Maite Nieva
La avalancha de liquidez en los mercados por parte de los Bancos Centrales, aunque necesaria para hacer frente a los riesgos económicos y sociales derivados de la crisis del coronavirus, está teniendo un doble efecto en los mercados. A la buena acogida que despiertan estas medidas entre los inversores, por el efecto que tienen en la reactivación de la economía, también se unen voces que alertan del «lastre que dejará tras de sí la elevada deuda, tanto para las empresas como para los gobiernos. No es el único escollo, dicen, ya que el fantasma de la inflación sigue merodeando, aunque por ahora no se le espere.
Las medidas implementadas por los gobiernos y los Bancos Centrales tienen como objetivo ayudar a las economías a capear la peor parte de la crisis del Covid-19, no obstante , los efectos secundarios de una deuda tan elevada comienzan a preocupar, cada vez más, al mercado.
Los escollos estructurales que encaran Europa y Japón en materia de inflación indican que los tipos de interés negativos y las compras continuas de activos podrían prolongarse como mínimo durante el año 2021, según JP Morgan
“La consecuencia principal del aluvión de deuda será un larga prórroga de los bajos tipos de interés y las compras continuas de activos por parte de los Bancos Centrales”, advierten los analistas JP Morgan en su informe sobre las estrategias de inversión para 2021. Según sus previsiones el “extraordinario lastre que supondrá la deuda, tanto para las empresas como para los gobiernos, podría derivar en una larga prórroga de bajos tipos de interés y continuas compras de activos por parte de los Bancos Centrales”. Y no solo porque la crisis económica derivada de covid aún tardará en resolverse sino porque, tanto empresas como administraciones se vieron obligadas a pedir prestados billones de dólares para compensar la caída de los ingresos durante el período de restricción de la actividad económica a causa del Covid-19.
Escollos estructurales
“Es poco probable que los Bancos Centrales retiren este tipo de ayudas en un futuro próximo en vista de cómo está evolucionando la economía y el impacto que está teniendo la crisis del covid en ella”, coinciden desde varias firmas globales de inversión. En Europa la incertidumbre sigue siendo elevada y el BCE ya está tomando nota. “Los riesgos relacionados con las cicatrices que ha dejado la pandemia,-desde la eficacia de las vacunas hasta la geopolítica, pueden hacer descarrilar fácilmente la recuperación”, comenta Anna Stupnytska, economista global de Fidelity International, con motivo de la última reunión del año del BCE, el paso jueves. Una visión que comparten también los analistas de J.P. Morgan. ”No cabe duda de que el BCE tendrá que seguir ofreciendo un sólido acomodo en el futuro inmediato, inciden. Según sus previsiones, “los escollos estructurales que encaran Europa y Japón en materia de inflación indican que los tipos de interés negativos y las compras continuas de activos podrían prolongarse como mínimo durante el año 2021,” advierten.
Riesgo de inflación
En Estados Unidos, el nuevo objetivo de inflación media de la Reserva Federal (Fed) allana el camino para mantener la política monetaria expansiva durante un tiempo, comentan. No obstante, el hecho de estar entrando en un período de inflación superior a lo previsto retrasa básicamente el momento de la expansión en el que la Fed podría comenzar a retirar sus ayudas, según los analistas del banco de inversión estadounidense J.P. Morgan. De esta forma se genera un techo para las tires de los títulos del Tesoro de EE. UU. a 10 años. Y según sus previsiones, otros Bancos Centrales adoptarán medidas similares oportunamente. De hecho, sus “sospechas” son que “viviremos una versión menos dramática de lo vivido en la posguerra, período en el que la combinación de control de la curva de tipos y represión financiera mantuvo los tipos de interés en mínimos pese a la aceleración de la actividad nominal”.
Desde marzo, el balance del Eurosistema ha aumentado en algo más de 2.000 billones de euros, repartidos casi a partes iguales entre las inyecciones de liquidez bancaria y las compras de activos
Si la inflación se mantiene bajo control, los responsables de políticas no deberían tener dificultades para cumplir con su función, explican. Sin embargo, “si la inflación resurge con mayor firmeza que en el último período expansivo, habrá problemas”, aseguran.
