedes Cobo ■
Los acontecimientos de las últimas semanas han puesto de manifiesto la debilidad de algunas entidades. Sin embargo, otros están bien posicionados para beneficiarse de la subida de tipos y tienen precios atractivos, defienden desde Schroders, y siguen viendo oportunidades de inversión en el sector. Creen que las valoraciones actuales compensan con creces los riesgos inherentes a las acciones.
La crisis bancaria que comenzó en California ha recordado al mundo que los bancos son empresas que dependen en gran medida de la confianza de depositantes e inversores. Pero también ha permitido a estos últimos distinguir entre los tipos de riesgo a los que se enfrentan las distintas entidades, destaca Ben Arnold, director de inversiones de Schroders.
«Aunque el momento de las tensiones a ambos lados del Atlántico no se considerará coincidencia, hay una diferencia entre el temor a una quiebra sistémica en torno al mercado bancario regional estadounidense y los fallos aislados del Credit Suisse. Este último no es un canario en la mina de carbón para los bancos británicos y europeos en su conjunto», señala Arnold.
En Schroders apuestan por bancos que siguen teniendo valoraciones bajas y, sin embargo, generan importantes beneficios
«La caída de Credit Suisse fue principalmente obra suya, con fallos en algunas de sus actividades que socavaron la credibilidad de otras divisiones. Cuando Credit Suisse publicó sus resultados anuales de 2022 a principios de febrero, quedó claro que el contagio de la banca de inversión se había extendido», añade.
Para director de inversiones de Schroders, a Silicon Valley Bank no se le habría permitido operar en el entorno regulatorio más estricto de Reino Unido o Europa, dados sus grandes desajustes en los tipos de interés y su falta de cobertura con liquidez. Además, los bancos regionales estadounidenses son muy diferentes de los grandes bancos estadounidenses, insiste.
Explica que Silicon Valley Bank se hundió en cuestión de días “debido a una combinación de falta de capital, escasa liquidez y concentración de depositantes. Muchos de sus clientes operaban en los mismos sectores y en la misma región, y eran propensos a comentar lo que hacían y realizar retiradas casi simultáneas”.
Ramificaciones
Indica que las ramificaciones de ese colapso aún no se han desarrollado plenamente, “pero el mundo financiero buscó rápidamente otras instituciones vulnerables. Silvergate (un banco centrado en la criptomoneda) se hundió sin darle mucha pena a los reguladores estadounidenses, y Signature Bank -otro banco centrado en la tecnología con problemas similares a los de Silicon Valley Bank- ha sido intervenido por administradores judiciales”. Advierte que el riesgo de quiebra de otros bancos regionales estadounidenses persiste, y todas las miradas están puestas en First Republic”, advierte.
Valor y riesgo
Schroders ve oportunidades entre los bancos. «Como dice mi colega del equipo de renta variable Kevin Murphy: Los bancos dependen de la confianza, razón por la cual están fuertemente regulados. Esa supervisión reguladora permite que los clientes confíen sus depósitos a los bancos. La dependencia de la confianza es también la razón por la que el banco central opera como prestamista de último recurso, por si el apoyo de los clientes flaquea. Como sabemos, la confianza puede ponerse a prueba y, como equipo, dedicamos mucho tiempo a analizar los balances de los bancos para comprender los puntos de tensión de cada uno. Ese trabajo pone de manifiesto el aumento de los mecanismos de protección frente a las situaciones problemáticas, el incremento de la liquidez y una dinámica de beneficios atractiva” explica Ben Arnold.
Indica que, aunque han invertido menos en el sector que hace 18 meses, esto se debe a la ampliación del conjunto de oportunidades en el mercado, “no a una disminución de las oportunidades en los propios bancos. Creemos que las valoraciones actuales compensan con creces los riesgos inherentes a las acciones», incide.