Por otra parte, la subida de tipos va para largo. Según Jan Hatzius, analista de Goldman Sachs el pronóstico central para la primera subida de los tipos de interés sigue siendo a principios de 2025. ”Esperamos que la inflación aumente solo gradualmente, dice. Según sus previsiones, los responsables de la formulación de políticas podrían levantar el pie del acelerador en 2021 para limitar el riesgo de sobrecalentamiento financiero. “El déficit presupuestario aumentado sigue siendo grande y el financiamiento social total, es decir, el crédito, sigue creciendo casi un 14% interanual” subrayan. En Europa, el consejo de gobierno del BCE ha puesto el objetivo en mantener condiciones favorables de financiación o costos de endeudamiento en lugar de condiciones financieras más amplias, destaca el experto de Goldman Sachs.
Estabilidad financiera
Desde Citi Private Bank, uno de los objetivos será superar la represión financiera que implica mantener las tasas de interés artificialmente bajas mientras se permite que la inflación erosione el valor real de los bonos y el efectivo. Los gobiernos muy endeudados pueden utilizar la represión financiera para reducir la carga de su deuda en los próximos años. No obstante, tales
Desde marzo, el balance del Eurosistema ha aumentado en algo más de 2.000 billones de euros, repartidos casi a partes iguales entre las inyecciones de liquidez bancaria y las compras de activos, señala Bruno Cavalier, economista jefe en ODDO BHF. Y, en su opinión, los efectos de la crisis sanitaria en la brecha de producción europea no desaparecerán hasta dentro de unos años, parece evidente que las intervenciones excepcionales del BCE se alarguen hasta 2022”.
“Esperamos que la inflación aumente sólo gradualmente y, la primera subida de los tipos de interés se produzca a principios de 2025”, dice Jan Hatzius, analista de Goldman Sachs
El BCE cambió radicalmente su postura de política monetaria el pasado mes de marzo para aliviar las tensiones que amenazan a los mercados de deuda soberana y corporativa, explica. Y los diferenciales de rendimiento han vuelto a estar donde estaban hace nueve meses. Según el experto, durante los episodios de tensión, el restablecimiento de la estabilidad financiera se convierte en el objetivo principal. Sin ello, la financiación de la economía real y, en consecuencia, la gestión de las expectativas de inflación podría verse comprometida.
Riesgos alcistas vs. bajistas
Después de un año tan atípico, los expertos también hacen hincapié en no “subestimar los riesgos”. El riesgo alcista es uno de ellos. El es que la recuperación se consolide con mayor rapidez y de forma más sincronizada entre las diferentes regiones de lo que prevé nuestro escenario básico. El riesgo bajista, el que más preocupa es que, en lugar del crecimiento, sea la inflación la que resurja con fuerza. En ese caso, “los Bancos Centrales se verían obligados a diseñar una estrategia de salida de su estrategia actual con mayor rapidez de lo previsto por el mercado”. Esto afectaría a las perspectivas económicas, pero “las consecuencias para los mercados podrían ser más drásticas, como ocurrió en 2013 con la subida repentina de las rentabilidades de la renta fija después de que la Fed anunciase el fin de su política de expansión cuantitativa (efecto «taper tantrum»), señalan desde J.P. Morgan.
Inflación: un riesgo colateral
Una de las consecuencias de larga prórroga de liquidez que podría producirse a través de las compras de activos de los Bancos Centrales es que los inversores tendrán que esforzarse mucho más para conseguir que la renta variable de sus carteras les proporcionen las rentabilidades que necesitan”, señalan estos expertos. Y en este sentido advierten que los inversores deberán reorientar las estrategias de inversión de las carteras.
“La caída de los tipos reales ha sido favorable para las valoraciones. Y con los tipos de interés más próximos a su suelo nominal, no parece probable que ese tipo de subidas se repitan en los próximos años”, subrayan desde J.P.Morgan. “Con los tipos de interés en niveles tan negativos, la deuda pública de los gobiernos principales resulta poco atractiva”, señalan, si bien, descartarla por completo podría incrementar en gran medida la volatilidad de las carteras de inversión”, advierten.
Al contrario de la idea de que la contratación de préstamos haría subir los tipos de interés, las intervenciones de carácter extraordinario de los Bancos Centrales impidieron dichas subidas, explican. En el mundo desarrollado, los Bancos Centrales absorbieron íntegramente las nuevas emisiones de deuda pública durante este año. Esto reducirá la carga que supone la deuda para los emisores, pero mermará considerablemente los rendimientos de la renta fija de alta calidad”, explican. Además, las intervenciones no se limitaron a los bonos gubernamentales, subrayan. La buena disposición de la Reserva Federal para comprar incluso créditos high yield ofreció a los inversores la tranquilidad necesaria para buscar rentabilidad en los mercados de crédito, lo cual afianzó los precios en el segmento de la renta fija.