Señala que los bancos que prefieren siguen teniendo valoraciones bajas y, sin embargo, generan importantes beneficios. “En el equipo tenemos exposición a Standard Chartered, Natwest, ABN Amro, UniCredit, Citigroup, Intesa Sanpaolo y BNP Paribas, anota el director de inversiones de Schroders.
Ben Arnold, indica que, en su opinión, el entorno de tipos cero obligó a muchas de estas entidades a reestructurarse y, tras una década de recortes de gastos, hoy son mucho más eficientes que antes de la crisis. “Ahora que los tipos de interés han subido, se benefician de un apalancamiento operativo y financiero en el que el aumento de los ingresos repercute directamente en la rentabilidad”, destaca.
Advierte que al mercado le sigue preocupando “que un deterioro de las condiciones económicas provoque pérdidas en los préstamos que mermen estos beneficios. Aunque la preocupación es válida, los bancos que poseemos tienen altos niveles de capital Tier 1. Sus balances deberían poder absorber estas pérdidas. Muchos también cuentan con importantes provisiones establecidas a raíz de la pandemia de Covid-19. Estas provisiones no se utilizaron y pueden recurrir a ellas si es necesario», expone Ben Arnold.
«Algunos bancos también están devolviendo efectivo a los accionistas, ya sea mediante programas de recompra de acciones, dividendos o ambas cosas. Somos partidarios de ello, siempre que los balances sigan siendo sólidos», concluye este experto.
Por el potencial de revalorización catalizado por unos beneficios sólidos, Credit Suisse prefiere Barclays y Banco Santander
El riesgo de recesión
Matthew Benkendorf, director de inversión de Vontobel Quality Growth, coincide también en que las economías funcionan en base a la confianza. En su opinión, lo ocurrido recientemente en el sector bancario constituye “un choque exógeno que sacude la confianza de los consumidores y el comportamiento de las empresas, lo que a su vez repercute en el comportamiento de los consumidores e impulsa una ralentización económica. Así pues, si se tiene en cuenta el efecto del sector bancario sobre la confianza, además de los datos económicos subyacentes, aumenta la tendencia que apunta a una recesión. Sin embargo, es más probable que se produzca hacia finales de este año y en el próximo”, señala el experto de Vontobel Quality Growth
Considera también que el sector bancario sigue estando bien capitalizado, “y la Reserva Federal tiene munición suficiente para hacer frente a este problema. Si el sector consigue ganar confianza, el riesgo de recesión probablemente se disipará”, valora.
Confianza en los bancos europeos
Los analistas de Credit Suisse confían en los bancos europeos y han decidido mantener la recomendación de ‘sobreponderar’, ya que no observan suficientes riesgos para la rentabilidad que justifiquen una valoración recesiva de menos de 0,8 veces. Los expertos del banco suizo apuntan que la ratio de capital CET1 se encuentra cerca de máximos históricos y que la rentabilidad de los dividendos y las recompras está cerca de un récord, con un Pay Out o Ratio de Política de Dividendo cercano al 70%, mientras que el BCE siguió aprobando grandes recompras a finales de marzo.
En un informe recogido por Reuters, Credit Suisse afirma que los bancos de la UE no se encuentran en la misma situación que los de EEUU, ya que el CET1 (Ratio de Capital) y el LCR (ratio de cobertura de liquidez) son más elevados, mientras que las pérdidas no realizadas a precios de mercado y el coste a lo largo del ciclo (TTC) tanto de las exposiciones de riesgo como al sector inmobiliario comercial son más bajos.
En sus puntos clave de rendimientos, favorece los valores con elevados rendimientos recurrentes y altos ratios CET1 de Basilea 4, como ABN Amro y BNP Paribas. Por el potencial de revalorización catalizado por unos beneficios sólidos, Credit Suisse prefiere Barclays y Banco Santander a menos de 5 veces el PER («price earnings ratio»: precio por acción entre beneficio por acción) de 2024.
Los valores que menos le gustan, sobre todo por su mayor valoración y menor rentabilidad, son Deutsche Bank, KBC Group, SEB y Handelsbanken.